ESPAÑA-EE UU: Una de piratas

La disputa por las riquezas expoliadas por España y Gran Bretaña en América Latina, África y Asia durante la conquista colonial en realidad nunca se saldó. Pero ahora recobró fuerza ante el llamado «caso Odyssey», un testimonio espectacular de ese tema.

El gobierno español presentó una demanda ante un tribunal federal del sudoriental estado estadounidense de Florida contra Odyssey, reclamando la propiedad de un tesoro que esa firma recuperó del fondo del mar y que está valuado en 500 millones de dólares.

La riqueza recuperada consiste en monedas de oro y también de plata que estaban en un barco hundido siglos atrás frente a las costas españolas y que ya ha sido trasladado por vía aérea a Estados Unidos, partiendo desde el aeropuerto del estrecho de Gibraltar.

Pero las autoridades españolas siguen alerta, según informó un portavoz del Ministerio de Cultura a IPS, quien indicó que se dispuso una vigilancia especial en la zona del estrecho cercana al puerto debido a que aún hay dos barcos de la empresa Odysee.

El presidente del Instituto de Estudios Políticos para América Latina y África (Iepala), Carmelo García, dijo a IPS que ese tesoro, "como tantos otros", pertenece a los países que ocupan los territorios de los que fue expoliado.

Añadió que, "si no se les devuelve, pues encontrarán ‘razones’ formales y jurídicas para no hacerlo, al menos que se declare públicamente que esas monedas, como toda la acumulación de oro, plata y recursos que llegaron de América Latina y del litoral africano y asiático, pertenecen a los pueblos de esos continentes".

Y concluyó recordando que esos bienes "posibilitaron tanto la Revolución Industrial como la revolución burguesa, base del desarrollo actual de los países del Norte" industrializado.

El reclamo del gobierno español del socialista José Luis Rodríguez Zapatero comenzó a gestarse el 18 de este mes, cuando se hizo público el traslado del tesoro.

En su demanda reivindica los derechos de propiedad "sobre el buque hundido mientras estaba al servicio del Reino de España y sobre la carga y otras propiedades del buque hundido".

Por ello, Madrid insiste en que mantiene "la soberanía y los derechos sobre el buque, carga, artefactos y cualquier contenido" que estuviera dentro del barco rescatado frente a sus costas y sin haberle informado de su hallazgo, "como legalmente corresponde".

Odissey no informó ni contesta ahora a las demandas, aunque el 21 de este mes emitió un comunicado afirmando que el rescate se realizó cumpliendo con las leyes vigentes para la recuperación de yacimientos marinos. La empresa tampoco dio detalles sobre la nacionalidad y la localización del lugar donde se rescató el buque.

Pero investigaciones realizadas por la policía española en los días previos al vuelo hacia Estados Unidos permiten afirmar al gobierno que el rescate fue realizado en aguas españolas y que es probable que, además, el buque también fuera de esa nacionalidad.

La ministra de Cultura de España, Carmen Calvo, afirmó que los navíos de Odyssey Marine Exploration nunca fueron autorizados a efectuar búsquedas en aguas españolas y que su actuación podría ser calificada de "delito contra el patrimonio histórico español y contrabando de bienes culturales".

Adicionó como prueba de su afirmación que Odyssey se negó a que un equipo técnico del gobierno español y de la Guardia Civil, la policía militarizada de este país, acompañara a navíos de la misma en la búsqueda del barco de guerra británico Sussex, hundido en 1694 frente a las costas de Gibraltar.

Por otro lado, el diario madrileño ABC publicó una fotografía del navío Odyssey Explorer tomada el 13 de marzo por una embarcación de recreo en aguas españolas próximas a Tarifa, en la costa norte del mar Mediterráneo, en la que se puede apreciar en la proa del barco estadounidense la convencional señal marítima indicativa de que está realizando trabajos submarinos.

Curiosamente, el 18 de este mes Odyssey divulgó un comunicado informando que había descubierto "en aguas internacionales del océano Atlántico" el mayor tesoro submarino encontrado en toda la historia, con más de 500.000 piezas de plata, cientos de piezas de oro en muy buen estado y otras de este último metal labrado.

Ante la posibilidad de que España confirmara sus derechos legales sobre lo recuperado debajo del mar, la empresa Odyssey afirmó que se "aplicaría la concesión de rescate del Tribunal del Almirantazgo" británico, que entrega 90 por ciento de lo extraído a quien lo haya recuperado.

Hay que tener presente, en todo caso, que tratándose de búsquedas y encuentros en torno al estrecho de Gibraltar, allí todavía se mantiene la disputa entre España y Gran Bretaña sobre la soberanía de ese paso de unión entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo.

Ahora puede avecinarse otro conflicto, porque Odyssey ha estado excavando también otro barco, el británico Sussex, naufragado en aguas españolas en 1694 cuando transportaba nueve toneladas de monedas de oro, valuadas entre 500 millones y 600 millones de dólares.

Antonio Muñoz, responsable de las actividades en las costas españolas del noroeste del mar Mediterráneo de la organización no gubernamental Ecologistas en Acción dijo a IPS que desde 2005 ellos vieron al Odyssey explorando los fondos marinos, en algunas oportunidades a sólo seis millas de la costa.

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