El propio presidente boliviano Evo Morales dirige la cruzada de los países andinos contra la decisión de la FIFA de prohibir, por razones de salud, los juegos internacionales de fútbol en ciudades ubicadas a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar.
El anuncio de la resolución del Comité Ejecutivo de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado), reunido en su sede de Zurich, motivó el inmediato rechazo del Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, que se convocó de urgencia en La Paz.
Morales, el primer presidente indígena elegido en América del Sur y amante del fútbol, presidió una reunión de emergencia de coordinación, apenas conocida la medida, con sus más estrechos colaboradores, su aliado político y alcalde de la ciudad de La Paz, Juan del Granado, y con el opositor prefecto (gobernador) del departamento de igual nombre, José Luis Paredes.
Ante la consulta de IPS, Paredes calificó a la restricción de injusta y anunció una apelación. Recordó que durante su gestión como alcalde de El Alto, ciudad contigua a La Paz y a 3.850 metros sobre el nivel del mar (msnm), organizó encuentros futbolísticos y construyó el primer estadio de césped sintético del país.
Expresó el temor de que otras ciudades como Potosí (3.977 msnm) queden marginadas de los torneos internacionales de fútbol, una disciplina que ha crecido por la buena actuación del equipo local Real Potosí, que ha disputado dos veces la Copa Libertadores de América.
En medio de variados conflictos sociales y polémicas con la oposición por la aplicación de medidas drásticas como la recuperación de los hidrocarburos, Morales hizo un paréntesis en su apretada agenda y dedicó una hora en la víspera a diseñar una estrategia en favor de la práctica del fútbol internacional en ciudades de su país y de vecinos montadas sobre la cordillera de los Andes.
La Paz, donde se asienta el gobierno de Bolivia y ubicada a 3.650 msnm, cobija al estadio Hernando Siles, habitualmente elegido para disputar los torneos internacionales por clubes locales y, en especial, para la competencia de selecciones nacionales en busca de la clasificación a los mundiales de fútbol.
Su gran altura resulta una sede temida particularmente por los equipos de Argentina, Brasil y Uruguay, habituados a jugar siempre a nivel del mar. Por eso, en varias oportunidades expresaron quejas antes las autoridades internacionales que rigen este deporte, arguyendo que la menor cantidad de oxígeno afecta su normal desempeño.
El mandatario boliviano se comunicó por teléfono con sus pares Michelle Bachelet, de Chile, y Hugo Chávez, de Venezuela, para pedirles el respaldo político en esta cruzada en favor de su país y de los otros tres integrantes de la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
El vicepresidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), Mauricio Méndez, desde Zurich donde participará del 57 Congreso de la FIFA a realizarse este miércoles y el jueves, se encargó de informar en persona a Morales sobre los alcances de la medida, que sólo puede ser vetada ahora por la Confederación Sudamericana de Fútbol.
"Hemos pedido una audiencia a la FIFA y, si es posible, el propio presidente hará la representación", dijo Morales, en alusión a su persona y la posibilidad de viajar a Suiza.
Nacido en una humilde localidad del altiplano ubicada a 3.800 msnm, Morales jugó al fútbol desde niño y luego dirigió un equipo que representó a los cultivadores de hoja de coca, en la central región del Chapare, desde el cual se proyectó como líder sindical y político. Aún acostumbra jugar con equipos profesionales y hasta con la selección nacional como delantero.
Por ahora, una comisión gubernamental, dirigida por el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, y el viceministro de Deportes, el ex destacado futbolista internacional Milton Melgar, viajará a la sede de la FIFA para exponer los argumentos a favor del fútbol en la altura.
El fútbol es el principal deporte practicado en Bolivia, el país más pobre de América del Sur, con 9,6 millones de habitantes, según la última medición.
Su equipo nacional sólo participó en tres campeonatos mundiales de los organizados por la FIFA. Como invitado en 1930, en el primero de estos torneos y que se realizó en Uruguay, y en 1950 en Brasil, y por méritos deportivos propios en 1994 en Estados Unidos al lograr clasificar entre los mejores cuatro de América del Sur.
"No puede haber discriminación y marginación en el deporte", dijo Morales con un estado de ánimo golpeado por la noticia y poniendo énfasis en el principio político de quebrar las barreras colocadas en el acceso a oportunidades económicas y sociales.
En las próximas horas serán convocados a la sede del gobierno los alcaldes y prefectos de los departamentos afectados por la restricción, expresó el mandatario que delegó en Del Granado la misión de tomar contacto con sus pares de Quito y de la ciudad peruana de Cuzco, también incluidas en la prohibición por estar encima de los 2.500 msnm.
Las críticas comenzaron a llegar con más fuerza a la FIFA tras la derrota de Brasil por dos goles contra cero frente a Bolivia en 1994 en La Paz, durante la clasificación para el torneo mundial de Estados Unidos, que finalmente ganó la selección brasileña.
En 1997, la FIFA puso en práctica el llamado "veto a la altura", ante lo cual Bolivia envió una representación a Suiza con el fin de convencer a las autoridades de que un deportista con la adecuada preparación no tiene dificultades para jugar al fútbol en la altura.
Así, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, visitó La Paz en febrero de 2000 y pronunció un discurso. "Yo nací entre las montañas. Mi pueblo es Suiza y está frente a los cerros más altos de Europa y por ello la altura no me da miedo", fue la parte de la alocución elegida para dejarla grabada en una plaqueta de estaño a la entrada del estadio Hernando Siles.
"Bolivia tiene derecho a la universalidad del deporte y un derecho natural por estar ubicada en una región geográficamente más elevada que el resto de los países", expresó a IPS el periodista especializado en temas deportivos Ernesto Murillo.
En opinión de Guido Loayza, el ex presidente de la FBF que lideró con éxito la campaña "Mundial USA 94", el juego en altura se compensa con la visita que deben realizar los equipos bolivianos a sus oponentes y también soportar condiciones extremas como temperaturas de 40 grados y humedad de hasta el 90 por ciento.
Las diferencias geográficas son una realidad en América Latina y si ponemos límites estaremos discriminando a un país, expresó.
Recordó que el paso de estrellas del fútbol como el brasileño Edson Arantes do Nascimento Pelé, con la selección de su país y el Santos Fútbol Club, y del argentino Diego Armando Maradona, con Argentinos Juniors, fueron exitosos y ambos se llevaron triunfos como visitantes y jugando en La Paz.
El ex presidente boliviano Carlos Mesa (2003-2005) sugirió a Morales asumir la posición de abanderado de la práctica del deporte en altura y ejercer, como mandatario indígena una representación con la fuerza de carácter moral.
Mesa integró la comisión institucional que acudió a la sede de FIFA en 1997 para llevar argumentos médicos y culturales de defensa del fútbol en ciudades andinas y hoy está convencido del éxito de una nueva representación internacional que incluya a Perú, Ecuador y Colombia, los cuatro miembros de la CAN.
"Debemos hacer causa común, no sólo en el tema vinculado al fútbol, sino a la universalidad del deporte y contra la discriminación a las culturas quechuas y aymaras que se desarrollaron en zonas de gran altura", dijo Mesa.
En medio de la pugna de intereses de países que temen perder su clasificación, la FIFA encaminará una salida por la vía de la conciliación que podría aumentar la altura permitida y habilitar a algunos estadios de Ecuador y Colombia, pero eliminaría de todos modos a los escenarios andinos de Bolivia, anticipó Murillo.
En caso de concretarse la prohibición, las capitales de departamento bolivianas que se someterían a la exclusión serán La Paz, Oruro (3.076 msnm), Potosí (3.977 msnm), Sucre (2.790 msnm) mientras la valluna ciudad de Cochabamba superaría levemente el margen señalado por la FIFA con sus 2.558 msnm.