Indígenas de la selva peruana del río Amazonas advirtieron a la firma trasnacional Occidental Petroleum Corporation (Oxy) que limpie su selva o presentarán una demanda en su contra en la justicia de Estados Unidos.
Un informe acerca de las actividades de Oxy durante tres décadas en la frontera entre Perú y Ecuador señala que los niños y niñas de la comunidad achuar presentan altas concentraciones de plomo y cadmio en su sangre, considerados muy dañinos para su desarrollo.
También estudios anteriores realizados por el gobierno peruano llegaron a conclusiones similares.
"Esta semana nos comunicamos con Oxy para que nos diga de buena fe cómo va a hacer para limpiar los desperdicios tóxicos que dejó en nuestra selva. Ya esperamos demasiado", indicó el anciano y líder espiritual Tomas Maynas Carijano, uno de los posibles demandantes.
"Si Oxy no nos da una respuesta satisfactoria y pronto, vamos a preparar una demanda por los perjuicios causados", añadió.
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Un portavoz de la sede corporativa de la occidental ciudad estadounidense de Los Ángeles refutó las acusaciones y dijo a IPS que Oxy no tiene conocimiento de que sus actividades causen problemas de salud. Además sostuvo que la compañía no opera en esa región desde fines de 1999.
Los anuncios coincidieron con una reunión de accionistas de esa empresa realizada el viernes, en la que también participaron dos líderes achuar, incluido el propio Carijano.
El otro indígena fue Andrés Sandi Mucushua, líder de la Federación de Comunidades Nativas del Río Corrientes, la principal organización peruana que representa a la comunidad achuar de 12.500 personas.
"Mi gente está enferma y se muere por culpa de Oxy. El agua de nuestros arroyos no se puede tomar y ya no podemos comer los peces de nuestros ríos ni los animales de la selva", declaró Sandi Mucushua.
Los achuar sustentan sus argumentos para las posibles acciones legales en un informe acerca de las actividades de Oxy, realizado por las organizaciones ambientalistas EarthRights International (ERI), Amazon Watch y la no gubernamental peruana Racimos de Ungurahui.
La compañía petrolera de origen estadounidense comenzó las perforaciones en esa zona en 1971. El área, cerca de la frontera con Ecuador, se convirtió luego en el mayor complejo petrolífero de Perú y llegó a generar alrededor de 42 por ciento de la producción de crudo de ese país.
En 2000, Oxy vendió su participación en esa zona a la compañía argentina Pluspetrol.
Según la investigación de las organizaciones ambientalistas, la compañía estadounidense puso un excesivo énfasis en sus medidas de reducción de gastos que la llevaron a utilizar tecnología por debajo de los estándares y provocó la contaminación del territorio achuar, que persiste hasta hoy.
El documento de 30 páginas señala que las actividades de Oxy "estuvieron lejos de los estándares aceptados para la industria".
Además afirma que la compañía empleó prácticas perimidas en la cuenca del río Corrientes y métodos prohibidos años atrás en Estados Unidos.
Por ejemplo, utilizó pozos de tierra para almacenar los fluidos extraídos, el crudo y los productos secundarios. Eran perforaciones cavadas directamente en la tierra y abiertas, sin revestimiento ni barreras de protección, que solían desbordarse y fluir hasta la superficie de los cursos de agua y filtrarse en el suelo y las napas freáticas, según el informe.
También habría vertido unos 850.000 barriles al día de productos tóxicos, derivados del proceso de extracción, a los ríos y cursos de agua que los achuar utilizan para tomar, bañarse, lavar y pescar.
También experimentó derrames de petróleo periódicos, agrega el documento.
"La comunidad achuar vive con el legado perjudicial de Oxy de extrema contaminación de su territorio y cursos de agua, dificultades para pescar, cazar y cultivar además de problemas de salud persistentes, incluyendo la contaminación con plomo y cadmio", se señala.
El documento concluye que, en total, Oxy vertió directamente en la selva virgen de los achuar 9.000 millones de barriles con residuos sin tratar y con uno de los subproductos del proceso de extracción que contiene una variedad de toxinas y agentes cancerígenos.
Richard S. Kline, de Oxy, informó que su compañía vendió su participación a Pluspetrol, una corporación argentina que asumió total responsabilidad por las actividades pasadas y actuales. También indicó que todas las operaciones fueron aprobadas y controladas por el gobierno de Perú.
Kline explicó, además, que una copia de ese informe publicado el jueves por las organizaciones ambientales aún debe ser remitida a la compañía.
"No tenemos información científica de ninguna consecuencia negativa sobre la salud. Si hay investigaciones científicas, por cierto que nos gustaría tener la oportunidad de revisarla y evaluarla y estamos abiertos al diálogo y al intercambio", puntualizó el representante de la firma.
Los activistas cuestionaron esa afirmación alegando que la compañía necesitaba limpiar su nombre y que su pasado no prevé nada bueno para el futuro.
"Los antecedentes de Oxy de desprecio hacia las normas y los derechos humanos más básicos de los achuar son espeluznantes", dijo la directora ejecutiva de Amazon Watch, Atossa Soltani.
"Oxy debe ser más decisiva y rectificar los errores del pasado limpiando la desastrosa contaminación y ayudando a los achuar a lidiar con sus problemas de salud. De lo contrario, este escándalo la perseguirá durante años con publicidad negativa y posibles procesos judiciales", subrayó.