Hace apenas nueve meses, la revista Newsweek apelaba a la sabiduría convencional para declarar «el fin de la diplomacia cowboy» en el gobierno de Estados Unidos.
La frase marcaba la supuesta victoria de los "realistas" del Departamento de Estado (cancillería) sobre los "halcones" liderados por el vicepresidente Dick Cheney y el entonces secretario (ministro) de Defensa Donald Rumsfeld, en la batalla por el control de la política exterior estadounidense.
Un mes después, estalló la guerra entre Israel y el Partido de Dios (Hezbolá) en Líbano, y los halcones, en particular los neoconservadores, parecían resucitar.
El presidente George W. Bush llegó entonces a dejar de lado a los ruegos de sus aliados europeos y árabes para que presionara a Israel por un cese del fuego.
Más aun: su principal asesor en cuestiones de Medio Oriente, Elliott Abrams, al parecer lo alentaba para que la guerra se ampliara a Siria, para horror del Departamento de Estado e incluso de sus interlocutores israelíes.
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Ahora, luego del abrumador triunfo en las elecciones legislativas del opositor Partido Demócrata y de la consiguiente renuncia de Rumsfeld, en medio de los peores índices de aprobación a la gestión presidencial en 50 años, la sabiduría convencional indica que los realistas deberían hacerse cargo de las riendas del poder.
A este panorama se suma la condena por perjurio y obstrucción de la justicia de I. Lewis "Scooter" Libby, jefe del estado mayor de Cheney durante la primera presidencia de Bush (2001-2005).
La sentencia implica que desde la oficina de Cheney se dirigieron operaciones de descrédito contra críticos del gobierno y de manipulación de datos de inteligencia con el fin de lograr apoyo para la invasión de Iraq en 2003. El Congreso legislativo, seguramente, realizará su propia investigación sobre el caso.
Todas estas noticias dejaron la sensación de que los realistas comenzaban a predominar, por fin, en la política exterior estadounidense. Así lo dejó entrever la prensa estadounidense este mes.
"La diplomacia podría definir el final del gobierno de Bush: El pragmatismo tiñe la política, dicen expertos", tituló el diario USA Today. Ese mismo día, The New York Times publicaba un análisis titulado "Pragmatismo en la diplomacia", sobre concesiones consideradas por la secretaria de Estado (canciller) Condoleezza Rice a Corea del Norte, Irán y Siria.
"La política exterior ha cambiado", observó desde su portada el diario Los Angeles Times, según el cual las últimas medidas reflejan "el ascenso de Rice y su equipo del Departamento de Estado sobre los halcones otrora liderados" por Cheney y Rumsfeld.
"Bush muestra voluntad de revertir el curso", indica otro título de The Washington Post. Uno de los columnistas del periódico, David Ignatius, argumentó que el presidente habría aceptado las recomendaciones del Grupo de Estudios sobre Iraq, designado por el Congreso e integrado por figuras realistas de los dos partidos.
En otra columna, titulada "Qué le sucedió a Dick Cheney", el periodista Jim Hoagland sugiere que el vicepresidente fue marginado por Rice del manejo de la política exterior.
En lo que constituyó el signo más dramático del ascenso realista hasta la fecha, Estados Unidos accedió a reanudar el suministro de combustible a Corea del Norte y a analizar la normalización de las relaciones bilaterales a cambio del cierre de las plantas de enriquecimiento de plutonio norcoreanas y el retorno de los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica a ese país.
El acuerdo fue avalado por Bush luego de un diálogo directo con Rice, sin pasar por el proceso usual de consultas, que involucra a numerosas secretarías y agencias.
Al mismo tiempo, el tácito apoyo del Departamento de Estado a las gestiones de Arabia Saudita por el alumbramiento de un gobierno de unidad nacional en Palestina, el mes pasado en La Meca, fue una muestra de inédita flexibilidad que enfureció a los halcones y a Abrams, en particular.
Pero el anuncio que concitó más atención fue la participación de representantes estadounidenses en dos reuniones regionales convocadas por el primer ministro iraquí Nouri al-Maliki. La primera se celebró el sábado en Bagdad, y la segunda será el mes próximo, en El Cairo o en Estambul, también en presencia de Rice.
En esas reuniones participaron representantes de Irán y de Siria, con los que, hasta ahora, el gobierno estadounidense se abstuvo de mantener un diálogo directo.
Los realistas tuvieron otros avances, como el nombramiento de Robert Gates en reemplazo de Rusmfeld en noviembre. Gates integró el Grupo de Estudios sobre Iraq y comparte sus conclusiones.
Gates, Rice, el nuevo director de Inteligencia Nacional, almirante John McConnell, y el de la Agencia Central de Inteligencia, general Michael Hayden, participaron en el Consejo de Seguridad Nacional durante la presidencia de George Bush, padre del actual mandatario (1989-1993).
A la sazón, el órgano era presidido por Brent Scowcroft, una figura republicana que concita gran rechazo de los neoconservadores.
Gates se esforzó la semana pasada en asegurar que Estados Unidos no tiene planes de atacar a Irán, mientras Rumsfeld solía afirmar que "todas las opciones están sobre la mesa".
Pero aunque los realistas están en franco ascenso, aún no son dominantes, en particular en lo que respecta a Medio Oriente, donde son rehenes de posibles acontecimientos fuera de su control, tal vez provocaciones, en Iraq, Irán, Israel, Siria, Líbano y Palestina.
Cheney conserva gran influencia sobre la Casa Blanca y sobre el actual Consejo de Seguridad Nacional. Y no está tan claro que Rice esté muy dispuesta a seguir la agenda realista en general y las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Iraq en particular.
"Ella siempre da dos pasos al frente y uno para atrás", dijo un observador. ***** +Iraq sin aliento – Cobertura especial de IPS Noticias (https://ipsnoticias.net/iraq/index.asp) +Bush, dos platos – Cobertura especial de IPS Noticias (https://ipsnoticias.net/_focus/bush/index.asp) (FIN/IPS/traen-mj/jl/ks/mm na ip ik sp/07)
