LITERATURA-COLOMBIA: Gabo, Macondo y La Mancha

«Hoy comienzan los próximos 100 años de Gabriel García Márquez», dijo el escritor mexicano Carlos Fuentes en la sesión inaugural del IV Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), dedicada a homenajear al premio Nobel de Literatura colombiano.

El IV CILE celebró los 80 años de edad de García Márquez, cumplidos el seis de este mes, 40 años de la publicación de su novela paradigmática, "Cien años de soledad", en mayo de 1967 en Buenos Aires, y 25 años del Nobel.

"El Quijote americano", calificó Fuentes la novela en una carta al escritor argentino Julio Cortázar, apenas leyó el manuscrito a finales de 1966.

García Márquez es "un nuevo descubridor. Un bautizador del Nuevo Mundo", que asumió "la tarea interminable de darle nombre a América", agregó Fuentes, orador principal de la jornada.

Bajo el lema "Unidad dentro de la diversidad", al IV CILE asisten hasta este jueves 3.200 personas del mundo cultural, académico, político, científico, económico y artístico de Iberoamérica, además de unos 500 periodistas.

Acudieron los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, el presidente panameño Martín Torrijos, el ex presidente estadounidense Bill Clinton, admirador declarado de la obra del colombiano, y el mandatario anfitrión Álvaro Uribe.

Aunque el IV CILE comenzó con hora y media de retraso, la entrega al laureado autor del primer ejemplar de una edición popular de "Cien años…" fue a las 12.00 en punto, hora local, (17:00 GMT), como estaba programado.

Sólo en ese momento, las librerías de distintos países sacaron a la venta un millón de ejemplares, mientras en el recinto de sesiones caía una lluvia de papel amarillo picado que recordaba las mariposas de ese color, una de las metáforas de "Cien años…".

La edición, de la editorial española Alfaguara, es el homenaje de las 22 Academias de la Lengua Española a los 40 años de la novela, que García Márquez maduró durante 17 años y escribió ininterrumpidamente durante 18 meses.

Como único antecedente, dos años atrás, con motivo del cuarto centenario de la publicación de la primera parte de "Don Quijote de La Mancha", del español Miguel de Cervantes, las academias publicaron una edición popular de la principal novela en castellano, cuyo tiraje se acerca hoy a los tres millones de ejemplares.

Ahora, invitan "a viejos y nuevos lectores a emprender una nueva lectura por esta extensión americana del gran territorio de La Mancha que es la lengua española", dijo Víctor García de la Concha, presidente de la Academia de la Lengua de España.

Como los parajes recorridos por Don Quijote, "Macondo es un lugar de la lengua española" hizo eco a su turno Juan Carlos de Borbón en su discurso en la sesión inaugural.

Según el propio autor en una entrevista en 1968, su novela "quiere ser una versión de la América Latina delirante, terrible, dolorosa, donde los esfuerzos se gastan inútilmente, donde las cosas se hacen pero todo estaba escrito, donde se cierne y perdura la peste del olvido".

Para la nueva edición, García Márquez hizo una lectura de su principal novela y le introdujo correcciones y algunos cambios leves.

"Sorprendente", dijo a IPS Guillermo González, director de la revista cultural Número, de Bogotá, "es un acto bonito, respetuoso, como una caricia al lector si se quiere". El Quijote y "Cien años…" "son dos de los libros que a mí y a mi generación nos han marcado la vida en el buen sentido, en el sentido de la creación, el goce, la irreverencia y la crítica a los poderes", agregó.

El peruano Mario Vargas Llosa, el poeta y novelista colombiano Álvaro Mutis y el propio Fuentes aportaron textos al libro de 606 páginas, que contiene un glosario de cientos de términos y un cuadro genealógico de la familia Buendía, fundadora de Macondo.

García Márquez se definió como "artesano insomne" y manifestó que mientras escribía aquella novela, "en la soledad de mi cuarto, con 28 letras del alfabeto y dos dedos como todo arsenal", no imaginó que algún día asistiría al lanzamiento de un millón de ejemplares de ella.

Tenía por entonces 38 años y cuatro libros publicados, y cuando cometía cualquier error de mecanografía, de lenguaje o de gramática, rompía el escrito a máquina y comenzaba de nuevo. Podía pasar en limpio ocho veces una misma página, dijo alguna vez.

Por eso, en las apreturas económicas de entonces, "uno de mis problemas más apremiantes era el papel para la máquina de escribir", rememoró.

Con todo, la versión final "era un borrador acribillado de remiendos, primero en tinta negra y después en tinta roja, para evitar confusiones".

Con 50 millones de ejemplares vendidos en español, "los lectores de 'Cien años de soledad' son hoy una comunidad que si viviera en un mismo pedazo de tierra, sería uno de los veinte países más poblados del mundo", anotó el Nobel de literatura.

Su rutina de escribir es la misma desde los 17 años: se levanta temprano cada día "para llenar una página en blanco o una pantalla vacía del computador, con la única misión de escribir una historia aún no contada por nadie, que le haga más feliz la vida a un lector inexistente".

El homenaje de hoy, agregó, lo hizo levantar la cabeza del teclado y "pensar qué es lo que me ha sucedido. Lo que veo es que el lector inexistente de mi página en blanco es hoy una descomunal muchedumbre, hambrienta de lectura, de textos en lengua castellana".

García Márquez rindió nuevamente tributo a su esposa, Mercedes Barcha. "Ni siquiera sé cómo hizo Mercedes durante esos meses para que no faltara ni un día la comida en la casa", ya nacidos los dos hijos del matrimonio.

A principios de agosto de 1966, la pareja llevó a la oficina de correos 590 cuartillas escritas a máquina a doble espacio, para enviar el original a Francisco Porrúa, director literario de la editorial Sudamericana en Buenos Aires.

El costo del correo era de 82 pesos, pero los García Barcha sólo tenían 53. Así que dividieron el paquete por la mitad, pero enviaron por error no la primera, sino la última parte. La involuntaria estrategia funcionó, pues Porrúa, ansioso por leer la primera parte, les anticipó dinero.

"Fue así como volvimos a nacer en nuestra vida de hoy", dijo el escritor, que fue descrito por el fallecido ex presidente francés François Mitterrand como "un hombre parecido a su obra: sólido, sonriente, silencioso. Dueño de un desierto de silencio como sólo las selvas tropicales lo pueden crear", según recordó Fuentes.

De los poderosos, García Márquez dice que no los busca, son ellos los que lo buscan a él.

El primer CILE tuvo lugar en Zacatecas, México, en 1997. El siguiente en 2001 en Valladolid (España), y el tercero en 2004 en la ciudad argentina de Rosario.

De modo simultáneo al III CILE, el Nobel de la paz argentino Adolfo Pérez Esquivel organizó el Primer Congreso de las Lenguas, para subrayar la necesidad de recuperar y cuidar los idiomas indígenas de América Latina.

En esta ocasión, la programación incluye un panel sobre el aporte indígena a la diversidad del español actual, cuya unidad se mantiene a través de las academias de la lengua.

El libro de "Gabo" salió al mercado colombiano a un precio de casi 11 dólares. A las 12:10, "sobre todo oficinistas" comenzaron a acercarse a comprar la novela, dijo a IPS Jairo Valderrama, vendedor de Alejandría Libros. "Hoy ha sido el día de García Márquez" en esa librería en el centro de Bogotá.

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