El pánico se apoderó de miles de habitantes de la capital mexicana la madrugada de este viernes, cuando se registraron varios sismos. Aunque de poca intensidad, expertos afirman que se deben tomar como advertencia del terremoto que impactará esta zona en algún momento impredecible.
Fugas de gas, cortes en el servicio de electricidad y fisuras en una docena de edificios fue el saldo de los movimientos telúricos. El primero y más intenso se manifestó poco después de la media noche local (05:00 hora GMT) y 22 réplicas menores en las horas siguientes, sintiéndose sólo dos de ellas a las tres y cuatro horas de la madrugada mexicana.
El más fuerte movimiento, que fue de 6,3 grados en la escala de Richter, llevó a cientos de capitalinos a abandonar sus hogares para refugiarse en calles y plazas. Algunas personas sufrieron crisis nerviosas y no les importó demasiado salir en ropa de cama o interior.
Hubo quienes actuaron con rapidez siguiendo instrucciones previas de las autoridades, recordando los simulacros que esporádicamente se hacen en la ciudad o teniendo presente la experiencia vivida en septiembre de 1985, cuando un terremoto mató a más de 10.000 personas y destruyó parcialmente la capital. Sin embargo, la gran mayoría se quedó dentro de sus casas.
Los movimientos tuvieron como epicentro el estado sureño de Guerrero, a más de 450 kilómetros de la capital del país. En ese distrito, ubicado en las costas del océano Pacífico, no se reportaron víctimas ni daños de consideración, aunque también muchas personas abandonaron sus hogares.
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A las nueve de la mañana (14:00 GMT) hubo otro temblor, esta vez de 4,9 grados en la escala de Ritcher, que tuvo como epicentro el estado occidental de Michoacán y que sintieron pocas personas en la ciudad de México.
La alcaldía capitalina, comandada por el izquierdista Marcelo Ebrard, llamó a los ciudadanos a la calma e informó que no se reportaron víctimas ni daños importantes.
"Estos son avisos que deben tomarse en serio, pues se prevé que en México y en la capital en particular tendremos dentro de cinco días, 50 años o un siglo, no se sabe con certeza, un terremoto similar al de 1985 (que fue de 8,1 grados en la escala de Ritcher) o más fuerte", dijo a IPS Santiago Darwin, un geólogo experto en terremotos.
México está ubicado en una región donde interactúan cinco placas tectónicas y varias fallas continentales. Su capital está, además, sobre algunas de esas, y su suelo en varias zonas es susceptible de desplazamientos.
Luego del terremoto de 1985, que sorprendió a una ciudad sin preparación y con cientos de edificios no adecuados para soportar movimientos, las autoridades adoptaron planes de protección civil y endurecieron las normas de construcción.
Sin embargo, aún "no creo que nadie pueda decir que la ciudad está preparada de verdad para un gran terremoto", opinó Darwin.
En el planeta se registran unos 42.000 sismos cada año, fenómenos que desplazan territorios en rangos que van de cinco a 15 centímetros promedio por año.
Las zonas que resultan más afectadas son las que se ubican sobre las fisuras ya existentes en la corteza de la tierra. Los expertos explican que los movimientos se generan por las altas temperaturas del núcleo terráqueo.
Las más de 10 placas que soportan en la actualidad los continentes y océanos se mueven lenta, pero continuamente. Los sismólogos indican que hace más de 10 millones de años África y América del Sur estaban unidas. Para el futuro vaticinan nuevos cambios, entre ellos que América Central se separará del resto del continente americano.
El movimiento de las placas es un tema que apasiona a los científicos, pero resulta trágico para las millones de personas que se ven afectadas.
Los mexicanos saben de esos impactos por el terremoto sufrido en su capital hace más de dos décadas.
Aunque más de la mitad de quienes estudian o tienen empleos formales en la ciudad reportan haber participado en simulacros y recibido charlas sobre cómo actuar ante posibles sismos, la mayoría se siente incapaz de enfrentar un desastre de gran magnitud, según una encuesta realizada en 2005 por el diario local Reforma.
Otro estudio también de ese año, cuando se cumplieron 20 años del terremoto, pero de la firma privada Consulta Mitofsky, reveló que la mitad de la población capitalina afirma que sí sabe qué hacer en caso de temblor, inundación o incendio. Empero, tres de cada 10 piensa que el resto de la población no está preparada.
En la ciudad de México viven alrededor de nueve millones de personas, pero junto al vecino estado de igual nombre, con el que se funde en una sola mancha urbana, la población supera los 20 millones.
Parte de la capital, especialmente el centro histórico, está construida sobre los que fueron lagos y hoy son lechos arcillosos altamente vulnerable a los movimientos sísmicos.