DD HH-COLOMBIA: Unos se van y otros llegan

«Cerca de cuatro millones de personas, el 10 por ciento de los colombianos, son víctimas de los desplazamientos forzados a manos de los paramilitares», afirmó el activista Iván Cepeda, quien recibió esta semana el premio Roger N. Baldwin Medal of Liberty 2007 por su lucha contra los crímenes de lesa humanidad.

Iván Cepeda en su discurso al recibir el premio Crédito: Human Rights First
Iván Cepeda en su discurso al recibir el premio Crédito: Human Rights First
En los últimos años, el fenómeno del desplazamiento interno ha alcanzado tales proporciones en Colombia que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos lo considera uno de los aspectos más graves de la larga guerra civil de ese país sudamericano, que lleva casi medio siglo.

El premio le fue otorgado a Cepeda el miércoles por la organización Human Rights First, con sede en Nueva York y Washington, que reconoce a quienes luchan por la defensa de los derechos humanos en todo el mundo.

Al describir las acciones de los grupos paramilitares de extrema derecha, parcialmente desmovilizados a partir de una negociación con el actual gobierno de Álvaro Uribe, Cepeda sintetizó: lo que hacían era "reunir a un grupo de personas en lugares públicos, como una cancha de fútbol o la plaza, y masacrarlas".

Las técnicas de estas acciones son el uso de motosierras y otras herramientas que sirven para desmembrar a las víctimas vivas, añadió Cepeda a IPS.
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El objetivo de los desplazamientos es el control total de las tierras de los habitantes, dijo. "Los impulsores de estos actos criminales son principalmente los narcotraficantes, terratenientes y multinacionales que trabajan en conjunto con los paramilitares", declaró Cepeda.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) estima que en Colombia hay tres millones de desplazados internos por el conflicto armado y otro medio millón que debió abandonar el país por la misma causa.

En el conflicto colombiano actúan fuerzas del Estado, paramilitares y guerrillas campesinas de izquierda alzadas en armas en 1964.

"Lo que hemos hecho en estos últimos 10 años es buscar justicia para que la sociedad colombiana reconozca estos actos como una violación a los derechos humanos", afirmó Cepeda.

Por primera vez, el gobierno colombiano ha reconocido ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos su responsabilidad en los desplazamientos forzados. "Creemos que es un paso inicial para que se reconozca los otros miles de casos cometidos por el Estado y las fuerzas militares", dijo Cepeda a IPS.

El activista es fundador del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado y del Movimiento Hijas e Hijos por la Memoria y contra la Impunidad, conformados por más de 200 organizaciones. Todos sus miembros han sufrido en carne propia o son familiares de personas afectadas por la violencia.

Gran parte son viudas de hombres asesinados, a las que el Estado se rehúsa a reconocerles el titulo de propiedad de sus viviendas o predios.

"El problema es que en Colombia el titulo de propiedad lo tiene el hombre de la casa, pero es cierto que las mujeres tienen que luchar por la propiedad que tienen sobre esas tierras", dijo Cepeda.

Bogotá reconoce apenas a unos dos millones de personas desplazadas, alegando que a quienes tienen 10 años de desplazamiento ya no se les puede considerar en esa situación. La ayuda que reciben del Estado es mínima.

Cepeda viene luchando desde 1994, cuando asesinaron a su padre, el ex congresista y miembro del partido Unión Patriótica, Manuel Cepeda, denunciando el genocidio político y masacres presuntamente perpetradas por miembros del ejército.

"En Colombia se cometen más crímenes cada año que lo que fue la dictadura de (del chileno Augusto) Pinochet en 17 años, incluyendo ejecuciones extrajudiciales y asesinatos políticos", dijo Cepeda.

Junto a su esposa Claudia Girón, con quien acudió a recibir el premio, Cepeda dijo que no solamente era un honor recibirlo, sino un símbolo de protección para él y para todas las organizaciones de derechos humanos en las que participa.

Por causa de su actividad, Cepeda y sus colegas han sufrido amenazas, atentados y persecuciones, que dieron lugar a acciones urgentes y alertas de organizaciones como Amnistía Internacional.

El premio de Human Rights First tiene su nombre en honor a Roger Baldwin, fundador de la UCLA, siglas en inglés de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles, y de la Liga Internacional de los Derechos Humanos, y se entrega cada dos años a un defensor u organización que se haya destacado de modo ejemplar.

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