El número de mujeres en funciones de gobierno aumenta en este país, pero «si se analiza en profundidad por qué fueron designadas, se encontrará que sólo son importantes cuando llega la época de las elecciones», afirma Zhean Gwaze, periodista y defensora de los derechos de la mujer.
Las mujeres con cargos oficiales sólo están allí para servir los intereses de los hombres que manejan la política, agrega Gwaze.
La activista por los derechos humanos Alice Chibwe coincide con el diagnóstico: "Tenemos una mujer en la vicepresidencia, pero lo que importa es el trabajo que ella puede realizar, y en verdad no está haciendo nada en términos cualitativos para promover los intereses de las mujeres," señala.
En Zimbabwe la desigualdad está presente en todas las áreas. El país figura en el puesto 113 (sobre un total de 136) del índice de desarrollo humano relativo al género, incluido en la edición 2006 del Informe sobre Desarrollo Humano preparado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Este indicador refleja el desigual estatus de las mujeres respecto del acceso, control y propiedad de recursos económicos y su posición en los procesos de toma de decisiones. "Esta es una de las razones por las que alcanzar la igualdad de género en 2015", un objetivo postulado por las Naciones Unidas, "se ha convertido en una gran burla", dice Chibwe.
Entre los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, adoptados en 2000 por las Naciones Unidas, se encuentra la meta de terminar con las disparidades de género con plazo en 2015.
Zimbabwe, afirma Gwaze, "debe recorrer un largo camino antes de alcanzar la igualdad de género. En el terreno político, ni siquiera hemos conseguido un cupo femenino de 30 por ciento en el Poder Legislativo. La propuesta de obtener para los mujeres 50 por ciento de los puestos de legisladores en 2008 es inalcanzable".
Aunque el país, según Chibwe, puso en práctica políticas y un marco legal que promueve la igualdad de género, la situación socio-económica impide realizar progresos.
En 2004, el gobierno adoptó la Política Nacional de Género para introducir esta perspectiva en el diseño, ejecución, monitoreo y evaluación de programas, con asistencia del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Como parte de esta iniciativa, el presidente Robert Mugabe promulgó este año una ley para la protección y asistencia a víctimas de la violencia doméstica.
Este es un grave problema en Zimbabwe. Según estadísticas policiales de 2006, una de cada cuatro mujeres ha sufrido abusos en algún momento de su vida. Asimismo, prácticamente 60 por ciento de los casos de homicidio que llegaron a la justicia estaban relacionados con episodios de violencia doméstica.
El PNUD está colaborando para fomentar la participación de mujeres en la elaboración del presupuesto, vinculando la gobernanza y la reducción de la pobreza con el papel femenino en la toma de decisiones, y el gobierno hizo suya la propuesta en abril de este año. Pero Gwaze está convencida de que sólo se trata de una forma de ganar tiempo en medio de la crisis política que atraviesa este país.
Las políticas para erradicar la discriminación todavía deben verse en la práctica. "El gobierno está haciendo algo, pero no lo suficiente", indica Clotilda Chidawanyika, fundadora y directora de Transafrik, una compañía local de transferencia de dinero. "Para tener éxito, una mujer debe realizar el doble de esfuerzo que un hombre", agrega.
Sin embargo, Chipo Mtasa, gerente de la principal empresa de tiempo libre del país, evalúa la situación de manera diferente. "No fue sencillo al principio, pero hice un gran esfuerzo para establecer buenos contactos. Jamás sentí que fuera un gran obstáculo ser mujer para desempeñarme en los negocios y jamás me sentí marginada", declara.
Las mujeres no están solas en su lucha por la igualdad.
El Foro Padare/Enkundleni es una organización de hombres dedicada a combatir el sexismo. "Trabajamos para construir un movimiento social que contribuya a terminar con la desigualdad", dice Eddington Mhonda, promotor de la asociación. "Lo hacemos impulsando ideas y acciones que permitan la participación de los hombres en la batalla por una sociedad justa en términos de género".