El grupo terrorista ETA, no obstante estar muy debilitado, incrementó su presión sobre los empresarios vascos para recaudar dinero, extrema sus planteamientos políticos y prepara un atentado, según fuentes policiales, a la vez que hunde cualquier posibilidad de diálogo con el gobierno de España.
La posibilidad de diálogo está enterrada por dos razones básicas. La primera, porque las demandas de ETA de independencia y unión de las tres provincias que integran el País Vasco, la comunidad de Navarra y los tres departamentos vasco-franceses, chocan con la firme posición de Madrid y París, asentada sobre sus respectivas constituciones.
La segunda es que el gobierno español del socialista José Luis Rodríguez Zapatero afirmó que no volvería a dialogar si previamente ETA no anuncia y concreta el abandono definitivo de las armas. Los contactos entre ambas partes se interrumpieron tras el atentado del 30 de diciembre en el aeropuerto de Madrid, que causó la muerte de dos trabajadores ecuatorianos y grandes destrozos.
En sus planteamientos, ETA (Euskadi ta Askatasuna, Patria Vasca y Libertad en vascuence) no sólo se enfrenta a los gobiernos de España y Francia, sino que también tiene en el rechazo de la mayoría de la población de la región vasca que, en sucesivas encuestas y elecciones, se ha pronunciado en contra de su posición. Tampoco recoge apoyo en el resto de ambos países.
Dos millares de empresarios recibieron cartas de ETA, según se hizo público el fin de semana, en las que les reclaman que paguen lo que denomina "impuesto revolucionario", llegando a exigir a algunos de ellos 400.000 euros (unos 520.000 dólares). En caso de no hacerlo, el grupo les advierten que abrirían la puerta "para decidir acciones en contra de sus bienes o de su persona".
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"Viviendo en el País Vasco, con mi familia allí, hijos y nietos, ¿puedo arriesgar la seguridad de todos? No me queda otra que pagar, con la esperanza de que algún día este problema se acabe", dijo a IPS un empresario vasco, que pidió mantener su anonimato y que desde hace años paga la extorsión a ETA.
En cambio, el secretario de organización de la sección vasca del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Rodolfo Ares, no vaciló en calificar de "comportamiento mafioso" lo que hace ETA y pidió a los empresarios que no paguen y que entreguen las cartas recibidas a la policía para impulsar "la desarticulación de este entramado y la detención de sus integrantes".
El ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, también instó a los empresarios a denunciar el chantaje y resistirse a pagar, aunque sin calificar de ilegal el hecho de que cedan y abonen lo reclamado por el grupo terrorista.
En lo que va del año, ETA perdió completamente sus instalaciones para falsificar documentos, instalada en Francia, incluyendo el apresamiento de su máximo responsable, Juan Cruz Maiza, encargado además de organizar la provisión de armas, explosivos, vehículos y otros elementos utilizados en su accionar terrorista.
Cruz Maiza tenía en su poder una gran cantidad de documentos encriptados, que la policía está trabajando para descodificar en la seguridad de que eso los llevará a descubrir más etarras y, en especial, locales camuflados en los que guardan armas y otros documentos.
También fueron detenidos todos los grupos, llamados "comandos", organizados en Francia para cometer atentados en España, poco después de entrar a este país.
Fuentes policiales señalaron a IPS que eso se debe a que el trabajo de inteligencia se mantiene firme y que en coordinación con sus homólogos franceses mantienen una estrecha vigilancia sobre los terroristas.
En 2004 fueron apresados 142 integrantes de ETA, 87 en 2005, 43 en 2006 y 74 en lo que va de este año. Según el madrileño diario El País, las fuerzas de seguridad españolas y francesas le incautaron a ETA desde enero 4.000 kilogramos de explosivos, 200 armas cortas y 450 largas.
Frente a ello y con el objetivo de que su voz se vuelva a escuchar, la dirección de ETA, según fuentes policiales, no sólo está dispuesta a cometer un nuevo atentado sino que también dispuso el cambio de liderazgo de su brazo político, la ilegalizada formación Batasuna, por entender que sus actuales conductores cedieron ante el gobierno español cuando negociaron en 2006.
Ante la pregunta de si la comisión de ese atentado no demostraría que ETA mantiene su organización, la misma fuente comentó que para abandonar un automóvil con una carga de explosivos dentro y hacerla estallar a distancia no hace falta una gran organización.
"Tenga presente que en los atentados cometidos por ETA en los últimos años nunca intervinieron sus miembros directamente, sino que dejaron cargas explosivas y las hicieron estallar desde lejos, algo que la tecnología de comunicaciones actual lo hace fácilmente realizable", subrayó.
Concluyó que las fuerzas de seguridad y en especial sus organismos de inteligencia e información se mantienen alertas y "alentados por el buen éxito de nuestro trabajo".
