TAILANDIA: Rumores de magnicidio

Los responsables del foro electrónico de un popular sitio web tailandés formularon a sus usuarios una pregunta inquietante: ¿El depuesto y exiliado primer ministro Thaksin Shinawatra será asesinado si regresa al país?

"Me preocupa la seguridad de Thaksin", contestó un visitante a "Radademnern", el foro de discusión política del sitio Panthip.com. "Si quiere regresar, no debería hacerlo a través de (la línea aérea nacional) Thai Airwais. Debería sacar pasaje en una aerolínea internacional".

Los rumores sobre el destino de Thaksin, desalojado del poder por un golpe de Estado militar en septiembre, florecen desde esta semana.

Estas versiones se desataron luego de que el comandante del ejército y líder de la junta militar, general Sonthi Boonyaratglin, advirtió el miércoles que no debía regresar a Tailandia.

"La mayoría de la gente todavía se opone a su regreso ahora, en medio de la crisis, así que pondría su vida en peligro", dijo Sonthi a una radioemisora de Bangkok. "Sería muy peligroso para él".

Algunos partidarios de Thaksin trazaron un paralelo entre la actual amenaza contra el ex gobernante y el asesinato en 1983, durante la dictadura en Filipinas de Ferdinand Marcos, del opositor Benigno Aquino en el aeropuerto de Manila, cuando regresaba del exilio.

Tailandia, de todos modos, se libró de asesinatos políticos de tan alto perfil desde que se convirtió en una monarquía constitucional en 1932.

"Nunca tuvimos asesinatos políticos con figuras políticas importantes como blanco", dijo Thanet Aphornsuvan, profesor de historia en la Universidad Thammasat de Bangkok. "Los únicos crímenes políticos se registraron en ámbitos locales y municipales."

La perspectiva de que Thaksin regrese tras nueve meses en el exilio en Londres y ciudades asiáticas cobró impulsó luego que un comité designado por la junta ordenara el lunes a la banca local congelar 1.500 millones de dólares depositados en 21 cuentas a nombre de Thaksin y de su esposa.

Un día después, el primer ministro instalado por el régimen militar y ex comandante del ejército, Surayud Chulanont, dijo a la prensa que no le sorprendía la decisión de Thaksin de regresar para recusar los cargos en su contra.

"Sus razones para querer volver son comprensibles" y él "no tiene que pedir permiso" de la junta para hacerlo, señaló Surayud.

La recomendación del comité, que analizó las maniobras empresariales por las que Thaksin está acusado de haberse enriquecido ilegalmente en sus cinco años como primer ministro, no podía haber llegado en peor momento.

Apenas dos semanas antes, un tribunal especial designado por la junta disolvió a Thai Rak Thai (TRT), el partido político que Thaksin fundó hace nueve años, y proscribió a todos sus dirigentes por cinco años.

"Esto confirma que el nuevo gobierno está dispuesto a acabar con el TRT con todos los medios disponibles", dijo a IPS Chanida Chanyapate, subdirectora de Focus on the Global South, institución académica con sede en Bangkok.

Sin embargo, TRT mantiene una enorme cantidad de partidarios. Al momento del golpe de Estado de septiembre de 2006 contaba con entre 14 y 16 millones de simpatizantes, lo cual lo convierte en el partido político más grande en esta nación del sudeste asiático.

La base electoral de TRT se concentra en las provincias ruales más pobres, gracias a las medidas de asistencia a los pobres dictadas por Thaksin, entre ellas un programa universal de atención a la salud.

Thaksin, que era un magnate de las telecomunicaciones antes de convertirse en primer ministro en 2001, fue el primer jefe de gobierno en la historia del país que terminó un periodo completo de cuatro años, y también el primero en ser reelegido para un segundo periodo consecutivo en el cargo.

Él y su partido combatieron a los militares que tomaron el poder en el golpe de Estado, que fue el número 18 en las últimas siete décadas de Tailandia.

"Lo que Thaksin y sus partidarios están haciendo es nuevo para la política tailandesa. El depuesto primer ministro no se va tras el golpe, sino que gana fuerza. Lo mismo ocurre con su partido y sus seguidores", dijo la historiadora Thanet.

Numerosos opositores al golpe, muchos de ellos de TRT, se enfrentaron con la policía en la noche del sábado, luego de engrosar una manifestación callejera en el casco histórico de Bangkok a la que asistieron 10.000 personas. Fue el acto público más grande desde el golpe.

A nadie sorprendió que la capital fuera tomada por el rumor el miércoles. Algunas empresas enviaron a sus empleados a casa. La bolsa de valores de Bangkok cayó 2,3 por ciento.

Entre los rumores más divulgados figuraba la posibilidad de otro golpe ante la escalada de tensiones. Este temor se propagó tarde en la noche, a pesar de reiterados mensajes en los medios de comunicación por parte de líderes militares para que el público los ignorara.

"Ahora la situación se volvió muy tensa, especialmente luego del congelamiento de los bienes de Thaksin", dijo a IPS Laurent Malespine, director de Don't Blink, consultora de investigaciones políticas con sede en Bangkok. "Hay gente que quiere otro golpe."

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