El ultranacionalismo de Serbia dio un estrepitoso paso atrás con el acuerdo logrado este viernes para la constitución de un nuevo gobierno, entre nacionalistas moderados y prooccidentales, luego de tres meses de bloqueo político.
Fue un suspiro de alivio para buena parte de la dirigencia del país y para toda Europa, pues los acontecimientos registrados esta misma semana amenazaban con arrastrar a Serbia a otro periodo de violencia.
El primer ministro Vojislav Kostunica, del nacionalista Partido Democrático de Serbia (DSS), y el presidente Boris Tadic, del prooccidental y reformista Partido Demócrata (DS), también acordaron echar de la presidencia del parlamento al ultranacionalista Tomislav Nikolic.
El anuncio fue efectuado este viernes, luego de una reunión que insumió toda la noche. Kostunica se mantendrá al frente del gabinete y la presidencia, con Tadic al frente, asumirá el dominio del poderoso Consejo de Seguridad Nacional.
Nikolic había sido elegido presidente del parlamento de 250 miembros el martes, con el apoyo de los 81 legisladores de su Partido Radical Serbio (SRS), los 47 del DSS y los 15 del Partido Socialista, al que pertenecía el fallecido dictador Slobodan Milosevic.
El líder del SRS, Vojislav Seselj, está acusado en la Corte Penal Internacional para la Ex Yugoslavia de crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos cometidas en los años 90, cuando aquel país socialista se sumió en guerras secesionistas.
Seselj era un estrecho aliado de Milosevic, que, como presidente de Serbia y luego de la Federación Yugoslava, condujo a su república en las guerras en que murieron más de 100.000 personas, la gran mayoría no serbias.
Milosevic murió detenido por la Corte en La Haya el año pasado, mientras se procesaba el juicio en su contra.
"Durante días enteros, hasta que se formó el gobierno, parecía que Serbia se hundía en su oscuro pasado", dijo a la Radio B92, de Belgrado, Dragoslav Micunovic, uno de los fundadores del DS. "Nikolic preparaba una especie de golpe parlamentario, lo que habría sacudido a la nación."
Micunovic se refería al anuncio del dirigente ultranacionalista, menos de dos días después de asumir el segundo cargo político en importancia del país, de que sugeriría "imponer el estado de emergencia" porque "Serbia está en peligro".
El entonces presidente del parlamento consideraba que la soberanía nacional resultaría vulnerada con la inminente decisión del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en torno de la independencia de la secesionista provincia meridional serbia de Kosovo.
Este territorio, donde la mayoría de la población pertenece a la etnia albanesa, está bajo administración de la ONU en 1999, cuando la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) bombardeó Serbia durante 11 semanas para detener la represión impuesta por Milosevic contra los kosovares.
Belgrado se opone a la independencia de Kosovo, a la que considera la cuna de la nacionalidad serbia.
Pero las señales de la posible secesión kosovar no causaron ninguna inquietud en la población serbia, mientras la amenaza de Nikolic desató una ola de indignación sin precedentes entre partidos democráticos y medios de comunicación.
La propuesta, incluso, causó conmoción en el DSS, informaron fuentes del partido nacionalista a IPS.
"Dirigentes de las provincias comenzaron a renunciar y acusaron a Kostunica de empujar al partido a la órbita del SRS y de arrastrarlo al pasado belicista. Eso lo hizo entrar en razones", dijo un dirigente del DSS en Kragujevac.
"Es cierto que un tercio de la población votó por el SRS, pero dos tercios no lo hicieron, y por eso el clamor fue enorme", explicó a IPS el analista Zoran Lucic. "La democracia serbia es débil, pero aun así para la mayoría de la gente es escandaloso vivir con la suspensión de derechos que pretende imponer Nikolic."
"En el acuerdo para la conformación del nuevo gobierno inciden una combinación de presiones internas y desde el extranjero. Las de afuera fueron enormes, pero no se puede dejar de lado la dimensión del público prodemocrático serbio", coincidió el analista Zoran Stojijlovic en su espacio de la Radio B92.
La elección de Nikolic provocó la inmediata suspensión de las negociaciones por atemperar el régimen de visado de serbios a los países de la Unión Europea (UE).
El jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, y el comisario del bloque Olli Rehn habían advertido que el ingreso de Serbia quedaría bloqueado por "un retorno a días oscuros".
Las negociaciones con la UE quedaron suspendidas hace un año, cuando ya había quedado en evidencia la falta de voluntad del gobierno de Kostunica para entregar a la Corte en La Haya al general serbo-bosnio Ratko Mladic, oculto en Serbia, acusado de la ejecución de 8.000 hombres y niños musulmanes en Srebrenica en 1995.
El acuerdo por la formación del gobierno da a Tadic el control sobre las fuerzas de seguridad, lo cual permitiría el arresto y la extradición de Mladic. "Eso supondría una ruptura con el pasado y la reanudación de las negociaciones con la UE", dijo a IPS el analista Milan Milosevic. (FIN/IPS/traen-mj/vpz/ss/eu ip hd/07)