El acuerdo alcanzado por los bandos en pugna en Irlanda del Norte puede servir como modelo para conflictos en otras partes del mundo, según líderes unionistas y republicanos.
Los fotógrafos ametrallaron a Ian Paislay, líder del Partido Democrático Unionista (DUP), y a Gerry Adams, del partido secesionista Sinn Fein, cuando firmaron la semana pasada un nuevo acuerdo para repartirse el poder en Irlanda del Norte.
Fue una reunión histórica entre líderes de campos opuestos, cuyas diferencias asolaron a Irlanda del Norte durante décadas.
Pero el acuerdo podría significar algo más para esta problemática región de las Islas Británicas, según dijeron a IPS los dos premios Nobel de la Paz que dieron el puntapié inicial al reparto de poder hace varios años, el unionista David Trimble y el republicano John Hume.
El nuevo acuerdo se basa sobre principios en materia de resolución de conflictos que podrían funcionar en otros focos de enfrentamiento de todo el mundo, como, por ejemplo, Iraq.
Irlanda del Norte es un territorio británico en la isla de Irlanda, compuesto por los seis condados de la otrora provincia de Ulster.
Esta región permaneció unida con Gran Bretaña luego de que los otros 26 condados se independizaran de Gran Bretaña, en 1921, para componer la República de Irlanda, que ocupa la mayor parte del territorio de la isla, en el sur.
La mayor parte de los cuatro millones de habitantes de la República de Irlanda es de fe católica, así como la mayoría de la población de Inglaterra es protestante. Más de un millón de los 60 millones de habitantes de Gran Bretaña viven en Irlanda del Norte, y la mayoría son protestantes.
Buena parte de la población católica de Irlanda del Norte, los denominados republicanos, desean que el territorio se una a la República de Irlanda. Buena parte de la población protestante quiere mantenerla unida a Gran Bretaña, y por esa razón se los llama unionistas.
Esa es la raíz de la división política entre republicanos y unionistas. El DUP es la voz más radical de los unionistas, y el Sinn Fein, el principal partido republicano. A comienzos de los años 70, la violencia causó 3.000 muertes y muchísimos heridos.
El Ejército Republicano Irlandés (IRA) era el ala armada de los republicanos. A los combatientes vinculados con los unionistas se los denominaba "paramilitares".
La instancia en la cual el unionista Paisley y el republicano Adams se avinieron a sentarse en la misma mesa para hablar de compartir el poder en un nuevo gobierno es, necesariamente, histórica.
Si ellos pudieron, también podrán los bandos en conflicto en otras partes del mundo.
"Los principios y las claves de la resolución de nuestro conflicto pueden contribuir en la resolución de los que suceden en otros países", dijo el republicano Hume, quien en 1998 recibió el premio Nobel de la Paz junto con el unionista Trimble.
Fueron, precisamente, esos dos dirigentes los que iniciaron el proceso de paz que hoy avanza, aunque con muchos escollos en su trayecto.
"Al fin y al cabo, todos los conflictos son sobre lo mismo: las diferencias. Hay diferencias de raza, de religión, de nacionalidad. Y como ese tipo de diferencias son accidentes de nacimiento a las que no se pueden eliminar, deben ser respetadas", explicó Hume.
"El segundo principio es que haya instituciones que respeten las diferencias: una asamblea proporcional y un gobierno proporcional", agregó.
Éste es el único camino democrático para avanzar en una situación de conflicto, afirmó.
"Un sistema de mayoría simple sólo logrará una verdadera democracia en una sociedad uniforme. Pero si hay diversidad, la verdadera democracia es un sistema que incluye representantes de todos los sectores, y es eso en lo que estamos trabajando", concluyó.
La democracia es, en sí misma, esencial para cualquier solución, indicó Trimble a IPS.
"Corresponde a los pueblos que han vivido en el territorio en disputa decidir de qué quieren ser partícipes. Y debe haber acuerdos especiales para asegurar que haya plenas oportunidades de involucrar a la gente, para que no sean excluidos ni discriminados", añadió.
Pero esta forma de democracia sólo puede ser una solución temporaria, agregó.
"Esto no es la democracia como la mayoría de la gente la entiende. Aquí hay una coalición compulsiva de todos los grandes partidos. No es, ni por cerca, un acuerdo normal. Es necesaria para esta situación, y será, tal vez, necesaria por algún tiempo", sostuvo Trimble.
"Quiero pensar que no está muy lejano el día en que habrá suficiente confianza en toda la sociedad como para avanzar hacia un acuerdo normal", agregó.
El camino desde 1998 no ha sido fácil. Los acuerdos fallidos llevaron a suspender cuatro veces las sesiones de la Asamblea del Norte (parlamento local). El nuevo acuerdo marca una esperanza renovada, pero no certidumbres. (FIN/IPS/traen-mj/ss/raj/eu ip hd/07)