AMÉRICA LATINA: Davos prescribe un pastel más grande

Líderes empresariales de América Latina reunidos en el Foro Económico Mundial (FEM) sobre la región reconocen que la desigual distribución de la riqueza es un problema crucial, y se dicen llamados a contribuir en su solución. Son sólo buenas intenciones, replican sus críticos.

Pese al desempeño económico positivo de los últimos años, América Latina sigue siendo la región del mundo con mayor brecha entre ricos y pobres, según datos de agencias de las Naciones Unidas.

"En nuestras encuestas, el primer riesgo identificado por los hombres de negocios latinoamericanos es la desigualdad. Ellos se dan cuenta de que son un elemento necesario en el combate a la pobreza y la desigualdad", dijo a IPS Emilio Lozoya, director del FEM para América Latina en la inauguración del encuentro, este miércoles.

"Los grandes empresarios saben que tienen que tomar un rol más activo, y eso es algo que nos congratula mucho", acotó Lozoya, para quien la clave está en lograr que la educación entregue "las herramientas que requiere la industria", o de lo contrario se producirán más desempleados.

"Extender un cheque (para resolver problemas inmediatos) es una cuestión de corto plazo", en cambio la educación es una apuesta a futuro, destacó el economista.

El FEM sobre América Latina, que por primera vez sesiona en Chile, cuenta con asistencia de 400 dirigentes económicos, políticos, académicos y sociales de América, Europa y Asia Pacífico. Ésta es una de las reuniones regionales del foro de negocios que se celebra cada año en la localidad turística de Davos, Suiza.

Además de los presidentes Michelle Bachelet, de Chile, y Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, participan el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, José Luis Machinea, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, y representantes de la Organización Mundial de Comercio, del Banco Interamericano de Desarrollo y del Fondo Monetario Internacional.

También asistieron 100 presidentes de empresas internacionales y 20 ministros de la región.

La redistribución de la riqueza es "la primera preocupación que tenemos como país", y "la única manera de enfrentar este problema" es con gobiernos democráticos, responsabilidad fiscal y facilidades para la inversión, la cual permite aumentar las tasas de crecimiento, dijo el co-director del FEM sobre América Latina, el chileno Andrónico Luksic Craig.

Los organizadores del foro "El poder de una agenda regional positiva" destacaron el buen momento económico y político que vive la región, gracias al crecimiento sostenido y al afianzamiento de la democracia tras una decena de elecciones de nuevos gobiernos. En este marco, los desafíos latinoamericanos son avanzar en innovación, integración en infraestructura, seguridad energética y calidad educativa, idear estrategias para beneficiarse a largo plazo de la relación con Asia Pacífico y prepararse para el cambio climático, según el FEM.

Según Luksic, cabeza del grupo económico más grande de Chile, los retos de los países de la región son la "consolidación del Estado de derecho", la "solidez de la propiedad privada" y la seguridad, tanto para atraer inversión interna como externa.

En el encuentro se discutirá sobre trabajo decente, educación de calidad para todos y cambio climático, entre otras banderas de lucha de las organizaciones sociales.

Víctor Hugo de la Fuente, portavoz del capítulo chileno del movimiento internacional Attac (Asociación por una Tasa a las Transacciones Financieras Especulativas y la Acción Ciudadana), valoró la apertura temática del FEM, que consideró un logro del Foro Social Mundial (FSM), el mayor encuentro de la sociedad civil organizada que comenzó en 2001 como contrapunto a Davos.

"Las temáticas que plantea la ciudadanía en los foros sociales mundiales las han ido acogiendo las trasnacionales y el FEM. Eso nos parece muy bien, es un éxito para nosotros. Pero otra cosa es cómo estas nuevas ideas se aplican", dijo De la Fuente a IPS.

En este aspecto, el activista se manifestó pesimista. "Si (el ex presidente chileno) Ricardo Lagos (2000-2006) prometió crecer con igualdad y crecimos con desigualdad, es difícil creer que los grandes empresarios, los dueños del mundo y las trasnacionales vayan a hacer realmente los cambios. Yo pienso que no", puntualizó.

"En Chile la desigualdad podría disminuirse aumentando el salario mínimo (de 250 dólares), pero los empresarios, que ganan 100 veces el salario mínimo, dicen que no es posible aumentarlo en 20.000 pesos (40 dólares) porque crearía un caos en la economía", ejemplificó.

Como protesta contra el FEM, Attac organizó dos actividades de información y debate este miércoles y el jueves sobre asuntos que considera fundamentales para el progreso de la región.

Estos son la redistribución de la riqueza, la integración latinoamericana y la necesidad de aplicar impuestos a industrias extractivas de recursos naturales y de instaurar la llamada tasa Tobin, un gravamen a las transacciones de los mercados financieras, inspirada por el economista estadounidense y premio Nobel de Economía, James Tobin.

Attac es un movimiento internacional de ciudadanos con presencia en 40 países y partícipe activo del proceso del FSM.

"Las multinacionales sólo buscan mejores mercados para explotar sus recursos naturales, para aumentar sus ganancias por la vía de la especulación financiera, apropiarse de los servicios, luego de presionar por su privatización. Estos grandes conglomerados son los que gobiernan en detrimento de la voluntad democrática de la ciudadanía", señala un comunicado de Attac.

José Ignacio Ávalos, fundador de la no gubernamental Gente Nueva, cuna de entidades que se dedican al microcrédito, la alimentación y la salud y el abasto rural en México, dijo a IPS que "la desigualdad de la región es un tema muy importante que no está atendiéndose como debiera. La economía y el mercado no son capaces de resolverlo por sí solos".

Es sustancial que el Estado aumente su participación como "inversor social para acelerar el crecimiento de la economía" y que "la sociedad civil organizada también participe en este proceso de desarrollo para tratar de contrarrestar la gran brecha entre ricos y pobres", estimó.

El FEM dio a conocer el índice con que comenzará a medir el grado de atractivo de los países latinoamericanos para las inversiones en infraestructura: puertos, aeropuertos, carreteras y electricidad.

El "Índice de Atractivo para Inversiones Privadas en Infraestructura" (IPIAI, por sus siglas en inglés) toma en cuenta ocho pilares: entorno macroeconómico, marco legal, riesgo político, facilidad de acceso a la información, sofisticación de los mercados financieros nacionales, antecedentes de la inversión privada en infraestructura de los últimos 15 años, relaciones entre gobierno y sociedad y aptitud gubernamental para facilitar la inversión.

De modo complementario, se presentó un estudio sobre la realidad de 12 países de la región en esta materia. En primer lugar, con el mejor clima, se ubicó Chile, con 5,53 puntos, y le siguieron Brasil, con 4,40 puntos, Colombia, con 4,33 puntos, y Perú, con 4,23 puntos, en una puntuación máxima de siete.

Los últimos lugares los ocuparon Venezuela, con 3,37 puntos, Bolivia, con 3,34, y República Dominicana, con 3,33 puntos.

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