Un proyecto de ley de amnistía para el ex general Lino César Oviedo, condenado a 10 años de prisión por un intento de golpe de Estado en 1996, se ha convertido en la prueba de fuego para la coalición opositora de Paraguay que busca derrotar en 2008 al Partido Colorado, en el poder desde hace 60 años.
Si Oviedo sale en libertad cambiará el mapa político de este país, coinciden los analistas. De hecho, la oposición busca contar con él para dar batalla al oficialismo en los comicios del año próximo, y el gobierno parece dispuesto a cerrar un acuerdo con el ex general para desbaratar los planes de sus adversarios.
El proyecto de amnistía fue presentado en la Cámara de Senadores por la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (Unace), partido fundado y liderado por Oviedo desde prisión que se ha convertido en la tercera fuerza de la oposición en el Congreso legislativo de este país.
Unace forma parte de la Concertación Nacional, creada por los principales partidos opositores, grupos sociales, sindicales y campesinos con el objetivo de acudir con un candidato presidencial único a las elecciones de 2008.
La dirigencia del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), la segunda fuerza política de este país, se ha pronunciado públicamente a favor del proyecto. Hasta el ex obispo Fernando Lugo, precandidato presidencial apoyado por movimientos sociales y favorito en las encuestas, se declaró a favor de la liberación del ex militar por considerarlo un preso político.
Pero no todo es consenso dentro de la Concertación y la posibilidad de la amnistía para Oviedo divide a sus integrantes.
Los líderes Pedro Fadul, del conservador Partido Patria Querida (PPS), y Carlos Filizzola, del socialista Partido País Solidario (PPS), adelantaron que no acompañarán la iniciativa, por considerar que Oviedo no es un preso político sino un golpista.
La conducción de la Concertación Nacional emitió un comunicado exhortando a los líderes de ambos partidos a respaldar la propuesta de amnistía.
El portavoz de la coalición, Miguel Otazú, calificó como "preocupante" la posición de Fadul y Filizzola. "Al igual que los demás aspirantes, Oviedo tiene derecho a competir por la candidatura presidencial y es por ello que debemos buscar su libertad, que se dará a través de la ley de amnistía", dijo Otazú a IPS.
El presidente de Unace, senador Enrique González Quintana, dijo a IPS que la amnistía al ex militar constituye una "prueba de fuego" para la Concertación y agregó que estaría dispuesto a negociar con los colorados en el poder para lograr su objetivo, en caso de ser necesario.
Este es uno de los principales temores de la alianza opositora. Una eventual deserción de Unace significaría un golpe muy duro: según las últimas encuestas, el partido oviedista tiene alrededor de 15 por ciento de la intención de voto para las próximas elecciones.
Aunque González Quintana negó que existieran conversaciones con el oficialismo, algunas señales indican lo contrario.
El presidente de Paraguay, Nicanor Duarte, vaticinó en un acto político que en breve se disolverá la Concertación. "Acuérdense de mí, dentro de 30 a 40 días se diluirán como el alcanfor", aseguró.
Los analistas políticos interpretaron las palabras de Duarte como un adelanto de la liberación de Oviedo.
Uno de ellos, Roberto Paredes, autor del libro "¿A dónde va Paraguay?", indicó que el debate sobre la liberación del ex militar es crucial para el futuro de la alianza opositora. Su desenlace puede modificar el tablero político paraguayo.
"Hay tres escenarios posibles. Uno sería si Oviedo decide disputar la presidencia con autonomía de otros sectores. Otro si decide ir aliado al oficialismo para tratar de frenar al ex obispo Lugo. Y un tercero si acepta las reglas de la Concertación y lanza su candidatura en el marco de la alianza opositora", explicó a IPS.
Paredes cree que una alianza entre Oviedo y el gobernante Partido Colorado es la opción más factible, incluso por razones de política internacional.
"Lugo representa una doble amenaza, tanto para los sectores privilegiados de la sociedad paraguaya como a nivel internacional, sobre todo para Estados Unidos", indicó.
"Un eventual triunfo suyo representaría un fortalecimiento de los gobiernos 'contestatarios', como los de los presidentes Evo Morales, de Bolivia, Rafael Correa, de Ecuador, y Hugo Chávez, de Venezuela. Puede ser que haya una presión internacional para formar una alianza entre los colorados y Oviedo", agregó Paredes.
Los comicios nacionales para elegir por un período de cinco años presidente, vicepresidente, 45 senadores, 80 diputados y 17 gobernadores departamentales se realizarán el 20 de abril de 2008.
Los precandidatos colorados son la ex ministra de Educación, Blanca Ovelar, el actual vicepresidente de la República, Luis Castiglioni, y el titular del partido, José Alberto Alderete. Las elecciones primarias se harán en diciembre.
Oviedo, quien también perteneció al Partido Colorado, se encuentra en una unidad militar desde 2004, cumpliendo una condena a 10 años de prisión por su frustrado levantamiento en abril de 1996 contra el ex presidente Juan Carlos Wasmosy (1993-1998).
El ex jefe del Ejército también está procesado como presunto autor moral del asesinato del vicepresidente del país, Luis María Argaña, el 23 de marzo de 1999, y de la muerte de siete jóvenes en los disturbios callejeros que siguieron a ese hecho.
El ex militar emergió como una figura política importante luego del golpe del 3 de febrero de 1989, que puso fin a la dictadura del general Alfredo Stroessner, iniciada en 1954.
En 1997 Oviedo fue ungido candidato del Partido Colorado para las elecciones presidenciales, pero un Tribunal Militar Extraordinario ordenó su arresto por el golpe frustrado contra Wasmosy.
Desde prisión, Oviedo impulsó la campaña de su compañero de fórmula, Raúl Cubas, quien finalmente obtuvo la presidencia. Apenas asumió el cargo, Cubas conmutó la sentencia del ex militar y lo dejó en libertad.
En 1999 Oviedo intentó alanzar la presidencia del Partido Colorado, pero la historia dio un giro a causa del asesinato de Argaña. Cubas partió al exilio y fue reemplazado por Luis González Macchi (1999-2003).
Oviedo huyó del país. Primero se estableció en Argentina y luego en Brasil, hasta que en 2004 volvió a Paraguay y se sometió a la justicia.