Activistas sociales celebran que el conservador presidente mexicano Felipe Calderón reconstruya las complacientes relaciones con Cuba, país con el que los dos gobiernos precedentes, de 1994 a 2006, tuvieron agrias controversias.
Pero no todos están contentos. Algunos observadores creen que el acercamiento ya logrado, que incluye también a Venezuela, indicaría la renuncia de Calderón a la defensa internacional de los derechos humanos y que dobló las manos frente a la "dictadura de Fidel Castro".
"Por estrategia y para no tener problemas, México prefirió bajar el perfil del conflicto diplomático con Cuba y Venezuela", dijo a IPS Héctor de la Cueva, portavoz de la Alianza Social Continental, que reúne a organizaciones altermundistas de América Latina.
"Pero eso no cambia su alineamiento con Estados Unidos y con los proyectos de libre comercio y hegemonía de ese país", agregó De la Cueva.
Ciro Gómez, columnista del diario Milenio, tiene otra visión. Según él, Calderón regresa a la vieja política de "no ver, no oír, no hablar en contra de Fidel (Castro) y su camarilla" a cambio "de que los cubanos no hagan declaraciones en la prensa y en los foros de izquierda" contra México. Es decir, "a cambio de nada", consideró.
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La nueva tesitura en la relación con la isla caribeña, que contrasta con las tensiones registradas durante los gobiernos de Ernesto Zedillo (1994-2000) y Vicente Fox (2000-06), fue corroborada por el canciller cubano, Felipe Pérez.
El vínculo entró en una vía nueva y positiva y se encamina a la normalidad, declaró el funcionario el día 22, luego que el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), presidido por México, acordó eximir a Cuba de los periódicos exámenes en la materia.
Calderón, miembro, al igual que Fox, del conservador Partido Acción Nacional, ordenó a sus subalternos desde su asunción presidencial en diciembre hacer todo lo posible por acercarse a Cuba y Venezuela, indicó a IPS una fuente oficial mexicana que prefirió omitir su nombre.
En ambos casos, las relaciones se redujeron al mínimo nivel.
"Ya pronto verán la cosecha del trabajo", dijo la fuente.
Lo que está a la vista es el nuevo clima en el vínculo con Cuba, hacia donde México enviará pronto un nuevo embajador. En cuanto a Venezuela, país con el que México bajó sus relaciones en 2005 a nivel de encargados de negocios, el cambio también parecer estar en puerta.
El canciller venezolano Nicolás Maduro declaró a fines de mayo al diario mexicano El Universal que Calderón ha respetado en todo sentido la soberanía de su país y que existe disposición para restablecer una "relación constructiva".
Atrás parecen quedar los choques con el gobierno venezolano, al que Fox acusó de manejarse con "adjetivos y calificativos que no van en una relación seria".
Lo mismo sucede con el gobierno cubano, al que ex canciller mexicano Jorge Castañeda calificó en abril de 2002 de "régimen autoritario en ocaso", luego de declarar que el presidente Castro es el "paria de América".
Para Castañeda, la nueva actitud diplomática de México es errada pues, a su entender, semeja esconder la cabeza en un hoyo, igual que una avestruz, para no ver ni oír lo que pasa a su alrededor en materia de derechos humanos.
Los vínculos diplomáticos entre Cuba y México nunca habían llegado a un nivel tan bajo como en el gobierno de Fox, primer presidente ajeno al Partido Revolucionario Institucional en 72 años, aunque los roces comenzaron ya con Zedillo en el poder, sí perteneciente a ese sector.
México fue el único país de América Latina que no rompió relaciones diplomáticas con Cuba en los años 60, cuando se consolidó la revolución encabezada por Castro, triunfante en 1959.
Pero la relación mudó con Zedillo, durante cuya gestión diplomáticos mexicanos se reunieron con opositores a Castro. Aquel presidente criticó veladamente la falta de libertades que hay en Cuba.
Durante ese gobierno y el de Fox, México se sumó a las voces críticas hacia Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, órgano que se disolvió este año para dar paso al Consejo.
La tesis de esos gobiernos era que México aceptaba para sí y promovía en el exterior de manera incondicional el escrutinio internacional y la promoción de los derechos humanos.
"Vemos como muy positivo el acercamiento de Calderón con La Habana, aunque no entraremos en una análisis de por qué lo hace este gobierno conservador", señaló a IPS Pedro Gellert, portavoz del Movimiento Mexicano de Solidaridad con Cuba.
"La nueva posición de México es coincidente con la opinión de la mayoría de mexicanos", afirmó el activista.
De la Cueva, de Alianza Social Continental, cree que México decidió cambiar de postura respecto de Cuba y Venezuela por el nuevo mapa de fuerzas políticas en América Latina, donde la izquierda y la centroizquierda tienen mayor fortaleza.
Pero eso no significa que México haya abandonado su alineación con Estados Unidos, enfatizó.
Durante el mandato de Fox, el gobierno mexicano tuvo duros choques con Cuba y Venezuela e incidentes con Argentina, Brasil y Chile, todos ubicados en la izquierda del espectro político regional.
Los roces llegaron a tal punto que el presidente venezolano Hugo Chávez llamó a Fox "cachorro del imperio", en referencia a Estados Unidos.
Desde que asumió en diciembre, Calderón ofreció mejorar los lazos con América Latina y el Caribe. Al menos en el caso de Cuba y Venezuela, parece que ya lo ha conseguido. ***** +) +) +)