El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, dijo este jueves que la guerrilla entregaría el sábado los cadáveres de 11 rehenes muertos en junio. Su par venezolano Hugo Chávez, que asumió gestiones humanitarias para salvar la vida de otros 47, llegará a Bogotá este viernes.
La entrega de los restos de los 11 diputados regionales se materializaría 74 días después de que éstos perecieron, supuestamente el 18 de junio, según el Comando Conjunto de Occidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La noticia aparece en vísperas de la inauguración formal de las gestiones de Chávez, quien espera encontrar una solución para el acuerdo humanitario que reclaman las FARC, que liberaría a los rehenes sólo si a cambio obtiene la libertad de 400 guerrilleros presos.
El grupo que sobrevive en manos de las FARC está integrado por 10 civiles, incluida la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, tres contratistas estadounidenses que actuaban en el contrainsurgente Plan Colombia y 34 policías y militares capturados en combates.
En diciembre, este empeño de las FARC cumplirá 10 años. En esta década murieron también, en un fallido intento de rescate en mayo de 2003, un gobernador en funciones, un ex ministro de Defensa y 11 militares sujetos a canje. Este año escaparon de sus captores un policía y Fernando Araújo, a quien Uribe nombró casi de inmediato canciller.
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"Si Uribe lo dice es porque el CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja) se lo afirmó. No creo que el presidente se ponga a inventarse" la entrega de los cuerpos de los diputados, dijo a IPS el periodista Carlos Lozano, dirigente del opositor Partido Comunista, director del semanario Voz y facilitador del canje.
La semana pasada, Lozano advirtió que la entrega de los restos era "cuestión de días", pero que la presión militar sobre la guerrilla podía dar al traste con la operación. El CICR lo desmintió.
Este jueves se supo desde La Habana, donde está exiliado el guerrillero Rodrigo Granda, que éste había recibido instrucciones de la dirección de las FARC de negociar el canje a su nombre.
La agenda de la visita de Chávez a Colombia fue negociada duramente entre ambos gobiernos. Ese otro pulso, silencioso y entre diplomáticos, redujo a seis horas la estadía oficial del venezolano en Bogotá.
"Una visita que estaba para dos días, donde habían previsto una serie de contactos, (entre ellos) con los familiares, tanto de los secuestrados como de los guerrilleros que están en la cárcel", según Lozano.
Chávez también "se iba a reunir con facilitadores del acuerdo humanitario, entre ellos conmigo mismo, con la Iglesia (católica) y embajadores de países amigos", Francia, Suiza y España, agregó.
Además, el presidente venezolano "quería visitar la Quinta de Bolívar (museo- residencia en Bogotá del libertador de los países andinos de la colonia española) y al profesor (Gustavo) Moncayo en la Plaza de Bolívar", corazón político del país donde este docente, padre de un militar en cautiverio, estableció desde el 1 de agosto su "residencia", para exigir un acuerdo que libere a su hijo y a los demás.
El programa oficial anunciado a la prensa indica que Chávez se reunirá con Uribe en la Hacienda Presidencial Hato Grande, a una hora de Bogotá, de donde los periodistas acreditados no podrán salir hasta que el mandatario venezolano se haya marchado.
Sin embargo, fuentes de IPS indicaron que Chávez está organizando una "visita privada" a su embajada en Bogotá.
El inicio de las gestiones de Chávez se da en un ambiente de fuerte polarización, condimentada con anuncios de supuestos atentados terroristas de la guerrilla, presuntamente descubiertos y abortados por servicios de inteligencia estatales.
El miércoles, fuentes oficiales informaron que la fuerza pública evitó un asalto de las FARC a un edificio residencial en la ciudad de Armenia, en el centro del país.
Igualmente se anunció que las FARC planificaban en el pasado asesinar a varios ministros y políticos, a los que apenas ahora se les avisó de esos planes.
Según el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, la información sólo se da a conocer ahora porque entonces "no era necesario alarmar a la ciudadanía".
Chávez viaja a Colombia con el respaldo expreso de su par francés Nicolás Sarkozy y el de homólogos latinoamericanos como Evo Morales, de Bolivia, Rafael Correa, de Ecuador, y Daniel Ortega, de Nicaragua.
Este jueves se supo también que Sarkozy llamó a Uribe y ambos mandatarios coincidieron en la importancia de la gestión de Chávez.
Una fuente que no quiso revelar su identidad dijo a IPS que el mandatario venezolano no llega a Colombia con la maleta vacía. Entregará a Uribe "una propuesta suya de aproximación, teniendo en cuenta la propuesta de las FARC" que la cúpula de esa guerrilla le hizo llegar el fin de semana.
Pero además, el venezolano viaja con un golpe de efecto contundente: indultó este jueves a 27 colombianos que purgaban una condena de seis años de prisión porque en 2004 integraron un contingente paramilitar de 130 individuos, en su mayoría jóvenes labriegos o desempleados reclutados en la frontera, que se prestó para una abortada sublevación en Venezuela.
Las condenas contra ellos se emitieron en octubre de 2005 y alcanzaron a los jefes del grupo de bisoños paramilitares, así como a tres oficiales venezolanos. Los irregulares que eran adolescentes fueron liberados rápidamente, y 73 de los procesados quedaron en libertad y se les trasladó a la frontera.
Chávez aplazó un viaje que debía efectuar a África para poder atender su cita en Bogotá, a cuya preparación dedicó el miércoles y este jueves, reuniéndose con su equipo de trabajo internacional y la senadora colombiana Piedad Córdoba, quien actúa como facilitadora a pedido de Uribe.
El embajador venezolano en Colombia, Pável Rondón, quien acompañó al mandatario en estos trabajos, pidió este jueves a los colombianos "tener fe" en las gestiones de Uribe y Chávez, aunque advirtió que " va a ser la primera reunión", sin adelantar nada sobre los contenidos "por razones políticas y de delicadeza".
Distinto es el tono de los familiares.
"La cosa se puede polarizar de forma muy dura, porque nosotros indudablemente vamos a tener que hacer otras cosas que le van a molestar a Uribe. Esto se puede volver una amenaza contra nosotras" advirtió a IPS Ángela Rodíguez, esposa del parlamentario Luis Eladio Pérez, que lleva casi seis años como rehén de las FARC.
"Las FARC quieren estatus político", comentó acerca de esa guerrilla que está en las listas de organizaciones terroristas de Estados Unidos y la Unión Europea, y a las que Uribe también califica de tales.
"Si Uribe cierra las puertas (a la gestión de Chávez) y nos sabotea, vamos a recurrir a más países. Y lo que le va a pasar es que el reconocimiento político se lo puede dar la comunidad internacional", agregó.
"Da la impresión de que hay buenas posibilidades de avanzar, porque el presidente Uribe desesperadamente debe buscar un éxito político", comentó a IPS el general retirado venezolano Alberto Muller, quien coordinó el estado mayor presidencial de Chávez en materia de seguridad y defensa.
Según Muller, Colombia no sólo soporta la presión interna a favor de un acuerdo humanitario, sino la de Francia y otros gobiernos europeos, y además la necesidad de "mostrarse como el país de contención ante los gobiernos de izquierda en la región, un papel que parece trasladarse progresivamente a México".
En cambio, Beatriz de Majo, analista internacional especializada en temas colombianos, dijo a IPS que "la sartén por el mango la sigue teniendo Uribe, quien soporta la presión de sus coterráneos y el tiempo se le hace corto, pero sabe que no existe otra salida para el drama de los alzados que la aniquilación militar".
Muller en cambio estima que "la extinción de un conflicto por la vía de aniquilación del enemigo es irracional, y también en el caso del Estado colombiano y las FARC el conflicto debe terminar con alguna clase de acuerdo".
