El sistema de transporte público, áreas verdes y el manejo del agua y de los residuos serán puestos a consideración de la ciudadanía de la capital mexicana este domingo, con el aplauso de unos y las críticas de otros respecto del mecanismo a utilizar y la validez de los resultados.
Tania Mijares, directora del programa Aire y Energía, del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), lanzó un guiño a la llamada "Consulta Verde", que incluye 10 preguntas de respuesta cerrada por sí o por no.
"Estamos convencidos de que la consulta es muy buena, en el sentido de que levanta el tema verde en el debate público y a la vista de todos. Se puede volver a discutir asuntos ambientales en la ciudad, que se habían dejado en el olvido en los últimos años", dijo Mijares a IPS.
También para Patricia Arendar, directora ejecutiva del capítulo mexicano de la organización ambientalista internacional Greenpeace, esta suerte de referéndum es un punto de partido para diseñar políticas públicas referidas al cuidado ecológico.
"Es fundamental que la gente opine, discuta, se informe, trabaje, decida sobre los cambios en mejorar la situación ambiental en el país y en el Distrito Federal (la capital mexicana). Esto es básico, de que las políticas públicas respondan a la gente", declaró Arendar a IPS.
Organizada por el gobierno capitalino y siete instituciones académicas agrupadas en el Observatorio Ciudadano de la Ciudad de México, en la "Consulta Verde" se podrá votar a través de una línea telefónica habilitada para ese fin, por su propia página electrónica y por los sitios de las organizaciones participantes y en módulos instalados por toda la urbe.
La ciudad de México es una de las más populosas del mundo, con unos nueve millones de habitantes, en la que se generan diariamente más de 12.000 toneladas de residuos y por la que circulan más de 28.000 unidades de transporte de pasajeros.
"En caso de concretarse (la consulta) mejorará en algo la miserable calidad de vida de los capitalinos y contribuiríamos a frenar la destrucción del planeta", escribió Sergio Aguayo, columnista del periódico local Reforma.
El valle de México, ubicado en el centro del país y donde se localiza la capital, padece la sobreexplotación de los mantos acuíferos, de los que se extraen 59.500 litros cúbicos de agua por segundo, mientras que el aprovisionamiento es de 31.600 metros cúbicos.
Mijares y Arendar coinciden en que ha faltado más información para orientar a la ciudadanía, pues algunas preguntas requieren de más detalles.
Es el caso de la primera, referida a la construcción de una línea más del tren subterráneo, adicional a las 11 ya existentes, y de 10 rutas del Metrobús, un sistema de autobuses articulados que opera desde junio de 2005, similar a los existentes en Bogotá, Sao Paulo y la capital de Guatemala.
El nuevo tendido del transporte subterráneo costaría 1.200 millones de dólares y tendría una extensión de 24,2 kilómetros.
"Podría mejorarse la forma de cómo se está preguntando e informando a la población para poder contestar, para arrojar resultados que puedan ayudar a diseñar políticas públicas", señaló Mijares.
"¿Cuánto va a costar cada proyecto? ¿Cuándo será el inicio de las obras? ¿Qué implican?", se preguntó a su vez Arendar.
El Instituto Electoral del Distrito Federal instalará 3.000 urnas convencionales y 24 electrónicas y contará las opiniones emitidas en la consulta ciudadana, la primera convocada por el alcalde Marcelo Ebrard desde su llegada al gobierno en diciembre y en la que espera una participación de unos 400.000 ciudadanos de los poco más de siete millones habilitados.
Desde que asumió el control de la administración capitalina en 1997, el izquierdista Partido de la Revolución Democrática ha implementado este tipo de consultas en varias ocasiones, como ejercicio de la democracia participativa, según sus dirigentes.
En enero de 2002, el entonces alcalde Andrés Manuel López Obrador llevó a cabo una encuesta telefónica para determinar si la población estaba de acuerdo o no con la construcción de segundos pisos en una de las principales arterias capitalinas, obras que se finalizó en mayo de 2006.
López Obrador, quien perdió las elecciones presidenciales de julio de 2006 por un margen de apenas 0,58 por ciento de votos frente al conservador Felipe Calderón, recurrió en diciembre de 2004 de nuevo a la opinión ciudadana, al preguntar si permanecía a la cabeza del gobierno citadino o abandonaba el cargo para afrontar la campaña política.
Mijares y Arendar expresaron su preocupación porque los resultados del proceso, que serán difundidos la semana próxima, no sean tomados en cuenta.
"Es muy importante que la consulta y lo que de ella emane sean consideradas seriamente. Nos interesa que la consulta sea para querer conocer el sentir de la población y no sólo para avalar decisiones tomadas previamente", subrayó Mijares.
En caso contrario "puede derivar en un procedimiento vacío, en un mero ejercicio de procedimiento. Por eso, hay un desafío, que la gente asuma su responsabilidad y no solamente de ir a votar y luego alejarse", planteó Arendar.
Un punto de vista similar manifestó la opositora Coalición Parlamentaria Socialdemócrata en el Congreso legislativo capitalino, cuyo coordinador, Jorge Carlos Díaz, dijo en rueda de prensa que la consulta sólo servirá de matasellos a decisiones ya tomadas.
"Está de más ese aval, creo que el resultado todos lo conocemos, va a ser abrumadoramente a favor de que se realicen esas obras", indicó.
A pesar de que la ley de Participación Ciudadana de la capital regula mecanismos como el plebiscito, el referéndum, la iniciativa popular y la consulta ciudadana, aún no han sido impulsados desde la población, debido a los requisitos dictados por esa ley.
Para realizar cualquier consulta pública, los promotores de esas iniciativas deben presentar cerca de 35.000 firmas, o 0,5 por ciento del padrón electoral, y datos de los adscritos, como la firma, el nombre completo, la dirección y siete claves numéricas que aparecen en el documento de identificación oficial.
Sergio Aguayo, columnista de Reforma, criticó lo que consideró obstáculos para la ciudadanía. "Después de que se realice la Consulta Verde el gobierno de la ciudad podría lanzarse a desmontar los candados que hacen casi imposible la participación ciudadana organizada", escribió.
El gobierno capitalino planea efectuar dos consultas adicionales sobre temas ambientales, además de otra relacionada con la permanencia en el cargo del alcalde Ebrard, programada para el año próximo.