«Si cambio algo en mi guión serán los signos de puntuación. Y nada más». Así respondió Cont Mhlanga, el destacado dramaturgo de Zimbabwe y fundador de la Casa de Producciones Teatrales Amakhosi, ante la prohibición de su obra «The Good President» («El buen presidente»).
Mhlanga es la última víctima de la ofensiva del gobierno del presidente Robert Mugabe contra los considerados enemigos del Estado en el mundo de las artes.
En los últimos años fueron prohibidas obras como "Heaven's Diary" ("Diario del Cielo"), de Mhlanga, y "Super Patriots and Morons" ("Superpatriotas e imbéciles").
"The Good President" es la crónica de los acontecimientos políticos y sociales ocurridos desde la independencia de Zimbabwe, en 1980.
Presta particular atención al periodo inmediatamente posterior a la independencia, comúnmente conocido como "la era oscura".
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En esa época tuvo lugar la masacre de Matabeleland, durante una operación cuyo nombre en código fue "Gukurahundi". Se calcula que fueron asesinadas unas 20.000 personas que apoyaban al entonces líder de la oposición, Joshua Nkomo (1917-1999).
La obra revisita estos hechos y llega hasta la actualidad haciendo énfasis en cómo ha sido gobernado el país.
Generó controversia cuando, hace poco, fue estrenada en el Teatro en el Parque, en Harare, atrayendo a multitudes y provocando un debate sobre lo que ocurrió en el país. Los medios públicos, que reflejan el pensamiento del gobierno, no pierden tiempo en desestimar la obra como el trabajo de los enemigos del Estado que buscan un cambio de régimen.
Según una sinopsis de la obra, "The Good President" explora la institución del liderazgo en el contexto sociopolítico más amplio. Usando sus magistrales habilidades como dramaturgo, Mhlanga explora acontecimientos políticos recientes, tales como las golpizas a líderes políticos y de la sociedad civil como Morgan Tsvangirai para ilustrar el liderazgo de Mugabe.
Tsvangirai es el líder del principal partido opositor de Zimbabwe, el Movimiento por el Cambio Democrático.
"Es una obra para todos, pero apunta deliberadamente al liderazgo político como base unificadora de la sociedad. Como una típica sátira, la obra emplea humor, ridículo, ironía y exageración para criticar los aspectos negativos de la sociedad en un estilo dramático", según la sinopsis.
"La afirmación del escritor es que no hay una manera más despiadada de matar a la humanidad que no respetar ni defender la institución del liderazgo", añade.
El gobierno desestimó la obra por considerarla trabajo de activistas políticos que se hacen pasar por artistas. "La obra no tiene valor nacional. Busca remover emociones y odio con el motivo posterior de derrocar al presidente Mugabe. Debilita a la figura del presidente", dijo el viceministro de Información y Publicidad, Bright Matonga.
Pero Mhlanga negó esto. "No es parte de nuestra cultura africana vencer a un líder popularmente electo y luego exhibir las imágenes para que los jóvenes las vean", dijo.
Pese al ataque contra la obra, él se mantiene desafiante. "No la reescribiré. ¿Cómo puede ser ilegal una obra basada en hechos e incidentes históricos verdaderos y en conocimiento del dominio público? No baso mi creatividad en acontecimientos ficticios", dijo.
"Parece que lo que es ilegal en este país es decir la verdad, aunque todos los hechos estén allí para que todos los vean. La autoexpresión es un derecho humano que nadie, ni siquiera el Estado, tiene el derecho de eliminarlo", manifestó.
"No hay nada florido ni poético en la actual situación de Zimbabwe. Y tampoco en un liderazgo político que celebra la violencia de Estado. Ni en millones de personas en el país que no tienen dinero para poner un solo plato de comida decente sobre la mesa para sus familias", enfatizó.
"No hay nada poético ni florido en una economía donde la inflación se encamina hacia 5.000 por ciento", insistió Mhlanga.
Con protestas públicas, reuniones y la clausura de un medio otrora vibrante, el teatro es uno de los últimos canales a través de los cuales la gente puede manifestar su indignación contra el gobierno cada vez más impopular.
"The Good President" tuvo un buen desempeño en Harare, donde estuvo en cartel durante dos semanas. Según los productores, los líderes del temido servicio secreto de Zimbabwe asistieron a la obra, pero no intentaron prohibirla.
Sin embargo, sí fue prohibida en junio, antes de ser interpretada en Bulawayo, la segunda ciudad más grande del país. Mhlanga y la productora de la obra, Rooftop Promotions, presentaron una apelación ante la Suprema Corte de Justicia contra la prohibición que fue desestimada. Les ordenaron buscar un acuerdo extrajudicial con la policía.
Entonces decidieron apelar nuevamente, pero esta vez en Harare.
"Vamos a desafiar la decisión de la Corte planteada por el juez de Bulawayo, porque sentimos que equivale a negarnos nuestra libertad de expresión. No vemos la obra como debilitando o buscando denigrar al presidente Mugabe", comentó Daves Guzha, productor de "The Good President".
"No vamos a ser intimidados y continuaremos escribiendo, produciendo y poniendo en escena sátiras políticas, llueva o truene", afirmó.
Pero esta prohibición no es la primera dificultad que sufre Mhlanga. El año pasado tuvo un roce con la policía cuando fue encerrado e interrogado en torno a su sátira política "Embarazada con emoción". La obra versaba sobre un niño que se negaba a nacer por temor a no poder hacer frente a la crisis en Zimbabwe.
La última obra de Mhlanga une una larga lista de producciones teatrales que fueron calificadas como indeseables por la Junta de Censura del gobierno, que todavía usa leyes que datan de la era del régimen blanco, como la Ley de Censura y Control, de 1967.
Entre algunas de las obras que fueron censuradas por el gobierno también están "State of the Nation" ("El estado de la nación") y "All Systems out of Order" ("Todos los sistemas fuera de servicio").
"Estamos presenciando un ataque sistemático contra el teatro como una voz alternativa", dijo Guzha.
Mientras, el Consejo de Censura considera prohibir otra obra más, que es muy crítica del gobierno. Se titula "Decades of Terror" ("Décadas de terror") y habla sobre cómo el gobierno presidió el país de un modo "ruinoso" desde la independencia.
Aunque la obra se estrenó exitosamente en Harare hace tres semanas, todavía tiene que recibir un certificado del Consejo de Censura para seguir en cartel.
"Nos postulamos a un certificado del Consejo de Censura pero se están tomando su tiempo para procesar nuestros documentos. Les dimos todo lo que pidieron, los guiones y todos nuestros planes para la obra, pero no nos los devolvieron y nos estamos preocupando", dijo Daniel Maphosa, escritor de la obra y director del Savanna Trust, que controlará las exhibiciones públicas de la obra.
"Esperamos que la obra no ingrese en la misma situación que 'The Good President' y sea censurada. Pero si eso ocurre, todavía estamos determinados a seguir adelante y ponerla en escena sin la bendición del Consejo de Censura", declaró. *****