Aumentan las bajas civiles en Afganistán. La Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), comandada por la OTAN, mató a un afgano e hirió a otros dos en represalia por la explosión de una mina que dañó un vehículo militar.
Un día antes, el presidente afgano Hamid Karzai había reprendido a las tropas extranjeras por la muerte innecesaria de civiles.
No es fácil la vida de los afganos, declaró el presidente el sábado en Kabul.
El domingo, tropas de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) abrieron fuego sobre residentes de Lashkargah, capital de la meridional provincia de Helmand, que trataban de huir de la zona después de que un vehículo de la ISAF resultó dañado por una mina terrestre.
El movimiento islamista Talibán, que gobernó Afganistán entre 1996 y 2001 y ahora controla esa provincia, se adjudicó la responsabilidad de la explosión.
El aumento de las bajas civiles eleva la animadversión de pobladores contra el gobierno y las fuerzas de seguridad extranjeras.
Las manifestaciones antiestadounidenses y contra la OTAN sacudieron Kabul y las provincias orientales y meridionales del país.
En julio pasado, la muerte de civiles en Kotal-e-Khairkhan, en la capital, causó varios disturbios.
La semana pasada estalló el resentimiento en las ondas de radio.
Una red de radios independientes interrumpió su programación habitual para transmitir una discusión espontánea de dos horas acerca del atentado suicida del 17 de este mes en Kabul.
En esta operación murieron al menos 30 policías. El autobús que los transportaba explotó dentro de la Academia de Policía de Kabul, frente al muy custodiado comando central de la fuerza. Fue el segundo ataque del año contra un autobús de la policía en la capital.
Los furiosos oyentes que llamaron a Radio Killid, una emisora de frecuencia modulada que transmite desde Kabul y la oriental provincia de Herat, obligó al portavoz del presidente Karzai a salir al aire y defender al gobierno.
"Responsabilizo al gobierno por lo sucedido", alegó un oyente que se identificó como Abdul Gulbahari. "Soy camionero y he visitado 31 provincias, incluidos muchos distritos. No veo cambios positivos. El gobierno no ha hecho nada para resolver los problemas de la población."
"No sé por qué las fuerzas de la coalición están en la capital. ¿Por qué no van a las zonas rurales?", preguntó otro oyente molesto, de Kabul, que no se identificó.
"La culpa es del presidente. Si no puede conducir un gobierno, que renuncie", subrayó un tercer oyente que dijo llamarse Abdul Qayom.
"Ayer, los estadounidenses mataron a un compatriota. Lamentamos haber votado a Karzai", añadió en relación a las represalias del 16 de junio en Kabul, cuando resultó asesinado un civil acribillado por tropas extranjeras.
"El ataque demuestra el fracaso de las fuerzas de seguridad en prevenir ese tipo de incidentes", escribió Sakhi Munir, editor del diario gubernamental Anis. Las fuerzas afganas y extranjeras suelen repetir que Kabul está libre de combatientes de Talibán que tratan de derrocar al gobierno de Karzai. Pero los sucesivos ataques suicidas pusieron al descubierto esa mentira, según el analista político Dad Noorani, de Radio Killid.
"Creo que las fuerzas de seguridad no pueden controlar la situación, incluidas la coalición liderada por Estados Unidos y la ISAF. Cada vez que hay un ataque, el gobierno pierde más la confianza de la población", sostuvo Noorani.
"Tenemos tropas de un montón de países para garantizar la seguridad del nuestro. Sin embargo, día a día se vuelve más inseguro", se lamentó al aire.
Noorani apeló a la compostura.
"Es comprensible que tras un ataque siga el caos, pero las fuerzas internacionales deben ser más cuidadosas. Todos sabemos cuán intranquilos andan por Kabul, así que el alboroto debe ser mucho mayor cuando las atacan", enfatizó.
"No podemos identificar al atacante suicida porque no podemos verlo. Pero vemos a los amigos del presidente Karzai abrir fuego contra los civiles", indicó Hameed, testigo del atentado del 16 de junio, en una llamada a Radio Killid.
"La dolorosa verdad es que las fuerzas de paz internacionales en más de una ocasión han sido acusadas de matar civiles", añadió Noorani
"ISAF y la coalición liderada por Estados Unidos piden disculpas una y otra vez, pero la práctica de matar civiles como parte de sus operaciones militares parece perpetuarse", añadió.
La seguridad en Afganistán sufrió un grave deterioro a fines de 2004, cuando muchos efectivos estadounidenses fueron trasladados a Iraq. Un renaciente Taliban asestó varios golpes mortales a varias dependencias del gobierno, incluidos centros de enseñanza y tropas extranjeras.
Los ataques casi diarios, que comenzaron en las provincias del sur y en la frontera con Pakistán, se propagaron hacia el este.
Los civiles quedan cada vez más en medio de las fuerzas enfrentadas.
El portavoz del presidente, Zia Syamak Herawi, defendió a Karzai.
"El Ejército Nacional Afgano, la Policía Nacional Afgana y la Dirección Nacional de Seguridad, bajo la conducción del presidente, hacen todo lo que pueden para evitar esas actividades, pero los atentados suicidas son un poco más difíciles de controlar y después de tres años los incidentes no hacen más que aumentar", indicó a Radio Killid.
"Nuestros enemigos usan estas tácticas para desacreditar al gobierno y poner a la gente contra el presidente democráticamente elegido", alegó.
Aun así, los oyentes de Radio Killid reclamaron acciones inmediatas.
"Me gustaría que renunciaran tres ministros: los del Interior, Defensa y Seguridad Nacional. ¿Por qué no impiden que entren armas desde Irán y otros países?", señaló Said Mustafa de Kapesa. El oyente se refería a recientes acusaciones procedentes de Estados Unidos, según las cuales Irán respalda al Talibán.
"Culpo a la policía que ni siquiera pudo proteger su propio autobús", se lamentó Abdul Karim, de Kabul. Ahmad Shah, otro oyente que se identificó como oficial de la policía, coincidió con él.
"La policía no inspecciona los camiones cuando entran a la ciudad. Si lo hicieran nadie podría traer explosivos", sostuvo Shah.
"La culpa la tiene el sistema judicial del país. Detengo a muchos delincuentes que son procesados, pero después de un tiempo salen en libertad sin haber cumplido ninguna pena de prisión. La justicia está terriblemente corrompida", añadió.
"Los oficiales afganos debería sancionar a los soldados estadounidenses que abrieron fuego contra civiles en el quinto distrito", señaló Yama, quien llamó a la radio desde Kabul.
Los afganos reclaman respuestas al gobierno. La verdad es que "no hubo una investigación concluyente y si la hubo, los informes no se hicieron públicos", según Noorani.
(* The Killid Media Group es un grupo de medios de comunicación privados de Afganistán. Este informe se publica por convenio con IPS.)