El debate sobre el Estado de la Nación concluido este jueves fortaleció al presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien parte así en punta hacia las elecciones generales previstas para marzo de 2008.
Dentro y fuera del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) nadie duda de que el candidato para presidir el Gobierno será Zapatero. No ocurre lo mismo con la principal fuerza de oposición y la única con posibilidades de disputarle el triunfo, el centroderechista Partido Popular (PP).
Así constató en los pasillos del Congreso de los Diputados los tres días que duró el debate. Mientras los socialistas apoyaron unánimemente a Zapatero, entre los populares hubo varios que, en conversaciones informales con periodistas y pidiendo no ser citados, expresaron sus dudas.
Las dudas crecieron con la reciente renuncia a su cargo de director gerente del Fondo Monetario Internacional del vicepresidente y ministro de Economía del gobierno del PP (1996-2004) Rodrigo Rato.
Ese partido tendría que optar entre repetir la candidatura de su actual líder, Mariano Rajoy, o postular a Rato, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, o la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
Las votaciones registradas este jueves evidenciaron la derrota del PP en el debate. La Cámara aprobó 33 resoluciones, con votos del PSOE y de partidos minoritarios, pero el PP no logró respaldo para ninguna de las 12 que presentó, rechazadas por todas las demás fuerzas políticas.
Y en ese plano lo más destacable fue el rechazo a la proposición popular de revocar el permiso concedido en 2005 al Gobierno para iniciar un proceso de diálogo con el grupo terrorista ETA, condicionado a que esa organización abandonara antes la violencia.
Mientras Zapatero proporcionó un amplio informe sobre variados aspectos de la situación actual del país, de lo actuado por su administración y de lo previsto para el futuro, Rajoy se concentró en ETA y acusó al gobierno de haber claudicado ante ese grupo.
Un error, porque el gobierno no claudicó para dialogar y porque, además, la ciudadanía española está cansada no solamente de la existencia de ETA sino también de que ocupe el centro de las discusiones políticas.
En las conversaciones sostenidas en 2006 por representantes de Madrid y de ETA, con la intermediación del centro suizo Henri Dunant, no se dio inicio al diálogo o proceso de paz porque el grupo terrorista no aceptó renunciar expresamente al uso de la violencia, una condición impuesta por el Congreso de Diputados y el gobierno español.
Durante el debate, Rajoy y el portavoz del PP, Eduardo Zaplana, insistieron en reclamar a Zapatero que diese a publicidad las actas de esas conversaciones. Zapatero calificó ese pedido de "insólito" y "sencillamente inimaginable", y reclamó "unidad, unidad y unidad frente al terrorismo".
Dirigentes socialistas recordaron que en 1999 el gobierno del PP, presidido por José María Aznar y del que formaba parte Rajoy, dialogó formalmente con ETA sin que esta organización renunciase al uso de la violencia.
En esa ocasión, Madrid envió como representantes al secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, y a Ricardo Martí Fluxá, secretario de Estado de Interior y ex secretario general de la Casa del Rey. El PSOE apoyó al gobierno del PP en la instancia.
Los asesores de Rajoy, entre ellos varios diputados, le prepararon para el debate un borrador de discurso que incluía una extensa lista de propuestas sobre violencia de género, educación, discapacidad, cultura y, en especial, economía y seguridad social, pero las dejó todas prácticamente de lado o las mencionó muy de pasada.
En su intervención, Eduardo Zaplana criticó el anuncio efectuado por Zapatero de que su gobierno decretará el viernes una ayuda de 2.500 euros (3.150 dólares) a las familias por cada niño que nazca.
Según Zaplana, esa ayuda es similar a la propuesta durante la dictadura de Francisco Franco (1939-1975). "Ahora copian a la baja nuestro programa electoral y hacen como un antiguo jefe de Estado, como Franco, cuando venía a estas Cortes a proponer premios de natalidad", dijo.
El portavoz parlamentario del PSOE, Diego López Garrido, replicó que el PP prometió algo similar antes de ganar las elecciones en 1996, pero le aclaró: "Ustedes no lo llevaron a cabo y nosotros sí lo haremos."
Una encuesta hecha pública este jueves por el diario El Mundo y realizada el miércoles por la agencia Sigma-Dos mostró que el 44 por ciento de los españoles entrevistados consideraron a Zapatero el vencedor en el debate, ante 32,1 por ciento que prefirieron a Rajoy.
Con estos antecedentes, los dos principales partidos políticos de España comienzan su campaña preelectoral, siempre con la amenaza de ETA (Euskadi ta Askatasuna, Patria Vasca y Libertad en vascuence).
El lunes en Francia, policías de ese país y españoles detuvieron cerca de la frontera a tres etarras y les requisaron 140 kilos de explosivos. Su objetivo, según el Ministerio del Interior de España, era perpetrar un atentado durante el debate sobre el Estado de la Nación.
Todo hace prever que el PP seguirá insistiendo en que el Gobierno cede ante ETA, Zapatero mantendrá su posición de que no se dialogará con el grupo terrorista mientras éste no abandone explícitamente la violencia y pondrá el acento de su campaña en los temas económicos, sociales y culturales.
FIN/IPS/td/mj/eu ip hd/07)