UE-ÁFRICA: Fuerza de paz para Chad

La Unión Europea (UE) se prepara para lanzar una misión de mantenimiento de paz en el este de Chad ante los constantes ataques a civiles perpetrados por milicias sudanesas que cruzan la frontera.

Unos 230.000 refugiados de la occidental región sudanesa de Darfur y 170.000 desplazados por la violencia en el propio Chad buscan protección en campamentos improvisados en el oriente de este país africano, en una región árida con poca infraestructura.

Además de sufrir hambre, los refugiados tuvieron que soportar incursiones de las milicias árabes Janjaweed ("hombres a caballo"), acusadas de cometer genocidio con el apoyo de Jartum. La situación de seguridad empeoró con las acciones de diversas bandas armadas y las tensiones étnicas dentro de Chad.

Se espera que, en la reunión que celebrarán el 23 y 24 de este mes en Bruselas, los ministros de Relaciones Exteriores de la UE aprueben el despliegue de una misión de paz para la región.

Es probable que esa misión esté compuesta por 3.000 soldados y sea flanqueada por una operación policial que involucre a aproximadamente 1.000 efectivos.

Inicialmente tomarán parte en ella sólo soldados europeos, aunque se anticipa que la responsabilidad por la fuerza podría ser transferida a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) después de un año.

La semana pasada, el jefe del departamento de mantenimiento de la paz de la ONU, Jean-Marie Guéhenno, mantuvo conversaciones con diplomáticos de Bruselas sobre la logística de la operación.

Alain Délétroz, del International Crisis Group, dijo que los soldados de Francia —ex metrópoli de Chad— no deben predominar en la misión de la UE. Declaró ser alentado por señales de que solamente la mitad de los efectivos desplegados serán franceses.

Por contraste, la abrumadora mayoría de los soldados en la primera misión de la UE a África —Operación Artemis—, que en 2003 fue enviada a la nororiental provincia de Ituri, en la República Democrática del Congo, eran franceses.

Francia ha sido un proveedor clave de asistencia militar al régimen del presidente de Chad Idriss Déby, quien llegó al poder en 1991 tras un golpe de Estado. Cuando sus rivales intentaron derrocarlo el año pasado, su ataque contra la capital, N'Djamena, fue repelido con ayuda de Francia.

Déby ganó las elecciones presidenciales pocos meses después, pero el resultado fue boicoteado por partidos de la oposición que alegaron que hubo fraude.

"Varios países africanos acusaron a Francia de proteger al régimen de Déby. Y también varios europeos, aunque no manifiesten sus acusaciones públicamente", dijo Délétroz a IPS.

Délétroz agregó que, no obstante, no se opondría a que un general francés comande la fuerza. "Este despliegue será aún menos francés que Artemis, donde cerca de 80 por ciento de los soldados eran franceses. Aquí la proporción sería mejor", explicó.

Un funcionario de la UE dedicado a asuntos de seguridad señaló que se prevé que el despliegue se concrete entre el otoño boreal y el fin de este año. Las reglas del compromiso para la misión todavía no fueron delineadas, agregó el funcionario.

Lotte Leicht, de la oficina de Bruselas de Human Rights Watch, pidió a la UE que se asegure de que la misión tenga lo que en la jerga de las misiones de paz se conoce como el mandato del "Capítulo 7", que le permite dar cualquier paso que se considere necesario para proteger a los civiles.

Este mes, Human Rights Watch publicó un informe sobre la difícil situación de los niños atrapados en el conflicto armado de Chad.

El reclutamiento de niños aumentó drásticamente en 2006. Tanto el ejército nacional como el rebelde Frente Unido para el Cambio (FUC) recurrieron a él a medida que se intensificó la violencia entre las dos partes. Niños de apenas ocho años fueron contratados para combatir, cocinar y hacer guardia en los puestos de control.

En mayo de este año se alcanzó un acuerdo bajo el cual tanto el gobierno como el FUC se comprometieron a ayudar al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) a identificar y desmovilizar niños en sus filas.

Aunque miles de niños fueron reclutados, poco más de 400 fueron desmovilizados hasta ahora. Human Rights Watch (HRW)atribuye parte de esa lentitud a la reticencia del gobierno de Chad a cooperar plenamente con Unicef.

"Es importante que, cuando se reúnan los cancilleres de la UE, se recuerden a sí mismos que el reclutamiento y el uso de niños menores de 15 años es un crimen de guerra. La UE firmó un acuerdo de cooperación con la Corte Penal Internacional (CPI). Así que cualquier fuerza de la UE desplegada en Chad debería verse a sí misma como un posible proveedor de evidencia ante la Corte, y asistir en posibles investigaciones de la Corte", indicó HRW.

Michael Bailey, portavoz de asuntos humanitarios de Oxfam, dijo que aunque su organización había podido brindar agua y saneamiento a ocho de los 12 campamentos de refugiados existentes en Chad oriental, solamente podía dar a las familias cinco litros de agua por día, un tercio de la cantidad recomendada internacionalmente.

"El esfuerzo de asistencia internacional no fue financiado adecuadamente. La ONU no brinda el liderazgo y el cumplimiento en el terreno que esperaríamos de ella", opinó.

Ulrich Delius, especialista en temas de África de la Sociedad Alemana para las Personas Amenazadas, observó que uno de cada dos niños menores de cinco años en los campamentos está desnutrido, y que las fuerzas de seguridad de Chad no brindan protección básica.

"Si las medidas para la seguridad de los refugiados no son mejoradas rápidamente, habrá una seria amenaza no solamente de que miles de refugiados mueran, sino de que Chad se suma en el caos y la anarquía", alertó.

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