Raúl Castro expuso este jueves una autocrítica radiografía de Cuba, al reconocer dificultades y carencias en la vida cotidiana, pero descartó soluciones a corto plazo y advirtió que resulta imperativo elevar la producción, en especial de alimentos.
El presidente en funciones de Cuba también confirmó la disposición de su gobierno a dialogar con Estados Unidos para tratar de resolver el añejo conflicto que separa a ambos países desde hace más de cuatro décadas. Pero indicó que ello no será con el actual mandatario, George W. Bush, sino con quien le suceda a partir de enero de 2009.
El nuevo gobierno que surja en Estados Unidos tendrá que decidir "si mantiene la absurda, ilegal y fracasada política contra Cuba o acepta el ramo de olivo que tendimos en el 50 aniversario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias", dijo el dirigente en el acto de Camagüey, distante 534 kilómetros de La Habana, al reiterar el planteo que lanzó el 2 de diciembre.
Castro habló en la celebración oficial del 54 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada de Santiago de Cuba, a 847 kilómetros de La Habana, y Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo, a 730 kilómetros de la capital del país.
La conmemoración figura entre las más importantes de la era revolucionaria y debió realizarse en ausencia del principal protagonista de esa gesta, Fidel Castro, de 80 años y quien el próximo martes cumple un año alejado de sus funciones, debido a graves problemas de salud.
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Fidel Castro delegó sus principales cargos al frente del gobierno, el Partido Comunista de Cuba (PCC) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), en su hermano Raúl, de 76 años y a quien, sin embargo, oficialmente se le sigue nombrando por sus funciones propias de Primer Vicepresidente, Segundo Secretario del PCC y Ministro de las FAR.
Raúl Castro señaló que la enfermedad de su hermano fue un "duro golpe", pero "para alegría de nuestro pueblo, (Fidel) ya despliega una actividad cada vez más intensa y sumamente valiosa ( .)". "Aunque ni en los momentos más graves dejó de aportar su sabiduría y experiencia ante cada problema y decisión cardinal", indicó.
Sin embargo, admitió que los meses que siguieron a la enfermedad del gobernante fueron "muy difíciles", sólo que con un efecto "diametralmente opuesto al que esperaban sus enemigos, que soñaban ( ) con que el socialismo cubano terminaría por desplomarse".
"Pese al profundo dolor que nos embargaba, no se detuvo ninguna tarea, en el país hay orden y mucho trabajo, funcionan cotidianamente los órganos de dirección del Partido y el gobierno en la búsqueda colectiva y más efectiva posible de cada problema", dijo, con lo cual ratificó el estilo colegiado que según analistas lo caracteriza.
Sus palabras eran esperadas con especial interés por coincidir con su año de "interinato provisional" y cómo "brújula" de lo que se espera en los tiempos que vienen. "Su discurso me dio esperanzas de que las cosas pueden mejorar", dijo a IPS Luz Marina González, profesora de enseñanza primaria.
Según confesó González, uno de los principales problemas para su familia, integradas por tres adultos y dos jóvenes estudiantes, es la alimentación. "Tenemos vivienda, mi esposo tiene una moto y me lleva al trabajo y la escuela de los muchachos está cerca. Mi vía crucis es cocinar cada día. El dinero no alcanza para cubrir todos los gastos de la casa", se quejó.
"Somos conscientes ( ) de que en medio de las dificultades objetivas que enfrentamos, el salario aún es claramente insuficiente para satisfacer todas las necesidades", dijo Raúl Castro, quien advirtió más adelante que cualquier incremento salarial o disminución de los precios, "para que sea real" requiere "producir más".
En ese punto consideró imperativo hacer producir más la tierra, generalizar experiencias de productores destacados del sector campesino y estimular convenientemente el trabajo que realizan.
"Para lograr este objetivo habrá que introducir los cambios estructurales y de conceptos que resulten necesarios", añadió.
En 2006, pese al buen régimen de lluvias, la producción agrícola decreció 7,3 por ciento, respecto del periodo anterior, y fue motivo de fuertes debates, promovidos por las críticas de Raúl Castro, en las sesiones de diciembre de año de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento).
En esa ocasión, se detectó que una de las causas radicaba en el desestímulo de los campesinos por las enormes deudas del Estado con ese sector. En las sesiones parlamentarias de mediados de este año, se confirmó que esos adeudos fueron liquidados y se crearon mecanismos para el pago inmediato de las cosechas.
Según datos estadísticos, la superficie agrícola de esta isla caribeña es de poco más de 6,5 millones de hectáreas, sin embargo las áreas cultivadas sólo alcanzan 3,6 millones de hectáreas y, de ellas, 18 por ciento es de cultivos temporales, es decir alimentos como arroz, tubérculos y raíces, plátanos, granos, hortalizas y otros.
Unos 100.000 productores privados y cooperativistas agropecuarios producen más de 50 por ciento de los alimentos del país, aunque sólo poseen 32 por ciento de las tierras de labor.
Especialistas han advertido que, en caso de no aumentar los rendimientos de las ramas agrícolas y pecuarias, el país se verá abocado a aumentar sus gastos en la importación de alimentos de origen vegetal y animal, que en los dos últimos años creció 35 por ciento, según datos oficiales.
Según los estimados de Raúl Castro, sólo el alza del precio de la leche en el mercado internacional significará para Cuba en 2008 un gasto de 340 millones de dólares, más de tres veces lo gastado en 2004.
Para el sociólogo Aurelio Alonso, es importante que el mandatario interino haya identificado los principales problemas que responden a preocupaciones de la gente, como el de la alimentación, los salarios o la baja productividad y la producción agrícola y de bienes.
"La sensación que queda después de escuchar a Raúl es que hay una proyección futura, un reacomodo frente a circunstancias externas y también internas. No hizo promesas, pero creo que sembró esperanzas", señaló Daniel Bittencourt, un profesor latinoamericano con más de tres décadas de residencia en Cuba.
El presidente interino dijo que también se requiere aumentar la producción industrial, se estudia el posible aumento de la inversión extranjera que aporte capital, tecnología o mercado para el desarrollo del país, y que se fortalecerá la cooperación sobre la base del respeto al camino escogido por cada país.