AFGANISTÁN: Bajas civiles favorecen a Talibán

Mientras aumentan las bajas civiles en el conflicto de Afganistán, la opinión pública se vuelca contra las fuerzas de la coalición internacional y sus contrapartes de la policía y el ejército afganos, para ventaja del grupo Talibán, que ya reimpuso su control en algunas zonas del sur del país.

Talibán es el grupo extremista islámico que gobernó este país entre 1996 y 2001, cuando fue derrocado por Estados Unidos y sus aliados, que lo acusaron de proteger a miembros de la organización terrorista Al Qaeda.

"Las bajas civiles son un gran problema que enfrentamos", confirmó el general Zahir Azimi, portavoz del Ministerio de Defensa Afgano. "Estamos buscando formas de continuar la lucha contra los enemigos y reducir las víctimas civiles", declaró.

El 26 de julio, un avión de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), encabezada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), atacó objetivos talibanes en la provincia de Helmand, en el sur del país, lo que provocó la muerte de 78 civiles y redujo a escombros incontables viviendas de barro.

Como consecuencia, hubo airadas protestas en el distrito de Gereshk contra las fuerzas extranjeras y el gobierno afgano.

El gobierno de Hamid Karzai abordó en Kabul la cuestión de las muertes de civiles en una reunión con los comandantes militares de la ISAF.

Sultán Ahmad Bahin, portavoz de la cancillería en Kabul, declaró que el presidente Karzai urgió una y otra vez a la coalición a proteger a los civiles. "El gobierno le ha dicho a los comandantes de la OTAN que deben ser más precisos en sus ataques aéreos", insistió.

Lamentablemente, agregó, la tarea se hace difícil porque los combatientes de Talibán utilizan a la población civil como escudo humano.

El general Azimi anunció que se estaban completando los detalles de una estrategia conjunta entre las fuerzas internacionales y las afganas para evitar muertes innecesarias de civiles. Además, el gobierno considera fundamental encontrar una manera de contrarrestar la propaganda de Talibán en las zonas de conflicto, agregó.

Lo cierto es que el gobierno parece estar perdiendo la batalla por la mente y el corazón del pueblo, a favor de Talibán. Por eso, considera fundamental concientizar a la población de que los ataques aéreos y terrestres son para protegerla contra los combatientes islámicos, que han atacado a funcionarios públicos, matado a médicos y estudiantes y destruido escuelas recién construidas, en general para niñas.

El analista político Habilulá Rafi opinó que las víctimas civiles solo disminuirán si las fuerzas de la coalición coordinan sus operaciones militares con las fuerzas afganas.

"Desde el derrocamiento de Talibán por las fuerzas encabezadas por Estados Unidos, la cantidad de víctimas civiles no ha dejado de aumentar. La mayoría de las víctimas de los ataques aéreos son gente común, no talibanes", afirmó.

Según Rafi, la presencia de fuerzas extranjeras en Afganistán no ha mejorado la vida de los afganos. Por el contrario, al sufrir bombardeos en fiestas de boda y brutales registros forzosos de sus viviendas por parte de soldados que buscan militantes islámicos, los civiles se han visto obligados a defenderse uniéndose a los talibanes, afirmó.

"Solo la reconstrucción de este país devastado por la guerra puede mejorar la vida de la gente. Si las fuerzas de la coalición usaran herramientas de construcción (en vez de armas), esto traería paz y prosperidad a Afganistán. La guerra puede ganarse con la reconstrucción", opinó el analista.

Para Farid Hamidi, miembro de la Comisión Independientes por los Derechos Humanos en Afganistán, todas las partes del conflicto han violado las normas de la guerra. "Estas muertes de civiles violan el derecho internacional, las leyes de la guerra y los derechos fundamentales de los afganos. Ninguna de las partes respetan estas normas", aseveró.

A los grupos extremistas que luchan por medios convencionales se sumaron ahora terroristas suicidas, por primera vez en casi tres décadas de guerra.

Según Rafi, hay pocas esperanzas para el pueblo afgano. "Siempre ha sido rehén de una guerra interminable entre partes rivales. Todas ellas dicen defender los derechos del pueblo, pero no lo hacen porque usan medios ilegítimos para alcanzar sus objetivos. Todo lo que la gente tiene es pobreza y desgracia", lamentó.

En Afganistán, la expectativa de vida al nacer es de 44,5 años, 20 por ciento de los niños mueren antes de cumplir los cinco años, y una mujer fallece por causas relacionadas con el embarazo y el parto cada 30 minutos, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

*Aporte de The Killid Group.

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