Activistas de India mantienen el boicot contra la compañía farmacéutica suiza Novartis AG, que persiste en su bombardeo judicial contra la Ley de Patentes de este país.
Novartis perdió en la Corte Suprema de Chennai (nombre moderno de la ciudad de Madrás, en el meridional estado de Karnataka), una demanda según la cual esta ley viola acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Pero al día siguiente inició ante el mismo tribunal querellas que constituyen apelaciones indirectas, informó a IPS el presidente del Foro de Acción por Medicamentos de India en Karnataka (DAF-K) y uno de los fundadores de la Red de Acción por los Medicamentos de India (AIDAN), Gopal Dabade.
La nueva demanda, presentada por Novartis el 8 de agosto, cuestiona el nombramiento de S. Chandrashekaran como miembro técnico de la Junta de Apelaciones sobre Propiedad Intelectual creada por aquella norma.
En enero de 2006, la Oficina de Patentes de India, entonces a cargo de Chandrashekharan, rechazó la solicitud respectiva de Novartis para su anticancerígeno Glivec.
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Novartis presentó una demanda contra esa decisión ante la Corte Suprema de Chennai, que ordenó a la Oficina de Patentes constituir de inmediato la Junta de Apelaciones, de modo de abrir a la firma farmacéutica un espacio para el recurso. La Junta se formó, con Chandrashekharan entre sus miembros.
Novartis considera en su demanda, presentada el 8 de agosto, que Chandrashekharan debe quedar fuera del órgano porque está "sesgado" contra su causa, dado el antecedente de la patente de Glivec.
"Pido cautela ante esta apelación, porque Novartis puede aprovechar la complacencia que reina entre los activistas para alentar sus propósitos fuera de la atención pública", dijo Dabade.
DAF-K y AIDAN relanzaron su boicot contra Novartis y enviaron cartas en busca de ayuda a las 480 filiales de la Asociación de Médicos de India en el estado de Karnataka.
Anand Grover, del Colectivo de Abogados, organización que representó en la demanda a la Asociación de Ayuda a los Pacientes de Cáncer, se manifestó preocupado por la apelación de Novartis y por la suspensión de los procedimientos de la Junta dispuesta por la Corte Suprema de Chennai.
Según Grover, la nueva demanda no tiene relación con los cuestionamientos de la compañía farmacéutica a la ley de patentes india. "Debemos estar alerta porque pueden haber presiones para enmendar la norma", dijo el abogado a IPS.
"El fallo es un gran alivio", dijo, por su parte, Amit Sengupta, del Foro de Ciencias de Delhi, organización dedicada a analizar cómo las políticas en la materia afectan al público y que también se opone a las gestiones judiciales de Novartis.
"El problema, ahora, es hasta qué punto el gobierno puede mantener la vigencia de la ley de patentes, cuánta presión puede resistir desde intereses comerciales y de otro tipo", advirtió Sengupta.
De todos modos, la sociedad civil está exultante por su victoria contra Novartis.
"Es un enorme disuasivo contra las peticiones frívolas de compañías privadas que desafían las leyes soberanas de India", dijo Prasana, activista en Bangalore de la rama india del internacional Movimiento por la Salud del Pueblo, Jan Swasthya Abhiyan.
La nueva ley de patentes de India, en vigor desde 2005, permite proteger auténticas innovaciones de productos introducidos al mercado después de 1995, cuando ese país se sumó a la Organización Mundial del Comercio (OMC), y aceptó su acuerdo sobre Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (Trips).
Novartis alegaba haber mejorado la fórmula del Glivec, lanzado al mercado antes de 1995, haciéndola más fácil de absorber por el organismo. Su principio activo, imatinib mesilato, ya se fabricaba como genérico en India y se vendía a un precio mucho menor que el del patentado.
Pero ante el rechazo de la Oficina de Patentes, que entendió que la innovación de Glivec no era suficiente como para hacer al medicamento merecedor de la licencia, la farmacéutica inició la demanda.
Novartis consideró que la cláusula 3 (d) de la ley era ambigua y violatoria del Trips y que el rechazo de la patente de Glivec era inconstitucional.
"Los países en desarrollo y agencias internacionales como Unicef y la Fundación Clinton dependen en gran medida de la importación de medicinas asequibles de India", explicó el director internacional de la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF), Christophe Fournier.
"Ochenta y cuatro por ciento de los medicamentos que MSF administra a sus pacientes en todo el mundo proceden de fábricas de genéricos indias", calculó Fournier.
"También cuestionamos el modo en que las compañías farmacéuticas com Novartis son galardonadas como empresas con responsabilidad social por las agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)", dijo Thelma Narayan, de la Célula de Salud Comunitaria de Bangalore e integrante de Jan Swasthya Abhiyan.
Dadabe también considera del caso cuestionar los antecedentes históricos de Novartis, firma fundada en 1996 por la fusión de Sandoz, Ciba y Geigy, subsidiarias del grupo químico alemán IG Farben, que producía el gas venenoso Zyklon B, usado en los campos de concentración del nazismo.
Novartis también anunció que retirará inversiones de India como consecuencia del fallo en Chennai. "Esto no es una invitación a invertir en investigaciones y desarrollo en India. Invertiremos más en países donde estemos protegidos", dijo el jefe de Novartis, Daniel Vasella, al diario británico Financial Times.