La crisis política en Ucrania se encamina a una solución negociada: el presidente Viktor Yushchenko y el primer ministro Viktor Yanukovich se pusieron de acuerdo en convocar elecciones anticipadas, pero no en la fecha.
El primer ministro Yanukovich, líder del Partido de las Regiones, quiere que las elecciones sean en el otoño boreal. Pero la oposición al gobierno, aliada en torno del presidente Yushchenko, prefiere que, a lo sumo, se realicen a mediados de julio.
Ambas partes aún deben ponerse de acuerdo en la enmienda de varias leyes para que, efectivamente, puedan realizarse los comicios.
El 2 de abril, el presidente Yushchenko decretó la disolución del parlamento y llamó a elecciones legislativas anticipadas. La decisión no fue respetada por la mayoría de los parlamentarios, favorables al gobierno del primer ministro Yanukovich.
Yushchenko advirtió entonces que los partidarios de Yanukovich, alentados por el pasaje de varios legisladores de la oposición a la coalición gobernante, tenían intención de usurpar el poder.
Desde entonces se desató una lucha por el poder entre el primer ministro prorruso y el presidente prooccidental en torno de la constitucionalidad del decreto de disolución del parlamento.
El acuerdo alcanzado este mes entre las dos figuras políticas más poderosas del país sorprendió a la población, que, al igual que los gobiernos occidentales, esperaba que la crisis fuera resuelta por el Tribunal Constitucional, a cargo de estudiar la legalidad del decreto presidencial.
El Tribunal estuvo bajo enormes presiones en las últimas semanas. El Partido de las Regiones esperaba una resolución favorable a sus intereses, y otra líder opositora, Yuliya Timoshenko, negaba su legitimidad.
El presidente Yushchenko recurrió a varias maniobras legales, incluida la destitución de varios jueces del Tribunal Constitucional y un nuevo decreto, para demorar el fallo.
De ese modo, el jefe de Estado postergó la convocatoria de las elecciones el 26 de abril. Su intención era enmendar las supuestas fallas constitucionales del primer decreto y restar importancia a las deliberaciones del Tribunal Constitucional.
Mientras el Tribunal anunciaba que seguiría estudiando el primer decreto, políticos de la coalición gobernante están furiosos por cada paso del presidente Yushchenko, quien, según ellos, altera continuamente los acuerdos alcanzados.
La dura posición adoptada por Yushchenko hacia el primer ministro Yanukovich sorprendió a muchos que lo consideraban un político débil. La audacia de sus iniciativas elevó su popularidad, aunque sólo entre la derecha.
"Mejoró su imagen de político capaz de tomar decisiones duras. Se volvió, incluso, más popular que Timoshenko", dijo a IPS Ivan Presniakov, analista del Centro Internacional de Estudios Políticas, con sede en Kiev, la capital ucraniana.
"Pero eso no quiere decir que también aumente la popularidad de su partido. Nuestra Ucrania sigue perdiendo puntos frente al Bloque Yuliya Timoshenko", puntualizó.
Se desconoce el comportamiento próximo de los votantes de derecha, pero nada de esto parece afectar el confortable y creciente liderazgo del Partido de las Regiones.
La actual coalición gobernante de izquierda, compuesta por el Partido de las Regiones, el Partido Comunista y el Partido Socialista, seguiría unida para las próximas elecciones.
Yanukovich se vio favorecido por la mejor situación económica frente a la lograda por la actual oposición, que gobernó entre 2004 y 2006. El aumento de ocho por ciento del producto interno bruto y la baja inflación le permitieron subir sueldos y jubilaciones.
Pero los socialistas, que perdieron apoyo en sus bases, no están contentos ante la perspectiva de elecciones anticipadas, por considerarla una "traición a la Constitución". En cambio, los comunistas seguramente se vean beneficiados con los comicios. El mismo Yushchenko admitió hace poco que el equilibrio de fuerzas en el parlamento no se vería afectado en forma significativa por la nueva votación. Su objetivo, añadió, fue otro.
"Estoy convencido de que sacaremos dos conclusiones de los comicios anticipados. La primera es que el mapa político no va a cambiar mucho. La segunda, y más importante, es que las fuerzas que ingresarán al nuevo parlamento estarán guiadas principalmente por la buena voluntad y el proceso de negociación", declaró.
Según Presniakov, "aun si no cambia nada con las elecciones, al menos Yushchenko asustó al gobierno con esa posibilidad y logrará un mayor respeto".
El presidente "puede quedar en una mejor posición negociadora" e influir en la elección del primer ministro o asegurarse de que los comunistas queden fuera del nuevo gabinete, especuló el experto.
Algunos analistas llegaron a especular con que el presidente Yushchenko y y el primer ministro Yanukovich se unirían en una gran coalición, con el fin de facilitar la reforma constitucional.
Todo el espectro político está de acuerdo en que la Constitución, reformada hace poco para otorgar más poder al parlamento en detrimento de la figura presidencial, debe mejorarse. Pero no hay consenso entre izquierda y derecha sobre las cuestiones prioritarias.
Presniakov considera que una reforma del sistema político es necesaria porque "podría haber otra crisis si no hay cambios institucionales".
Una mega coalición es difícil de concebir. En primer lugar, por la acérrima oposición entre partidarios de Nuestra Ucrania y el Partido de las Regiones. En segundo, por los intereses divergentes de los círculos corporativos que los apoyan.
El servicio de prensa de Nuestra Ucrania ha dicho que sólo formará una coalición con "fuerzas democráticas", expresión utilizada por la derecha para excluir al Partido de Regiones de Yanukovich.
***** + UCRANIA: Estruendoso choque de poderes (https://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=40768)
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