ELECCIONES-FRANCIA: Inmigrantes bajo los focos

Cuando falta solo una semana para la primera vuelta de las elecciones presidenciales, Francia vuelve a concentrarse, como en ocasiones anteriores, en la inmigración, los delitos menores endilgados a extranjeros y en la redefinición de la identidad nacional.

Estos problemas resurgieron tras los enfrentamientos del 27 de marzo en la estación de tren parisina Gare du Nord entre la policía y cientos de inmigrantes.

Testigos calificaron el hecho de "arranque típico de violencia innecesaria" de la policía contra un hombre de origen africano que pretendía viajar sin boleto en un tren regional.

No le corresponde a la policía controlar si los pasajeros tienen boletos, pero aun así una unidad policial detuvo al hombre y lo golpeó con brutalidad, según varios testigos.

Fue entonces que cientos de personas de origen extranjero que se encontraban en la estación la emprendieron contra las fuerzas del orden, causando daños a las instalaciones y varios comercios más.
[related_articles]
El candidato derechista Philippe de Villiers responsabilizó de los disturbios a la "barbarie de las pandillas de inmigrantes", según él fomentadas por "la negligencia generalizada de las instituciones estatales" hacia ellos.

Por su parte, el neofascista Jean-Marie Le Pen, también aspirante a la presidencia, atribuyó la violencia a "la política de inmigración masiva que hace 30 años lleva adelante Francia".

Ambos políticos reclamaron una expulsión masiva de inmigrantes.

El ex ministro del Interior Nicolas Sarkozy, contendiente por el gobernante partido Unión por un Movimiento Popular (UMP), también derechista, aprovechó la ocasión para repetir su mensaje habitual.

"Tenemos que fijar normas y leyes" a los inmigrantes, y "tenemos que imponer autoridad y respecto hacia nuestras instituciones", manifestó en una acto de campaña enseguida después de los incidentes de la estación de tren.

Sarkozy, favorito según las encuestas para ganar la primera vuelta electoral de este domingo, acusó a sus principales rivales, la socialista Ségolène Royal y el centrista François Bayrou, de estar "del lado de la rebelión y apoyar la delincuencia".

Tanto Royal como Bayrou atribuyeron los disturbios de la Gare du Nord a un síntoma del profundo malestar social.

"Hay algo que ya no funciona en nuestra sociedad. Se rompió la confianza entre la población, la policía y la ciudadanía", sostuvo Royal en un acto de campaña.

La candidata socialista declaró que, de ganar las elecciones, "restauraría un orden justo para fomentar el respeto mutuo. No quiero ver que en el país existan zonas donde jóvenes sin nada que ocultar temen a las fuerzas policiales y a los controles de identidad".

Bayrou se refirió a "un clima de confrontación permanente" entre la policía francesa y una gran porción de la sociedad, en especial los inmigrantes.

"Nuestra sociedad sufre de fuertes tensiones y resentimientos. Grandes sectores de la sociedad tienen la sensación de estar enfrentados con las instituciones, en especial la policía", señaló.

Este último choque violento recordó los disturbios del otoño boreal de 2005, cuando una acción policial causó la muerte accidental de dos jóvenes inmigrantes inocentes en París. En aquel momento, el hecho desató una ola de disturbios durante 13 noches protagonizados por jóvenes de origen extranjero.

Sarkozy, entonces ministro del Interior, calificó a los jóvenes de "escoria" y anunció que limpiaría las afueras de las grandes ciudades, donde viven la mayoría de los inmigrantes con una máquina industrial.

La campaña del candidato de la UMP giraba entorno al asunto de la inmigración y de la identidad nacional, aun antes de lo sucedido en la Gare du Nord. Sarkozy prometió crear un nuevo ministerio centrado en esos dos asuntos.

Sarkozy vinculó, de hecho, la cuestión de la identidad nacional con la inmigración, procedente en su mayoría de países de África y de Asia-Pacífico, en especial de China.

Como respuesta, Royal exhortó a los ciudadanos franceses a aprender y cantar el combativo himno nacional, la Marsellesa, y a izar la bandera de Francia en sus hogares.

El desarrollo de los acontecimientos suscitó ciertas preocupaciones.

"La diversidad étnica siempre fue una fuente de riqueza para todas las naciones", dijo a IPS la experta en inmigración Nancy Green, de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de Francia.

"Por supuesto, países como Francia construyeron una identidad nacional particular, pero siempre con aportes de extranjeros e inmigrantes", indicó Green, autora de varios libros al respecto.

Considerar que la inmigración es un problema para definir la identidad nacional y para la asimilación es ignorar la importancia de los inmigrantes en el desarrollo cultural, económico y social francés a lo largo de los siglos.

El actual revuelo en torno de la inmigración recuerda lo sucedido en la campaña de 2002. El entonces presidente Jacques Chirac, que esta vez no es candidato, dedicó la suya a ese asunto y a la falta de seguridad.

Suele considerarse que esa cuestión fue fundamental en el triunfo del neofascista Le Pen en la primera vuelta electoral de ese año.

"Es deprimente ver cómo se repite la historia con la exacerbación de la xenofobia y el actual resurgimiento de políticas restrictivas contra los inmigrantes", se lamentó Green.

"Pero la historia da motivos el optimismo porque, a la larga, los inmigrantes se mezclan en la sociedad, aun si mantienen su identidad de origen", añadió.

La excesiva atención en la inmigración dejó fuera de foco otros asuntos urgentes, como el cambio climático, el desarrollo y la cooperación internacional.

Para Bertrand Badie, profesor del Instituto de Ciencias Políticas de París, la omisión de esas cuestiones fue una "censura grosera de los candidatos y sus aparatos".

En casi todas las campañas presidenciales francesas desde 1965 predominaron los asuntos internos, explicó. "Pero la actual contradice la enorme cantidad de información que tienen los ciudadanos y los desafíos a escala internacional para los que Francia debe tener una respuesta", sostuvo.

Este domingo están habilitados para votar 44,5 millones de personas. De los 12 candidatos, sólo dos podrán pasar a la segunda vuelta, el 6 de mayo, a menos que uno de ellos obtenga más de 50 por ciento de los sufragios en la primera ronda.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe