MESOAMÉRICA: Cumbre insufla aire a Plan Puebla Panamá

El alicaído Plan Puebla Panamá (PPP) podría levantar cabeza seis años después de su creación tras la cumbre presidencial de sus socios: los siete países de América Central, México y el nuevo miembro, Colombia.

El propósito de revitalización del PPP, que lleva tres años en la opacidad, es impulsar el desarrollo y abatir la pobreza, según dijeron los mandatarios que participaron este martes en la cumbre celebrada en el sureño estado mexicano de Campeche.

El PPP aspira abarcar una superficie habitada por más de 112 millones de personas, e incluye proyectos de desarrollo, construcción de carreteras y represas hidroeléctricas, manejo concertado de recursos naturales y políticas comerciales, interconexión eléctrica e instalación de maquilas (zonas francas en las que se fabrican productos de exportación).

Pero algunos observadores y activistas encuentran otras motivaciones en los gobiernos participantes que —con excepción de Nicaragua gobernada desde enero por el sandinista Daniel Ortega— son simpatizantes de las políticas de apertura y liberalización comercial que impulsa Estados Unidos.

"El PPP busca contrarrestar y acotar el modelo de integración que se gesta en América del Sur" por gobiernos de centroizquierda críticos del modelo neoliberal, dijo a IPS Héctor de la Cueva, portavoz de la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio.

"No en vano Colombia, que es un aliado total de Estados Unidos, se sumó al PPP", añadió.

Alberto Arroyo, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana de México, coincide con este punto de vista. El afán del presidente anfitrión, el mexicano Felipe Calderón, es enfrentar la influencia y poder de su par venezolano Hugo Chávez en el sur del continente, estima.

El conservador Calderón afirma que el PPP es sólo un paso más hacia la integración de toda América Latina, objetivo que su gobierno persigue y en el que se propone ejercer liderazgo.

Además de Calderón, participaron en la cita los presidentes Álvaro Uribe, de Colombia, Óscar Arias, de Costa Rica, Antonio Saca, de El Salvador, Óscar Berger, de Guatemala, Manuel Zelaya, de Honduras, y Martín Torrijos, de Panamá. También estuvieron presentes el primer ministro Said Musa, de Belice, y Jaime Morales, vicepresidente de Nicaragua.

Los gobernantes presentes en Campeche prometieron fortalecer el proyecto mejorando el desempeño de instrumentos e instancias de coordinación y ejecución. Además dijeron que evaluarían los avances periódicamente para no perder ritmo ni tiempo.

En la declaración firmada se invita a agencias y programas del sistema de la Organización de las Naciones Unidas, de la Organización de los Estados Americanos y de la Unión Europea a enriquecer la agenda de la integración mesoamericana.

Se acordó además reactivar el plan de instalar una refinería de petróleo en algún país de América Central, con participación del sector privado. México ofreció entregarle 80.000 barriles diarios y Colombia anunció que estudiaría el suministro de una cantidad no precisada.

El texto saluda además la intención de Ecuador y República Dominicana de participar como observadores en el PPP y exhortaron "respetuosamente" al Poder Legislativo de Estados Unidos a acelerar la aprobación de sendos tratados de libre comercio firmados por Washington con Bogotá y Panamá.

El mandatario nicaragüense Ortega dijo días atrás que el PPP es sólo "una buena intención" y aclaró que su propósito como gobernante era apoyar con firmeza el proyecto de la Alternativa Bolivariana para las Américas, que impulsan Cuba y Venezuela.

Ortega se mostró molesto por la inclusión de Colombia en el PPP y sostuvo que ese país buscaba apoyo para quitar a Nicaragua sus derechos sobre el archipiélago de San Andrés y los cayos de Roncador, Quitasueño y Serrana, en el mar Caribe, sobre los que Managua y Bogotá mantienen una vieja disputa.

El PPP, diseñado por el gobierno del mexicano Vicente Fox (2000-2006), se presentó en 2001 con gran publicidad y la promesa de llegar a 2015 con una Mesoamérica convertida en una región competitiva, integrada y con una población sana, educada y respetuosa de su diversidad cultural.

En esos planes, México y los países de América Central recibieron asesoramiento y apoyo de agencias como el Banco Interamericano de Desarrollo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Sin embargo, los únicos aspectos que han funcionado con fuerza relativa hasta ahora son la interconexión eléctrica y la construcción y mejora de carreteras. Esos avances y otros planes consumieron ya 4.500 millones de dólares de inversiones. En documentos internos del PPP a los que tuvo acceso IPS, se mencionan propósitos de desarrollo sustentable, combate a la pobreza y apoyo a los pueblos indígenas. Pero las tintas están cargadas en la necesidad de que Mesoamérica mejore su competitividad para integrarse a los mercados internacionales.

Activistas y organizaciones sociales que se oponen al modelo de apertura promovido por Washington, sostienen que el PPP tiene un perfil "neocolonialista" y que es impulsado para someter a Mesoamérica a los intereses económicos y comerciales de las grandes corporaciones transnacionales.

"Como el PPP estuvo medio congelado, la resistencia social decayó. Pero con seguridad volverán pronto las movilizaciones, pues este plan es visto como contrario a los intereses de los campesinos e indígenas", dijo De la Cueva.

El territorio del PPP incluye nueve estados del sudeste mexicano más Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, una región de un millón de kilómetros cuadrados habitada por 70 millones de personas, en gran parte pobres.

Colombia, con más de 42 millones de habitantes, se integró como miembro pleno del PPP en octubre, con lo que la población abarcada por el proyecto se elevó a más de 112 millones de personas.

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