Activistas temen que el plan del gobierno de Malasia, para «revolucionar» la agricultura, vuelva a los campesinos más dependientes aún de un pequeño grupo de grandes consorcios, que podrían tomar el control de toda la cadena de producción, desde las semillas hasta las ventas al por menor.
El primer ministro Abdullah Badawi presentó un plan para concretar la Región Económica del Corredor Septentrional, durante una gira de dos días por los estados peninsulares de Kedah, Perlis, Penang y Perak. En ese marco, se indicó que el programa permitirá elevar los ingresos de los cultivadores.
También Abdullah informó sobre una serie de proyectos que podrían ascender a unos 15.000 millones de dólares hasta 2005.
El Corredor Septentrional es el segundo de cinco planes de desarrollo regional a ser lanzados. El proyecto, diseñado por el conglomerado empresarial Sime Darby, se centra en la agricultura, la electrónica y los sectores manufacturero y turístico.
Una de las líneas contenida en el plan es "modernizar" la agricultura, incorporándole nuevos métodos de comercialización, para convertir la rica cuenca arrocera de la región septentrional en el principal centro de producción de alimentos del país.
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Abdullah también lanzó un nuevo centro de investigación y desarrollo de semillas en Perlis, que será construido por Sime Darby, una empresa vinculada al gobierno. Se espera que la firma colabore con expertos chinos y logre mejorar la producción con la aplicación de alta tecnología.
Sime Darby conformó con otras dos empresas del rubro agrícola local un nuevo mega-grupo llamado Synergy Drive, que sería la mayor firma mundial de producción de aceite de palma.
Sime Darby también tiene 30 por ciento de las acciones de la firma británica Tesco, dueña de una cadena de hipermercados en Malasia.
Al lanzarse el plan, Sime Darby se hizo a un lado, presuntamente para evitar un conflicto de intereses, permitiendo que la Autoridad de Inversiones del Corredor Septentrional, presidida por el primer ministro, implemente el proyecto.
En su estudio de la región arrocera, los ejecutivos de la firma se encontraron con familias en situación de indigencia y agricultores con ingresos insuficientes para su supervivencia, terrenos agrícolas de menos de una hectárea cada uno, con apenas un ciclo de cultivos al año, y cifras alarmantes sobre deserción escolar.
La solución propuesta a las autoridades fue abordar estas deserciones tempranamente, proporcionando capacitación, e identificar y entrenar a un grupo de 30 agricultores, que serían los precursores de los cultivadores por contrato.
El presidente de Sime Darby, Ahmad Zubir Murshid, dijo al semanario empresarial Edge que su firma introduciría métodos agro-empresariales mecanizados en un establecimiento modelo para su grupo central de cultivadores pioneros, que recibirán salarios mensuales más elevados que los del promedio de sus pares.
Una vez entrenados, los cultivadores por contrato trabajarán en tierras que el gobierno les asigne o en terrenos manejados por cooperativas.
Sime Darby venderá semillas y proveerá de fertilizantes recomendados a los cultivadores por contrato, y luego comprará lo producido para procesarlo en plantas que poseerá en sociedad con el Estado y otros empresarios.
El gigante de las plantaciones comercializará luego los alimentos procesados, que tendrán una marca, a través de sus canales de distribución, especialmente vía Tesco.
La "semilla madre" patentada será obtenida a través de una "renombrada" institución extranjera, que trabajará en un emprendimiento de interés conjunto con Sime Darby.
"La semilla tiene potencial en términos de ganancias para nosotros. Ahora estamos mirando los 10 cultivos de semillas más populares en el mercado. Yo lo hago desde el punto de vista empresarial: dónde producimos y dónde vendemos la semilla" a los agricultores, dijo Ahmad Zubir.
Estos cultivos incluyen tomates, ajíes, sandías, papas y maíz. Ahmad Zubir también anticipó que los agricultores podrán aumentar sus ingresos de modo significativo plantando maíz entre las temporadas arroceras.
Activistas de la sociedad civil expresaron malestar. "Va a ser un desastre", opinó el político de oposición Jeyakumar Devaraj.
Si el gobierno realmente quisiera desarrollar la agricultura, debería adoptar un enfoque desde abajo hacia arriba, basado en los campesinos, usando cooperativas e insumos en base al conocimiento de los lugareños, agregó.
En cambio, están trabajando para llegar a una situación en que la producción de alimentos, desde las semillas hasta la venta minorista, sea controlada por unas pocas corporaciones, cuya aspiración principal es maximizar las ganancias, explicó a IPS.
Charles Santiago, coordinador de la organización de expertos Monitoring Globalisation (Controlar la globalización), con sede en Kuala Lumpur, señaló el elevado costo de pesticidas y fertilizantes, que podría endeudar aún más a los agricultores.
Incluso si se establecen las compañías, no está claro si los cultivadores recibirán una parte equitativa de las ganancias, dijo.
"Lo que ellos están haciendo realmente (es) usar una empresa vinculada al gobierno y corporaciones multinacionales extranjeras con pericia en semillas, fertilizantes y pesticidas, y todo el proyecto está avalado por el gobierno. Éste es un caso clásico de subsidio del gobierno a capitales privados", declaró a IPS.
Para Sarojeni Rengam, directora ejecutiva de la filial Asia-Pacífico de la Pesticide Action Network (Red de Acción contra los Pesticidas) en Penang, la principal preocupación es contratar agricultores. "Esto hace que los cultivadores pasen de roles de toma de decisiones a ser receptores pasivos de insumos y tecnología", dijo a IPS.
Agregó que todos los riesgos serán soportados por los agricultores contratados, que tendrán que absorber las pérdidas si fracasan los cultivos.
Sarojeni Rengam también se mostró preocupada por el uso de maíz. "Hay una fuerte probabilidad de que puedan usar semillas genéticamente modificadas, como el maíz Bt o uno tolerante a herbicidas, porque están hablando de alta tecnología", sostuvo.
Devaraj destacó una tendencia más amplia. "Todo el enfoque de administración de los recursos de la nación está basado en la concepción errónea de que el libre mercado y el sector privado pueden suministrar los bienes y servicios de modo más eficiente en todos los sectores de la economía", dijo.
Esta creencia fue desaprobada por el gasto excesivo en salud privada en Estados Unidos y la fallida privatización del agua en Manila, enfatizó.
"Pero nuestros planificadores están depositando toda su confianza en el sector privado y en el enfoque de libre mercado", concluyó.