La centralización de la economía cubana, que resta a las empresas autonomía para emplear sus recursos y utilidades, podría conspirar contra el sistema de «perfeccionamiento empresarial» que el gobierno aspira a extender y consolidar en los próximos años.
El perfeccionamiento empresarial, aplicado desde hace dos décadas en el sector de las Fuerzas Armadas y desde 1998 extendido a la esfera civil, busca elevar la eficiencia de la empresa socialista, llamada por el gobierno cubano a convertirse en "vanguardia" del desarrollo económico.
En la actualidad, el sistema involucra a 797 empresas de un total de 2.732, que en el conjunto de la economía representan 51 por ciento de las utilidades y 72 por ciento de los aportes en divisas convertibles y alcanzan una productividad 50 por ciento superior al resto de las unidades productivas.
Tales resultados confirman "que el perfeccionamiento empresarial es la experiencia más coherente y prometedora que hemos desarrollado para hacer eficiente la empresa socialista", dijo el vicepresidente Carlos Lage al término de un seminario impartido el martes y el miércoles a unos 650 ejecutivos.
Lage sostuvo que la construcción del socialismo en Cuba es posible "como fruto de su propia experiencia", y convocó a los ejecutivos a demostrar con resultados que las empresas bajo ese sistema pueden ser tan o más eficientes que cualquier otra. "Una vez dije y hoy repito, lo que no es eficiente, no es socialista", indicó.
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En ese encuentro que transcurrió a puerta cerrada se hicieron "precisiones sobre aspectos clave" de las nuevas normas jurídicas para dar continuidad y fortalecer el sistema de dirección y gestión empresarial estatal y asegurar la correcta aplicación de la estrategia de perfeccionamiento.
Los decretos 252 y 281, no publicados aún en la Gaceta Oficial, adecuan y reglamentan, según las actuales condiciones, el funcionamiento de las empresas bajo ese método en el que la contabilidad, los costos y el control económico desempeñan un papel básico en la toma de decisiones.
De acuerdo con esos decretos, las utilidades logradas en las entidades que implantan el perfeccionamiento empresarial pertenecen totalmente al Estado."El Gobierno aprobará, de proceder, la creación de reservas en esas entidades", establece uno de los artículos del decreto 252.
Economistas consultados por IPS recordaron que este método se mueve desde 2004 bajo controles financieros diferentes a los que existían al momento de comenzar su aplicación tanto en el sector militar como en el civil.
Los investigadores mencionaron la resolución 92 del 30 de enero de 2004, según la cual todas las divisas libremente convertibles y su equivalente cubano, el CUC, van a parar a una cuenta única en el Banco Central, que encabeza el llamado Comité de Aprobación de Divisas (CAD) encargado de la asignación de recursos a las empresas estatales.
Los CAD aprueban o niegan los fondos solicitados por las empresas para sus compras y gastos, al tiempo que los ingresos en divisas que generen deben ser depositados en una cuenta central.
Las autorizaciones son previas a la contratación y no en el momento del pago, como se hacía hasta el momento de dictarse la disposición, para hacer más "eficiente" el uso de los ingresos en divisas y dar "mayores garantías" a los compromisos externos de las entidades cubanas.
A la vez, el Banco Central tiene desde 2003 la potestad de aprobar las compras en dólares de las empresas estatales, al tiempo que se volvió a la práctica de fijar los precios de estas transacciones según la fórmula de costo más 10 por ciento, lo que busca impedir que algunas empresas eleven sus tarifas excesivamente.
Para analistas, todo ese proceso de análisis del empleo de los recursos financieros conlleva demoras, y las empresas pierden oportunidades. "Esto puede conspirar contra la eficiencia y competitividad", dijo un economista que no quiso ser identificado.
Según su concepción, el perfeccionamiento, bajo el cual funcionan industrias estratégicas como las del petróleo, níquel y electricidad, se basa en la autonomía de las empresas, que pueden emplear parte de sus utilidades de forma descentralizada y reinvertir para mejorar las condiciones de producción, de trabajo y de vida de los trabajadores.
Los requisitos que debe cumplir una empresa para comenzar el perfeccionamiento empresarial incluyen contar con una contabilidad que refleje los hechos económicos, un mercado que asegure la realización de sus producciones y servicios y tener los aseguramientos necesarios para la producción de bienes y servicios.
Entre los problemas que hasta ahora han evitado que más entidades se incorporen al sistema, Lage mencionó "la falta de disciplina e insuficiente control presentes en el funcionamiento" de la economía y deficiencias de la contabilidad.
Lage es parte del equipo encabezado por el primer vicepresidente Raúl Castro, que gobierna Cuba desde el 31 de julio de 2006 en forma provisoria, en reemplazo del mandatario Fidel Castro, convaleciente aún de graves problemas de salud.