Los resultados finales de las elecciones legislativas celebradas el 30 de junio en Timor Oriental, divulgados este viernes, vaticinan un futuro incierto para la pequeña república insular asiática, castigada por la violencia en este lustro de independencia.
A la cabeza, con 29,2 por ciento, se colocó el gobernante Frente Revolucionario de Timor Independiente (Fretilin) del ex primer ministro Mari Alkatiri (2002-2006), secundado por el Congreso Nacional de Reconstrucción de Timor (CNRT), del ex presidente José Alexandre "Xanana" Gusmão, que logró 23,4 por ciento de los sufragios.
La indefinición política sigue siendo uno de los principales escollos para la estabilidad de esta república de 15.000 kilómetros cuadrados y casi un millón de habitantes, que declaró su independencia de Portugal en 1975, pero que fue reconocida en 2002, tras 24 años de ocupación indonesia y dos años de protectorado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Con un producto interno bruto por habitante de 389 dólares, Timor es uno de los países más pobres del mundo, una realidad que ha sido fuente de diversos conflictos, en especial emanados de jóvenes que esperaban una vida mejor después del acceso a la independencia.
El estigma de la violencia obligó a que el mandato de las fuerzas de la ONU, que terminaba el 19 de mayo de 2006, fuese prorrogado por dos años. Las contribuciones mayores son una brigada aerotransportada del ejército australiano y un batallón de asalto de la Guardia Nacional Republicana portuguesa.
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Las elecciones del 30 de junio poco ayudaron a la esperada estabilidad. Al no registrar mayoría absoluta, la victoria de Alkatiri no aseguró su regreso al poder. Todo quedó en manos del presidente de la República, José Ramos-Horta, que anunció que su decisión se basará sobre todo en asegurar un futuro estable para el país.
"El pueblo mostró ser sabio al indicar por el resultado de las elecciones que no desea mayorías exclusivas", dijo Ramos-Horta a IPS por teléfono.
"El pueblo exige también que sus líderes sepan ser responsables, dialogantes, civilizados, inteligentes y pragmáticos, inspirados en los mejores intereses de la nación y encuentren una forma inclusiva y amplia, que incluya a todos los mejores timorenses para gobernar el país", añadió.
Según la ley electoral, para elegir diputados, los partidos deben obtener más de tres por ciento de votos.
Además del Fretilin y del CNRT, cumplen el requisito la Asociación Social Democrática de Timor, con 15,8 por ciento de los votos, el Partido Democrático (PD), 11,5 por ciento, el Partido de la Unidad Nacional (PUN), con 4,6 por ciento, la alianza de la Asociación Social Democrática Timorense (ASDT) y el Partido Social Demócrata (PSD), y la Unidad Nacional de Resistencia Timorense (Undertim), ambas con 3,2 por ciento.
Al formar un bloque con el CNRT, estos partidos en conjunto cuentan con una mayoría de más de 50 ciento de los votos, superando con comodidad al Fretilin, una situación comunicada este viernes a Ramos-Horta como "la nueva mayoría" dispuesta a formar gobierno.
"Estamos preparados para formar gobierno y concordamos con el presidente de la República que la decisión debe ser inmediata" luego de la validación de los resultados de las legislativas, dijo este viernes el dirigente del PSD, Zacarías da Costa, al concluir una audiencia con Ramos-Horta.
Horas antes, Xanana Gusmão, Mário Viegas Carrascalão, del PSD, Francisco Xavier do Amaral y Fernando de Araújo, de la ASDT, y Cornelio da Gama, de la Undertim, habían declarado a la prensa que contaban con "una mayoría clara para presentarnos al presidente de la República como una alternativa viable" al Fretilin.
A pesar de que esta declaración abre las puertas a una coalición mayoritaria formada por partidos minoritarios que excluye el Fretilin, con su habitual cautela, Ramos-Horta precisó a IPS que sólo "la próxima semana tomaré una decisión" sobre la formación del gobierno, ya que "éstas son consultas informales" que anteceden la validación final de los resultados.
El presidente recordó que el jueves se reunió con la dirección del Fretilin y anunció que también se reunirá con los obispos de la capital, Dili, y de Baucau, la mayor ciudad de Timor, un país donde la Iglesia Católica cuenta con una influencia enorme.
El cuestionamiento al líder del Fretilin no se originó en divergencias con Ramos-Horta y Xanana Gusmão. En abril de 2005, los obispos Alberto da Silva, de Dili y Basilio do Nascimento, de Baucau, abrieron las hostilidades contra el musulmán Alkatiri, cuando éste decidió convertir la religión en una disciplina facultativa en las escuelas públicas, en un país con 90 por ciento de católicos.
Alkatiri hasta ahora ha sido parco en palabras, limitándose a admitir el jueves que su partido estaba abierto a eventuales alianzas con el CNRT si esa solución política "contribuye a estabilizar el país".
Sin embargo, advirtió que el Fretilin "no abdica de su victoria", al recordar que su partido ganó las elecciones y que es peligroso "hacer un cortocircuito en las expectativas del electorado".
"Las dos posibilidades se mantienen abiertas", explico Ramos-Horta, quien no excluye que se pueda llegar a un acuerdo entre el Fretilin y la alianza de los partidos que se han unido en torno al CNRT.
Pero, sea cual fuere la decisión de Ramos-Horta, los resultados no dejan de ser traducidos por los observadores como una derrota para Xanana Gusmão ante Alkatiri, su "adversario y no enemigo", como ha señalado en diversas oportunidades el ex presidente y ahora candidato a primer ministro.
En efecto, hasta este resultado adverso, Xanana Gusmão era el líder de mayor ascendencia en una población que asistió durante un cuarto de siglo a su tenaz resistencia guerrillera contra la ocupación de Indonesia.
Encabezando un grupo que nunca pasó de 200 hombres, Xanana ofreció una lucha sin cuartel a los 22.000 soldados indonesios destacados en la isla para garantizar la ocupación, que se inició en 1975 cuando Portugal desmanteló su imperio colonial, y concluyo en 1999, cuando una fuerza internacional de la ONU obligó al ejercito de Yakarta a batirse en retirada.
El escritor timorense residente en Portugal, Luís Cardoso, autor del libro "Réquiem para un navegante solitario", dijo a IPS que confía en "la inmensa capacidad de diálogo de Ramos-Horta para la formación de un futuro gobierno y también para la estabilidad de mi país".
Tras años de violencia, "creo que la solución para Timor Oriental es un gobierno de iniciativa presidencial, porque a pasar de que el Fretilin ganó, fue una derrota comparativamente con la anterior legislatura, donde Alkatiri contaba con mayoría absoluta, al controlar 55 de los 88 asientos de diputados", concluyó Cardoso.