ECONOMÍA-ARGENTINA: Inflación con mordaza

El organismo argentino a cargo de las estadísticas fue intervenido en enero por el gobierno de Néstor Kirchner. Desde entonces, el aumento oficial de los precios es hasta cinco veces inferior al que registran mediciones privadas.

El escándalo comenzó con la decisión del Ministerio de Economía de desplazar a la directora del Área de Precios del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) Graciela Bevacqua, que obtuvo el cargo por concurso, y designar de forma directa a Beatriz Paglieri en su reemplazo.

La justicia investiga las razones del cese de Bevacqua. Empleados del Indec lo atribuyen a la negativa de la profesional a manipular los datos de inflación elaborados cada mes con los precios recabados por encuestadores en más de 6.000 comercios informantes.

Una "sugerencias" rechazada por la profesional fue la de incluir en el índice directamente los precios básicos acordados por la Secretaría de Comercio Interior con empresarios de distintos rubros, en lugar de atenerse a la metodología habitual de obtener el dato en establecimientos minoristas, acusan los empleados.

Desde entonces hubo nuevos desplazamientos y renuncias y los índices perdieron toda credibilidad. Asimismo, expertos en estadística de Argentina y de países vecinos cuestionaron las maniobras del Poder Ejecutivo, y la fiscalía decidió investigar los hechos.
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La consultora Sociedad de Estudios Laborales (SEL), dirigida por el sociólogo Ernesto Kritz, advirtió este mes que entre enero y mayo los precios de la canasta básica de alimentos crecieron 15,4 por ciento, y no 3,3 por ciento, como había informado el Indec.

"Parece haber algún problema no estadístico en la valuación de la canasta básica de alimentos del Indec a partir de enero", señala con ironía el último boletín de SEL. El estudio registra fuertes disparidades entre el alza de los precios oficiales y el real.

Los consumidores lo notan y muchos se sienten burlados.

"¿Quién puede creer en lo que dice el Indec? Yo me doy cuenta perfectamente que con la misma plata cada mes compro menos", comentó a IPS una mujer mientras esperaba su turno para pagar en un supermercado de Buenos Aires.

Cada mes desde enero, el equipo designado por el gobierno "deja de lado los datos que traen los encuestadores e introduce otros que hacen que el índice de precios arroje un número mas bajo", dijo a IPS el economista Víctor Beker, ex director de Estadísticas Económicas del Indec.

Como ejemplo, advirtió que los datos de la provincia de Mendoza muestran "una discrepancia significativa" respecto de los de la ciudad de Buenos Aires y su periferia, que son los que se toman para elaborar el índice general de precios.

Históricamente, la diferencia entre el interior y la capital era insignificante y siempre a favor de precios más elevados en Buenos Aires, donde hay un mayor movimiento turístico.

Pero ahora se advierte que en Mendoza particularmente, donde las autoridades locales resisten las presiones, los precios suben el doble, explicó.

"Es obvio que se está subestimando el índice", acusó Beker. Esta manipulación se realiza "con el solo objeto de disminuir el número final", lo que repercute en la credibilidad y el prestigio del Indec y afecta los resultados de otras estadísticas elaboradas a partir del índice, dijo.

La economista Adela Saltzman, que trabaja en el Indec, explicó a IPS que "si se subvaloran los aumentos de precios de la canasta básica, también se subestiman las mediciones de pobreza, la indigencia y todas las políticas sociales orientadas a estos sectores".

Esto ocurre porque, a partir del costo de la canasta básica familiar —con gastos generales para una familia tipo— y de la canasta de alimentos, se marcan, respectivamente, la línea de pobreza y la de indigencia.

Según advierte SEL, por ejemplo, una desaceleración en la caída de la pobreza podría quedar desapercibida por la diferencia entre el alza real de precios y el que elabora el Indec.

Otro impacto de la manipulación estadística se registra en los bonos de la deuda externa emitidos en pesos —la moneda nacional— y que tienen un cupón indexado según la inflación. Esos títulos pierden valor de forma sostenida desde que comenzó la crisis del organismo, aseguró Beker.

Muchos de esos bonos fueron adquiridos como inversión por las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones, y han sido, asimismo, medio de pago a personas indemnizadas por el Estado por distintos motivos.

Los trabajadores del Indec afiliados a la Asociación de Trabajadores del Estado reclaman que la metodología del índice de precios vuelva a ser la que regía antes de la intervención del Poder Ejecutivo, sintetizó a IPS el encuestador del organismo Raúl Llaneza, delegado del sindicato.

"Los cambios que introdujeron no tienen un sustento normativo. Lo único que se busca es un índice acorde con lo que desea informar el gobierno. Por eso, nosotros reclamamos volver a la metodología vigente hasta fines de 2006 y realizar una auditoria de expertos sobre lo actuado por la intervención", puntualizó.

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