FINANZAS-ÁFRICA: Telefonía celular revoluciona la banca

Los servicios bancarios brindados a través de telefonía celular se expanden desde África austral hasta Kenia, posibilitando como nunca antes que los pobres controlen directamente sus propias finanzas.

En África, la banca tradicional no es una opción viable para muchos de los pobres y para quienes viven en áreas rurales.

Las altas tarifas, el bajo nivel educativo y de alfabetización de sus posibles beneficiarios, así como la larga distancia entre las áreas remotas y las sucursales bancarias obstaculizan hasta la transacción más simple.

Según el no gubernamental Grupo Consultivo para Asistir a los Pobres (CGAP), alrededor de 80 por ciento de quienes viven en los países menos adelantados —según la Organización de las Naciones Unidas (ONU)— no tienen acceso a servicios bancarios.

Pero tecnologías como la telefonía celular ayudan a superar estas limitaciones.

Apenas 1.000 millones de los 6.500 millones de habitantes del mundo poseen cuentas bancarias, según CGAP. En contraste, 3.000 millones tienen teléfono celular.

CGAP calcula que estas nuevas tecnologías abrirán la puerta a más de 2.000 millones de personas en todo el mundo que hoy carecen de acceso a servicios bancarios.

Esta organización alcanzó en febrero un acuerdo por 26 millones de dólares con la Fundación Bill y Melinda Gates para desarrollar un proyecto hacia el desarrollo de mejores usos de la tecnología de servicios bancarios dirigidos a los pobres en todo el mundo.

De ese modo, se posibilitaría "a personas de cualquier lugar, en cualquier momento, el acceso a toda clase de servicios financieros", dijo Elizabeth Littlefield, presidenta de CGAP.

"Los pobres están muy dispuestos a usar teléfonos celulares para mover su dinero. En lugares como Congo, los teléfonos móviles son usados para transferir dinero dentro del país, esquivando al sistema bancario y las modalidades de transferencias más tradicionales", explicó.

Según el experto en microfinanzas Gautam Ivatury, gerente del programa de tecnología de CGAP, sólo en la República Democrática del Congo hay unos tres millones de teléfonos celulares y apenas 20.000 cuentas de ahorro o corrientes, lo que indica el enorme potencial de la formalización bancaria a través de ese medio de comunicación.

El cuello de botella en el cumplimiento de servicios de microfinanzas como cuentas de ahorro, transferencias de dinero y préstamos a los pobres es el costo de "hacer transacciones diminutas", a veces en áreas rurales, usando prácticas bancarias tradicionales.

Pero la telefonía celular y otras tecnologías pueden reducir el costo de esas transacciones y volver económicamente viables las difundidas microfinanzas.

"Lo esencial es que no hay manera de que se alcance los lugares más apartados con servicios financieros a menos que sea con tecnología, porque siempre será demasiado costoso hacerlo con agentes humanos", dijo Littlefield.

A comienzos de este año, el mayor proveedor de telefonía celular de Kenia, Safaricom, en conjunto con la grupo Vodafone, lanzó M-PESA, un sistema que ofrece a los suscriptores la capacidad de depositar, transferir y retirar dinero usando sus aparatos personales.

A través de agentes de Safaricom, los comercios locales de telefonía celular se convirtieron en bancos virtuales.

"El servicio M-PESA de transferencia de dinero es un ejemplo. Kenia se ha vuelto líder en el avance de la tecnología celular y de sus usuarios. Creemos que los consumidores keniatas tienen mucho que ganar, así como las compañías de los sectores financiero y de telefonía", dijo Michael Joseph, presidente de Safaricom.

El servicio de M-PESA fue creado originalmente como proyecto piloto financiado en conjunto por Vodafone y el Fondo para el Desafío de la Profundización Financiera, del Departamento para el Desarrollo Internacional de Gran Bretaña.

El programa desarrolló el proyecto piloto en asociación con Faulu Kenya, una institución local de microfinanzas.

En Sudáfrica, la firma Wizzit, pionera en materia de banca a través de teléfonos celulares, fue lanzada en 2005 y tuvo gran éxito en los pueblos y áreas rurales del país.

Según el presidente de Wizzit, Charles Rowlinson, "para mucha gente en Sudáfrica, el dinero en efectivo es el único medio de transacción".

Con Wizzit, que extiende a todos sus clientes las tarjetas de débito de la marca Maestro, "ahora las personas pueden transferir dinero instantáneamente, usando sus teléfonos celulares y haciendo compras con tarjetas en las tiendas", señaló.

Wizzit sumó unos 100.000 usuarios activos desde su creación hace menos de tres años, y emplea a adultos jóvenes que estaban desempleados, a los que llama "Wizz Kids" ("Muchachos Wizz", un juego de palabras que suena parecido a "wiz kids", "niños prodigio", en inglés), que reclutan y capacitan a usuarios del sistema en pueblos y áreas rurales.

Para el pequeño poblado sudafricano de Waterpoort, la sucursal bancaria más cercana se encuentra a 100 kilómetros.

Muchos de sus habitantes son trabajadores migrantes de Zimbabwe, a quienes se les paga en efectivo y que a menudo pierden dinero, ya sea en sobornos o cuando les roban al intentar cruzar la frontera para visitar a sus familias.

Wizzit se ingresó en Waterpoort y abrió cuentas para los trabajadores migrantes, que ahora pueden comprar mercaderías en las tiendas locales o transferir dinero de modo seguro a través de sus teléfonos celulares a sus familias en Zimbabwe.

Ivatury, de CGAP, dijo que la banca que usa telefonía celular y otras tecnologías similares tiene gran potencial para ofrecer sus servicios a los pobres de África, y enfatizó la necesidad de educar a los clientes y de aumentar la investigación de soluciones factibles.

"Mejorar los servicios financieros para los pobres significa asegurarse de que los clientes elijan de modo informado y usen productos que son buenos para ellos. La investigación de mercado y los programas de alfabetización financiera son esenciales", dijo Ivatury.

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