Pacifistas de Estados Unidos reaccionaron con un cauto optimismo ante la votación en la Cámara de Representantes según la cual los combates en Iraq deberán haber concluido para septiembre de 2008.
Esa cláusula fue aprobada el viernes, en el marco de una ley de presupuesto que le otorga al presidente George W. Bush 100.000 millones de dólares adicionales para las guerras en Iraq y en Afganistán, pero con aquella condición.
"Es un poco de teatro político", dijo Carolyn Eisenberg, profesora de política internacional de la Universidad Hofstra y copresidenta del grupo de trabajo legislativo de la coalición contra la guerra Unidos por Paz y Justicia.
El proyecto de ley aprobada por la cámara baja del Congreso legislativo es "un esfuerzo para decir que, de un modo u otro, esta guerra debe terminar", consideró Eisenberg.
Pero la experta manifestó cierta preocupación por aspectos específicos de la iniciativa que le abren al presidente Bush demasiado espacio de maniobra.
El texto "no especifica la salida de todas las tropas: se refiere a las 'tropas combatientes'", explicó. "Es un agujero gigantesco. ¿Qué es un soldado combatiente? ¿Qué es un soldado contrainsurgente, o un entrenador de soldados iraquíes, que podrían permanecer? Es una zona gris."
"Debemos ser realistas. Esta ley no pone fin a la guerra", concluyó.
El ex representante Tom Andrews, del opositor Partido Demócrata y líder de la coalición Ganar Sin Guerra, se mostró satisfecho por la aprobación del texto, pero manifestó preocupación por las previsiones sobre la conversión de las tropas de "grupos de entrenamiento en unidades iraquíes en la guerra civil".
"Es una situación horrible, una gran error de esta legislación", agregó Andrews, quien también cuestionó a los líderes de la Cámara de Representantes por bloquear una cláusula que hubiera prohibido al presidente Bush atacar Irán sin autorización del Congreso.
Unidos por Paz y Justicia presionó al Poder Legislativo para que negara a Bush los fondos necesarios para mantener las tropas en Iraq. La mayoría de los analistas atribuyen la victoria demócrata en las elecciones legislativas de noviembre a la impopularidad de la guerra.
Los activistas encontraron algún respaldo entre los legisladores más liberales.
El representante John Lewis, quien trabajó en los años 60 con el asesinado líder del movimiento por los derechos cívicos de los negros Marthin Luther King, dijo ante sus pares que "si él pudiera hablar hoy, diría que la nación necesita una revolución de valores que exponga la verdad: la guerra no funciona".
"Si hoy pudiera hablar", repitió, "diría que la guerra es obsoleta como herramienta de política exterior."
"Esta noche debo decir muy claro que, como ser humano, como ciudadano del mundo, como ciudadano estadounidense, como miembro del congreso, como individuo comprometido con un mundo en paz consigo mismo, no aprobaré con mi voto otro dólar, otro centavo para apoyar esta guerra", enfatizó.
Pero Lewis resultó uno de los pocos representantes que asumieron esa posición.
La noche anterior a la votación, realizada el viernes, la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, se reunió con miembros de la coalición legislativa Fuera de Iraq y acordó con ellos dejar de presionar por la negativa de fondos.
Además, en esa ocasión acordaron asignar 21.000 millones de dólares a programas que no tienen relación con la guerra en Iraq, como la construcción de silos para maní y de escuelas rurales y subsidios al cultivo de espinaca.
Buena parte de esos programas parecían servir para seducir a los legisladores progresistas que en ocasiones anteriores votaron contra la guerra.
Entre ellos figuraba el representante Peter DeFazio, del estado de Oregon, que votó contra el inicio de la guerra hace cuatro años.
La semana pasada, la Cámara de Representantes de Oregon aprobó una resolución que llamaba a la retirada de todas las tropas de Iraq, y lo mismo hicieron los concejos locales de las ciudades de Portland, Covallis y Eugene, en ese mismo estado.
Pero la portavoz de DeFazio, Danielle Langone, consideró que el financiamiento escolar era más importante para su distrito que el problema de la guerra.
De todos modos, DeFazio atribuyó luego su voto al hecho de que el proyecto "brinda equipos esenciales a los soldados y le pone un plazo a la guerra".
"Fue el voto correcto, un voto que establece un fin a una guerra lanzada mediante el engaño masivo, que nunca debió haberse librado", añadió.
Se prevé que el Senado discuta un proyecto similar esta semana. Una vez que resulte aprobado, las dos cámaras formarán un comité para allanar las diferencias entre los dos textos. Luego, la iniciativa será elevada al presidente Bush para su promulgación.
El presidente amenazó con vetarla.
"Los demócratas en la Cámara de Representantes, en un acto de teatro político, votaron por sustituir con su juicio el de nuestros comandantes militares en el terreno en Iraq", dijo Bush. "Establecieron restricciones rígidas que requerirán la interpretación de un ejército de abogados."
Para el mandatario, el plazo establecido también es "arbitrario", pues no toma en cuenta, según dijo, "las condiciones en el terreno". (FIN/IPS/traen-mj/ag/ks/na mm ip ik sp cs/07)