Ministros del Grupo de los Ocho países más poderosos del mundo (G-8) reiteraron su compromiso con que «la cooperación para el desarrollo sea más efectiva» y con el cumplimiento de sus metas de aumento de la asistencia oficial.
Los ministros de Desarrollo del G-8 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia) se reunieron en la capital alemana el lunes y martes para prepara la cumbre de Heiligendamm, centro turístico alemán sobre el mar Báltico, del 6 al 8 de junio.
La declaración de los secretarios de Estado establece que los gobiernos del G-8 "deben cumplir su compromiso de multiplicar por dos su ayuda económica a África para 2010".
Los ministros acordaron trabajar en función de los principios establecidos en la Declaración de París sobre la Efectividad de la Ayuda, refrendada el 2 de marzo de 2005.
La Declaración de París es un acuerdo entre los gobiernos y las agencias de cooperación internacionales con el objetivo de armonizar y mejorar la administración de la asistencia.
El convenio estipula pautas orientadas a la acción para mejorar la calidad de la asistencia y su impacto en el desarrollo.
Los ministros del G-8 exhortaron a que la Ronda de Doha de negociaciones multilaterales de comercio "concluya a favor del desarrollo".
Además, urgieron a los gobiernos de África, América Latina y las naciones del sudeste asiático a "hacer su parte para respaldar la emergencia de estructuras que posibiliten ese desarrollo" y contribuir así a alcanzar los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio.
Esos ocho objetivos fueron acordados en la llamada Cumbre del Milenio, como se conoce a las instancias inaugurales de la Asamblea General de septiembre de 2000 en presencia de numerosos jefes de Estado y de gobierno.
Entre los Objetivos figuran reducir a la mitad la proporción de personas que viven en la indigencia y padecen hambre, así como lograr la educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil en dos tercios y la materna en tres cuartos.
También combatir la propagación del VIH/sida, la malaria y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y generar una sociedad global para el desarrollo entre el Norte industrializado y el Sur en desarrollo, todos para 2015 respecto de las cifras registradas en 1990.
La Ronda de Doha se abrió en la conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), celebrada en noviembre 2001 en la capital de Qatar.
El objetivo de estas deliberaciones, también denominadas Ronda de Desarrollo, es disminuir las barreras comerciales en el mundo y facilitar el intercambio internacional de bienes y servicios.
Pero las negociaciones quedaron estancadas por las grandes discrepancias acerca de la reducción de los subsidios en el sector agrícola de Estados Unidos y los países de la Unión Europea (UE) y el reclamo de las compañías multinacionales de acceder a los mercados del Sur pobre.
La controversia enfrentó al G-8 con las naciones en desarrollo, encabezadas por Brasil, China, India y Sudáfrica. Ningún acuerdo se vislumbra por ahora.
Por su parte, las organizaciones no gubernamentales dudan de que se cumplan los compromisos asumidos en Berlín.
Las naciones del G-8 ya hicieron varias promesas que luego supieron romper, señaló Reinhard Hermle, ex director de la Asociación de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo de Alemania.
En la cumbre del G-8, realizada en Gleneagles, Escocia, en 2005, las naciones industrializadas comprometieron 50.000 millones de dólares para la asistencia oficial al desarrollo. "Estamos muy lejos de cumplir esa promesa", dijo Hermle a IPS.
Alemania se había comprometido entonces a asignar 0,51 por ciento de su producto interno bruto para 2010 a la asistencia oficial al desarrollo. "Ahora destinamos 0,36 por ciento, pero parte de esa ayuda sólo existe en los papeles. Ése es, por ejemplo, el caso del alivio a la deuda sin sentido de Iraq", indicó.
El gobierno alemán reconoció en la declaración de esta semana que el nuevo acuerdo implica un aumento gradual de la asistencia al desarrollo hacia el 0,7 por ciento de su producto interno bruto, previsto para 2015.
La ministra de Desarrollo alemana Heidemarie Wieczorek-Zeul, anfitriona de la reunión, sostuvo que un mejor instrumento para favorecer el desarrollo en los próximos años son los acuerdos de cooperación triangulares en los que participen un grupo de países como el G-8 o la UE y lleven a cabo proyectos conjuntos en las naciones con economías emergentes.
Esos países del mundo en desarrollo "mostraron gran interés en ese tipo de proyectos", declaró la ministra a una radio local. También añadió que China e India pueden desempeñar un papel importante como "sostén para el desarrollo y la seguridad en sus respectivas regiones".
El presidente del Banco Africano para el Desarrollo, Donald Kaberuka, se mostró de acuerdo con la propuesta de Wieczorek.
"Creo que estos nuevos socios (los países con economías emergentes) tienen grandes ventajas: el hecho de haber sido países pobres y haber sido destinatarios de la asistencia hasta hace poco tiempo. Su propia experiencia es importante para nosotros", señaló. (FIN/IPS/traen-vf-mj/jg/ss/wd g8 dv if ip md/07)