Dos de los cuatro acusados de perpetrar crímenes, torturas, secuestros y detenciones ilegales durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961) alegan en su defensa la prescripción de los delitos y rechazan hablar sobre ese pasado dramático.
"Mi compromiso conmigo es no volver a revivir esa situación", dijo el ex coronel de la aviación militar Luis José León Estévez, esposo de una hija de Trujillo y denunciado ante la justicia junto a Cándido Torres y a los hermanos César y José Ángel Rodríguez Villeta, todos miembros del Servicio de Inteligencia Militar, mano ejecutora del terror implantado en la época.
"Todo lo que pasó está prescrito", añadió el ex militar, que fue condenado en febrero de 1965 a 30 años de cárcel por el asesinato de quienes ejecutaron al dictador. Empero, nunca purgó la pena, que finalmente fue declarada prescrita en 1986.
Los querellantes se preparan para presentar pruebas este viernes ante la procuraduría general adjunta, designada para investigar "los hechos punibles denunciados" el miércoles de la semana pasada.
"Queremos enviar el mensaje de que esos crímenes no se han olvidado", declaró a IPS Leandro Guzmán, miembro del entonces clandestino Movimiento 14 de Junio y quien fuera sometido a torturas y vejaciones en La 40, un centro de detención donde fueron asesinados centenares de jóvenes.
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La denuncia, presentada ante el procurador general de la República, Radhamés Jiménez Peña, por más de 20 víctimas de la dictadura y a instancias de la Fundación 30 de Mayo, pretende que cada uno de los acusados cumpla una pena de 30 años de trabajo público y se implemente una reparación de 50 millones de dólares por concepto de "daños materiales y morales".
"Estaremos allá para presentar testimonios de cómo fuimos torturados y cómo mataron a mucha gente", señaló Guzmán, viudo de María Teresa Mirabal, una de las tres hermanas conocidas como "Las Mariposas" y que fueron asesinadas el 25 de noviembre de 1960.
Esos crímenes perpetrados por orden directa de Trujillo también aparecen en la querella como hechos que la sustentan.
"Este procesamiento envía una buena señal a la sociedad, de que no se pueden cometer crímenes amparado en regímenes políticos", comentó a IPS Tony Raful, ex ministro de Cultura y quien ha abordado el tema en varios libros.
En ese entonces "hubo algunos simulacros de justicia, pero todo fue una pantomima, todos fueron absueltos", dice, y eso creó una situación negativa en la conciencia democrática que se gestó en el país tras la caída del régimen.
Para el historiador y sociólogo José Antinoe Fiallo, la sociedad no perdona que a los crímenes de Trujillo no se le diera el seguimiento que requerían, sostuvo ante IPS. "Este juicio está por encima de lo jurídico, también es moral e histórico".
Las contradicciones empiezan a surgir, sin embargo. En la publicación que recoge las declaraciones de dos de los acusados, César Rodríguez Villeta señala que nunca estuvo ni en La 40 ni en otra reconocida cárcel de tortura llamada El 9.
"A las dos de la madrugada del 17 de enero de 1960 se presentaron a mi casa tres autos Volskwagen con agentes del SIM, dirigidos por el celebérrimo criminal César Rodríguez Villeta ". Así aparece en el libro titulado "14 de Junio, De Espigas y de Fuego", escrito por Guzmán y cuya segunda edición data de 2004.
"Usted dice que no tiene nada que ver con los hechos que se le imputan, sin embargo, en un buen número de libros que recogen testimonios e informaciones de la época a usted se le vincula", dice una pregunta a Rodríguez Villeta publicada en un semanario local.
"Eso no quiere decir que acusan a uno", respondió.
Cuando se le preguntó si se trataba de calumnias, pidió al periodista que "salga a las calles de Monte Plata y pregunte por mí", dijo.
Monte Plata es un municipio a 76 kilómetros de Santo Domingo y donde reside este acusado de represión desde 1967 y donde también fue gobernador de 1986 a 1994, y candidato a senador en 1994.
Trujillo, nacido en 1891, lideró una feroz dictadura de tres décadas que terminó el 30 de mayo de 1961, cuando el vehículo en que viajaba fue emboscado y baleado por un grupo conformado en su mayoría por propios colaboradores del régimen.