POLÍTICA-MÉXICO: Izquierda vuela bajo

El movimiento de resistencia civil y el frente de izquierda, surgidos tras la derrota de Andrés López Obrador como candidato presidencial de México, están lejos de constituirse en contrapeso del gobierno del conservador Felipe Calderón.

Dirigentes de la izquierda, observadores y encuestas coinciden en esa percepción, así como en la caída en picada de la popularidad del líder López Obrador y de su Partido de la Revolución Democrática (PRD).

El ex alcalde de la capital (2001-2005) comandó desde el miércoles hasta el domingo la segunda asamblea de la Convención Nacional Democrática (CND), con la participación de delegados de unas 600 organizaciones sociales y de los partidos de izquierda.

Las resoluciones fueron, en lo esencial, reiterativas: "defender la soberanía del país", enjuiciar a Calderón por "usurpador", buscar su destitución y consolidar la "resistencia civil"

Otro sector de la izquierda —que no considera a López Obrador su líder—, una delegación de la no violenta guerrilla Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), reinició este lunes la segunda fase de un recorrido por el país.

El objetivo es aglutinar a fuerzas de izquierda que no participan en elecciones y crear un movimiento que presione por cambios constitucionales.

El anterior recorrido, encabezado por el líder del EZLN, el "subcomandante Marcos", se realizó en 2006 con muy escasa cobertura de los medios de comunicación y poca acogida de la población, pues en muchas de las concentraciones públicas a las que convocó apenas acudieron entre 30 y 50 personas. El nuevo periplo se extenderá por seis meses.

La CND y el PRD "se están pareciendo cada vez más a los zapatistas: aunque son fuerzas existentes y reales, son cada vez más marginales y su presencia es de escaso impacto", dijo a IPS Lucio Contreras, politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México.

En su opinión, "la izquierda insiste en discursos y reclamos generales que la mayoría de los ciudadanos dejaron ya atrás, en lugar de proponer reformas concretas y prácticas así como mecanismos de negociación efectivos que la transformen en una fuerza opositora real".

El PRD obtuvo en julio la mayor votación de su historia, y se convirtió en la segunda fuerza legislativa detrás del oficialista Partido Acción Nacional (PAN). Su candidato presidencial perdió por apenas medio punto porcentual frente a Calderón, en unos comicios duramente cuestionados por la oposición.

López Obrador y sus seguidores denunciaron fraude, pero aunque los jueces detectaron irregularidades como la intervención del ex presidente Vicente Fox (2000-2006), avalaron el triunfo del oficialista.

Para el EZLN, el fraude había sido "descarado", pero no ofreció ningún apoyo a López Obrador ni al PRD y anunció que proseguiría sus planes de reunir a la "verdadera izquierda", que a su entender está en las fuerzas no electorales.

López Obrador promovió la creación de la CND para generar, desde la sociedad, un contrapeso a Calderón y proponer reformas constitucionales. La Convención además, lo designó en noviembre "presidente legítimo".

Pero ocho meses después de las elecciones de julio y a casi cuatro de la investidura de Calderón, todas las encuestas coinciden en que si se repitieran los comicios, la izquierda perdería de forma apabullante.

Los sondeos de las consultoras y medios de comunicación no miden el impacto del EZLN en la opinión pública desde hace mucho tiempo.

Mientras tanto, el gobierno de Calderón se dedica a dialogar con opositores y sindicatos y logra cimentar un respaldo social en ascenso, según sondeos.

Esas negociaciones le permitieron la semana pasada media aprobación parlamentaria a las reformas del sistema de pensiones de los burócratas del Estado, un asunto que llevaba 10 años de debates.

El PRD y sus aliados, el Partido del Trabajo y Convergencia, con los que conforma el Frente Amplio Progresista, se opusieron a la reforma e incluso ocuparon la tribuna del parlamento para intentar frenarla, pues la consideran inconveniente para el país, pero no presentaron propuestas alternativas.

Con apoyo del sindicato de los trabajadores del Estado (unos dos millones de trabajadores), y el voto del bloque del PAN y de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde y Alternativa, se aprobaron las reformas.

La izquierda "puede tomar las tribunas, denunciar a gritos, asegurar que la historia le dará la razón algún día, pero no puede negar que su automarginación terminará por confinarla al campo de lo testimonial sin incidir, en serio, en las reformas que el país requiere", opinó el columnista del diario Reforma, René Delgado.

Para Rosa Garavito, una de las fundadoras del PRD y ex senadora y diputada de ese partido, el balance político de la izquierda tras las elecciones es "bastante desalentador", pues no ha logrado incidir en el rumbo del país.

"La resistencia contra la imposición de un presidente ilegítimo (Calderón) no puede reducirse a descalificaciones. La convocatoria a la movilización social tendría que darse en torno a la agenda de la transición democrática, con temas torales en materia económica y política, considerando que negociar no es una mala palabra", dijo Garavito.

Legisladores del PRI, el PAN y el PRD aprobaron en febrero una ley que los faculta para discutir en el plazo de un año posibles reformas al modelo institucional del país, con el fin de materializar cambios que diversos actores políticos vienen debatiendo desde 2000.

Entre las reformas propuestas figuran pasar del sistema presidencialista de gobierno a uno con mayor incidencia del parlamento, abrir a la participación privada el sector energético hoy en manos del Estado, introducir la figura del plebiscito, reformar el Poder Judicial y el sistema electoral, reducir la cantidad de diputados y senadores y modificar el régimen recaudatorio.

El PRD y sus aliados y la CND advierten que no permitirán ninguna reforma que atente contra "la soberanía del país" y los "derechos del pueblo". Sin embargo, aún no están claras cuáles serán sus propuestas en estos asuntos.

La politóloga del Instituto Tecnológico Autónomo de México, Denise Dresser, advierte que si la izquierda quiere tener presencia real e incidir "debería dejar atrás el discurso del fraude", y comenzar "a pensar en términos de política pública".

En una columna publicada por la revista de izquierda Proceso, Dresser recomienda a la izquierda "hablar con expertos, contratar consultores, elaborar análisis, proponer iniciativas".

Es el momento de "hacer a un lado las escenificaciones teatrales para proponer soluciones reales, dejar atrás las aspiraciones románticas y centrarse en las medidas prácticas", dijo.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe