El Plan Ecuador, presentado por Quito como una alternativa de desarrollo para la zona fronteriza afectada por la guerra de la vecina Colombia, es una propuesta aún en ciernes.
El plan fue elaborado después de que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunciara su implementación en marzo, mientras recorría provincias fronterizas afectadas por el conflicto colombiano de más de cuatro décadas.
Correa lo expuso como una iniciativa de paz de su gobierno para contrarrestar la "propuesta guerrerista del Plan Colombia" contrainsurgente y antidrogas, financiado por Washington desde 2000.
Semanas después, la propia canciller María Fernanda Espinosa aceptó que el Plan Ecuador estaba siendo delineado por Bustamante, durante una reunión con los corresponsales de la prensa extranjera acreditados en este país.
"Ven atrás de aquella cortina, está Fernando Bustamante elaborando el Plan Ecuador", afirmó Espinosa ante el asombro de todos.
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Cuarenta días después, el Plan Ecuador fue presentado el martes, pero todavía no comienza a implementarse.
Sus propósitos son el fortalecimiento institucional, la reactivación económica y la generación de empleo, el mejoramiento de la infraestructura social, el manejo sostenible de los recursos naturales, la administración de justicia y el control de ilícitos, el respeto de los derechos humanos, la asistencia humanitaria y la protección de la soberanía de Ecuador, dijo a IPS el ministro coordinador de la Seguridad Interna y Externa, Fernando Bustamante.
Según su enunciado, pretende "consolidar la seguridad y una cultura de paz, centradas en el ser humano, la satisfacción de sus necesidades y la potenciación de sus capacidades y libertades".
También se propone "afirmar una política de defensa basada en la protección de la población, de los recursos naturales, del patrimonio nacional y el control efectivo de su territorio".
Espinosa descartó que el Plan Ecuador pudiera generar malestar en Estados Unidos al constituirse en respuesta al Plan Colombia.
"Todo lo contrario, es una respuesta tan responsable y humanitaria que debe merecer todo el apoyo internacional" afirmó Espinosa, cuya experiencia en relaciones internacionales se inició con su gestión en el gobierno de Correa.
Espinosa lo definió como una forma de "combatir la pobreza, aumentar la seguridad, coordinar y racionalizar la intervención en la zona de frontera".
"Queremos sellar esa frontera, pero no en el sentido de impedir que sea un espacio vivo. Buscamos crear una frontera en la que tengamos seguridad y donde se pueda vivir", dijo a IPS Bustamante. "El Plan no significa un cambio de la política de defensa. Todos los procesos de defensa, patrullajes móviles se mantienen. Las Fuerzas Armadas darán apoyó logístico", afirmó.
Según Espinosa, esta propuesta también atenuará la ausencia del gobierno en las zonas fronterizas.
El aumento de la inseguridad en la frontera entre los dos países se debe al riesgo "de que grupos y organizaciones dedicadas a actividades ilegales penetren a territorio ecuatoriano y realicen actividades contra la estabilidad y seguridad en las zonas fronterizas", afirma la propuesta.
A eso se suma el "incremento constante del número de desplazados hacia las provincias de frontera con los consiguientes problemas humanitarios" en alimentación, educación y salud.
También reconoce un "crecimiento de la pobreza" en las áreas fronterizas que elevan "la violencia y la criminalidad en el Ecuador" y se verifican "impactos nocivos sobre la producción agrícola y el ambiente por efectos de las aspersiones aéreas por glifosato" que realiza Colombia sobre sus plantaciones fronterizas e ilegales de coca, materia prima de la cocaína, afectando territorio ecuatoriano.
El plan se llevará adelante en la franja norte del país que comprende las provincias de Esmeraldas, Carchi, Imbabura, Sucumbíos y Orellana. Según las autoridades, se atenderá inicialmente a las poblaciones más afectadas y vulnerables ubicadas casi en la línea de frontera y que suman más de un millón de habitantes, nueve por ciento de la población ecuatoriana.
En esa zona, 60 por ciento de las personas viven con ingresos de menos de dos dólares al día. En las cinco provincias el desempleo es de siete por ciento, pero el subempleo bordea 68,5 por ciento de la población económicamente activa.
Un comisión directiva nacional presidida por el Ministerio Coordinador de la Seguridad Interna y Externa, será la encargada de dirigirlo.
El gobierno estima que para su ejecución requerirá unos 160 millones de dólares, entre el nacional y de donantes internacionales, y ha llamado a la comunidad internacional a apoyarlo.
Un informe divulgado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) señala que el foro mundial y varios países han cooperado con más de 200 millones de dólares en diversos proyectos en la frontera de Ecuador y Colombia desde 1996.
El Plan intentará además legalizar la situación de los ciudadanos colombianos que huyen del conflicto en su país, la mayoría sin documentos ecuatorianos.
Desde 2000, Ecuador ha registrado 44.400 solicitudes de refugio y ha acogido a unos 12.800 desplazados por los enfrentamientos entre la guerrilla y el Estado de Colombia.
Sin embargo, se calcula que más de 100.000 colombianos que huyeron a Ecuador no tienen documentación en regla.
Quito afirma que su plan ya cuenta con apoyo de la ONU y de los gobiernos de Corea del Sur y Canadá.
Mauricio Valdés, jefe de la misión de la ONU en Ecuador dijo a IPS que "siempre se necesita fortalecer la coordinación y el orden. Es necesario que la comunidad internacional, los países socios de Ecuador, la OEA (Organización de los Estados Americanos) continúen y profundicen su cooperación con Ecuador".
Las Naciones Unidas ejecutan 25 proyectos en las cinco provincias incluidas en el Plan Ecuador, por montos que superan los 17 millones de dólares, aportados por el propio organismo y por Estados Unidos, Canadá, Japón, Suecia, España, Italia y Gran Bretaña, ente otros.
En una carta enviada por el secretario general del foro mundial, Ban Ki-moon, y leída durante la presentación oficial del plan, se resalta el trabajo realizado en la frontera norte por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Ban consideró que el plan era "un marco positivo" para fortalecer la cooperación entre Ecuador y Colombia, y aseguró que se necesita "el apoyo continuo de la comunidad internacional para enfrentar los retos humanitarios y de desarrollo en la frontera norte".
En América, Ecuador es el país que oficialmente tiene más refugiados, "al tiempo que alberga a un número significativo de extranjeros en situaciones de necesidad de apoyo y protección", dijo Ban.
"La ONU elogia al gobierno de Ecuador por el lanzamiento de esta importante iniciativa y espera saber más sobre los pormenores de la misma y la manera en que pueda proporcionar su apoyo", concluyó el secretario del foro mundial en su carta.