La derecha de Israel echa humo porque el gobierno autorizó un manual para escuelas estatales de la comunidad árabe que lleva impresa la palabra «nakba» («catástrofe»), usada por los palestinos para aludir a la creación del estado judío en 1948.
"Los árabes la llaman 'nakba', una guerra de catástrofe, pérdida y humillación, y los judíos la denominan 'Guerra de la Independencia'", dice el cuestionado pasaje del libro, que será utilizado por estudiantes árabes de entre ocho y nueve años.
La fundación de Israel causó el desplazamiento de 700.000 árabes, entre los que huyeron y los que fueron desalojados de sus hogares.
Legisladores de derecha temen que el uso de la palabra "nakba" en un libro autorizado por el gobierno legitimice el debate sobre el derecho del estado judío a existir, por lo que reclamaron la renuncia de la ministra de Educación, Yuli Tamir, del centroizquierdista Partido Laborista.
"La ministra de Educación debe marcharse a su casa", advirtió Benjamin Netanyahu, del conservador partido Likud. "¿Deberíamos inyectar propaganda árabe en nuestras escuelas con nuestras propias manos?"
El ministro de Asuntos Estratégicos y dirigente derechista Avigdor Lieberman sostuvo que la aprobación del manual reflejaba "el masoquismo y derrotismo de la izquierda israelí".
El legislador derechista Zevulun Orlev calificó la medida de Tamir de "antisionista", pues "da a los árabes la legitimidad para no reconocer al estado de Israel como el estado del pueblo judío".
"El día en que la ministra de Educación tomó esta decisión es el 'día de la nakba' del sistema de enseñanza israelí", manifestó Orlev.
La autorización del manual podría desatar una revuelta entre los 1,2 millones de ciudadanos israelíes de la comunidad árabe. "Le facilitamos la legitimidad a los árabes al ver nuestra independencia como su desastre. ¿Cómo podríamos, entonces, enseñar a esos alumnos a ser ciudadanos leales?"
Con el conflicto árabe-israelí aun sin solución, muchos judíos israelíes temen que admitir el uso de palabras derivadas de la narrativa nacional palestina en sus manuales escolares socave su propia narrativa sobre la fundación del estado.
Pero Tamir argumentó que ambas posiciones deben ser respetadas para acabar con las divergencias entre los dos pueblos.
"Demasiados israelíes hemos cerrado los ojos durante demasiados años. Tenemos la historia compleja de dos pueblos enfrentados en una lucha. Es tiempo de dar a la historia de esta lucha un tratamiento adecuado", indicó.
El nuevo manual "generará debate en las escuelas, y contribuirá a enseñar a los niños sobre la necesidad de convivir", sostuvo. "El público árabe merece que también le demos expresión a sus sentimientos."
"No es posible que un niño árabe y ciudadano israelí no conozca la narrativa árabe ni tenga la capacidad de discutirla", alertó.
La funcionaria del Ministerio de Educación Dalia Fenig consideró, por su parte, que enseñar a los estudiantes árabes que "todos debemos salir a la calle a festejar la creación del estado de Israel es un enfoque pedagógico equivocado".
"También debemos dar expresión a los sentimientos del otro lado, para que puedan conectarse con la narrativa judía y con los hechos históricos, incluido el desacuerdo de los árabes con la división del territorio. Estos asuntos solían ser barridas debajo de la alfombra en el sector árabe", explicó.
Autorizar la impresión del término "nakba" en el manual "es un acto valiente y necesario", aseguró Fenig.
Los 1,2 millones de ciudadanos árabes de Israel tienen plenos derechos, incluido el voto y a ser candidatos, aunque no deben cumplir servicio militar. Pero las dos comunidades cuentan con escuelas públicas diferentes, lo cual refleja el hecho de que suelen residir en localidades y barrios diferentes.
Hasta ahora, la versión dominante sobre la creación de Israel era la enseñada en las escuelas públicas árabes.
Así, los niños árabes-israelíes aprendían que los colonos judíos aceptaron el plan de partición de Palestina aprobado en 1947 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero que, con la creación de Israel en 1948, los países vecinos lanzaron una guerra total para acabar con él.
El manual escolar no incluye la versión palestina sobre los hechos de 1948.
Los legisladores árabes no manifestaron entusiasmo ante la aprobación del libro. Aplaudieron la decisión de Tamir, pero minimizaron su importancia.
Uno de ellos, Jamal Zahalka, presidente del partido Balad, consideró que la medida era positiva, pero reafirmó su demanda de autonomía cultural para los ciudadanos árabes de Israel, incluida la de sus centros de enseñanza.
Zahalka consideró que las comunidades árabes deberían contar con la posibilidad de establecer sus propios programas de estudio.