La temperatura política de Tailandia puede elevarse aun más esta semana, cuando un tribunal especial determine el destino de los dos mayores y más antiguos partidos políticos del país.
La posibilidad de que el Partido Democrático y Thai Rak Thai (Tailandeses que Aman a Tailandia, TRT) sean proscritos por cinco años, así como los integrantes de sus directivas individualmente, avivó el temor a protestas violentas y a una mayor fragmentación política en este país polarizado.
El Partido Democrático, de 61 años, tiene unos cuatro millones de seguidores mientras el TRT, de nueve años, tiene 14 millones.
"El peor de los casos es que nos proscriban por cinco años", declaró Chaturon Chaisang, líder del TRT. "Será una situación difícil porque la mayoría de nuestros dirigentes integran el comité ejecutivo."
Este lunes, en lo que fue interpretado como un recurso desesperado de último minuto, Chaturon aseguró que las acusaciones "carecen de base", pero sostuvo que su partido no realizará protestas ante un fallo que eventualmente disponga la disolución de su partido.
"Desde el punto de vista político, creo que es una mala idea disolver los partidos porque se deja a la gente sin opciones", advirtió el líder del Partido Democrático, Abhisit Vejajiva.
El rey Bhumibol Adulyadej señaló, en un discurso ante los magistrados del Tribunal Administrativo, el rey Bhumibol Adulyadej señaló que el dictamen del miércoles será una "decisión muy importante" y que "habrá problemas políticos, permanezcan o no los partidos".
"La gente está preocupada por lo que pueda suceder tras el fallo del Tribunal y muchos concuerdan con la advertencia del Rey acerca de las posibles consecuencias negativas del veredicto", dijo a IPS Laurent Malespine, del centro de investigación política Don't Blink, en Bangkok.
El venerado monarca no suele intervenir en cuestiones políticas y no tiene ninguna función más que ceremonial.
Pero en algunas ocasiones, Bhumibol, en el trono desde hace 60 años, contribuyó en situaciones difíciles a guiar el destino de esta nación de Asia sudoriental dando su opinión en torno a cuestiones delicadas.
El Rey pidió en abril de 2006 a la justicia terminar con el "desorden" del país antes de que el Tribunal Constitucional se pronunciara sobre la validez de las elecciones parlamentarias de abril de ese año, en las que triunfó TRT, entonces en el gobierno, y que fueron boicoteadas por el Partido Democrático y otros sectores opositores.
TRT, liderado por el depuesto primer ministro Thaksin Shinawatra, fue el centro de las críticas en las protestas callejeras realizadas la capital desde principios del año pasado.
Las protestas apuntaban a las supuestas prácticas de nepotismo, corrupción y abuso de poder del ex primer ministro. Thaksin, un ex magnate multimillonario de las telecomunicaciones, convocó las elecciones anticipadas del 2 de abril de 2006 para acallar esas críticas.
Pero el Tribunal Constitucional, al anular los comicios en mayo, asestó un duro golpe al poderoso TRT, que había obtenido una mayoría sin precedentes en las elecciones de 2001 y 2005.
La inseguridad que se instaló tras el fallo se profundizó cuando la Comisión Electoral dictaminó que TRT había cometido delitos como compra de votos y soborno. Poco después, también fue acusado de transgresiones similares el Partido Democrático.
A principios de julio, el Tribunal Constitucional comenzó a procesar a esos dos partidos.
Pero el proceso judicial se vio abruptamente suspendido el 19 de septiembre por el golpe de Estado militar que desalojó del gobierno a TRT.
La interrupción de la institucionalidad democrática fue bien recibida por amplios sectores de la población capitalina, que consideraban que así se lograría diluir la tensión política enraizada entre facciones a favor y en contra de Thaksin.
El dictamen de este miércoles se relaciona con casos de fraude en torno de los comicios del 2 de abril de 2006.
"Las divisiones políticas y la tensión es mucho peor ahora que hace un año. La situación es imprevisible. La gente no sabe qué hacer", señaló el director del diario tailandés Khaosod Daily, Kiatichai Pongpanich.
Este lunes, además, una bomba detonada en el un poblado rural del sur del país, atribuida a la guerrilla separatista local, mató a dos niños y dos adultos.
El gobierno militar manejó la posibilidad de decretar un estado de emergencia si la situación se torna caótica tras conocerse el fallo judicial.
"El gobierno analizó en detalle la situación y concluyó que es muy probable que haya desórdenes", declaró el jueves pasado el ministro de Defensa Boonrawd Somtas al diario Bangkok Post.
Y como suele suceder en Tailandia, cuando la temperatura política alcanza el punto de ebullición, surgen rumores de golpe de Estado. Eso sucedió el año pasado tres meses antes de que las fuerzas armadas tomaran el poder.
Este país tuvo 18 golpes de Estado desde que se convirtió en una monarquía constitucional en 1932.
"Me preocupa que algunos de los oficiales más jóvenes actúen", señaló Kiatichai, a pesar de que las autoridades declararon hace dos semanas por radio y televisión que eso no es probable. (FIN/IPS/traen-vf-mj/mmm/rdr/ap ip hd/07)