Decenas de personas afines al gobierno cubano interceptaron este martes entre gritos y consignas a esposas y familiares de opositores presos que finalizaban cuatro días de campaña en demanda de su libertad.
Las Damas de Blanco, un grupo de mujeres cuyos familiares purgan severas penas bajo el cargo de conspirar con una potencia extranjera para desestabilizar al país, regresaban de una caminata cuando fueron enfrentadas por personas que gritaban consignas a favor del gobierno.
Entre gritos de "la calle es de los revolucionarios", "Cuba sí, yanquis no" y "que se vayan, que se vayan", esas personas rodearon a las mujeres en un trayecto de varias cuadras, hasta que éstas llegaron a la casa de Laura Pollán, una de las portavoces de las Damas.
"Son unas vendidas a los yanquis y pagadas por la SINA (Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana). Nosotras tenemos que defender la revolución", dijo Esperanza Gómez a periodistas que seguían la marcha.
Gisela Delgado, esposa de Héctor Palacios —uno de los 75 opositores condenados a penas de entre seis y 28 años de prisión y liberado recientemente por su precaria salud—, dijo que la manifestación popular "fue preparada por el gobierno".
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Vestidas de blanco y con gladiolos rosados en sus manos, las mujeres habían caminado hasta la Dirección de Prisiones, en el barrio capitalino de El Vedado, donde echaron a volar algunas palomas y corearon repetidamente la palabra libertad.
"Dijimos que ya no entregamos allí más cartas con peticiones, porque nunca nos han respondido", dijo a IPS Julia Núñez, cuyo esposo, Adolfo Fernández, cumple una condena de 15 años.
Pese al incidente y a otro similar ocurrido el lunes en el Parque Central de La Habana Vieja, Pollán consideró "bien productivas" las jornadas transcurridas desde el sábado hasta este martes, una por cada año que llevan en prisión sus familiares.
La campaña incluyó un ayuno el sábado, jornadas de oración, caminatas callejeras cada día por diferentes lugares de la capital y asistencia a dos misas.
El domingo, las Damas contaron con el apoyo inédito de cinco activistas del Partido Radical Transnacional de Italia, encabezados por el eurodiputado Marco Cappato, que viajaron a Cuba entre el 16 y el 19 de marzo expresamente para solidarizarse con ellas.
Entre 50 y 60 Damas de Blanco asistieron ese día a la habitual misa de la Iglesia de Santa Rita, la virgen de lo imposible, y luego caminaron un buen trecho por la Quinta Avenida, en el barrio capitalino de Miramar.
Los italianos "nos tomaron por sorpresa, no sabíamos quiénes eran. Les agradecimos el apoyo, pero les pedimos que no nos acompañaran en la caminata, que siempre hacemos solas", relató a IPS Miriam Leyva, una de las portavoces de las Damas de Blanco.
"El gobierno dice que nos mandan desde fuera, pero nosotras somos independientes", insistió Leyva. Una idea similar defendió Pollán, quien aseguró que las Damas "no estamos identificadas con ningún grupo político y aceptamos la solidaridad de sectores desde la ultraderecha hasta la izquierda".
Las autoridades no reaccionaron contra los activistas italianos, quienes se embarcaron sin incidentes rumbo a Panamá en la mañana de este lunes. Posteriormente, en la sureña ciudad estadounidense de Miami, meca del exilio cubano en Estados Unidos, relataron su experiencia a un grupo de periodistas y activistas de Madres contra la Represión.
Pero entre los opositores y las propias Damas no parece haber grandes esperanzas de que sean escuchadas a corto plazo las demandas de excarcelación de los disidentes del grupo de los 75.
"Yo espero ante todo solidaridad, porque una presión mundial podría ayudar, pero por ahora veo difícil que los liberen", dijo Dolia Leal, esposa de Nelson Aguiar, sentenciado a 18 años de reclusión.
Leal habló con IPS a través de las rejas de una prisión simbólica construida en la casa de Pollán, cuyo hogar es el escenario habitual de las actividades de las Damas.
"Hicimos esto para hacernos una idea de lo que nuestros esposos están pasando", explicó Leal, quien llevaba prendido al pecho un papel con el nombre de un recluso cuya esposa no pudo viajar a La Habana. "Así representamos a las que no están", comentó.
De los 75 disidentes presos, 16 se encuentran bajo "licencia extrapenal", una suerte de libertad condicional.
Óscar Espinoza Chepe, uno de los liberados bajo esa figura que se aplica cuando el estado de salud del recluso resulta incompatible con las condiciones carcelarias, también se declaró pesimista respecto de una eventual liberación.
Podría haber "algunas liberaciones puntuales, porque hay personas en pésimo estado de salud, pero no más que eso. Lamentablemente es así", dijo Espinoza a IPS.
En su opinión, el gobierno encabezado por Raúl Castro —quien reemplaza a su hermano, el convaleciente mandatario Fidel Castro— está dando señales de mayor intolerancia, como lo "demuestran los mítines de repudio" contra las mujeres, dijo.
La ola de arrestos entre el 18 y el 20 de marzo de 2003, que llevó a los tribunales a los 75 miembros de diferentes grupos de la oposición interna, coincidió con la tensión por varios secuestros de embarcaciones aéreas y marítimas por cubanos que pretendían emigrar a Estados Unidos y, en el plano internacional, con la invasión ordenada por Washington contra Iraq.
Según las autoridades, desde el primer secuestro de una aeronave, el 19 de marzo, hasta el 10 de abril de 2003, fueron detectados otros 29 intentos similares. El más traumático fue el cometido contra la nave Baraguá con todo su pasaje a bordo y la pena de muerte aplicada a tres de los ocho secuestradores.
El gobierno cubano interpretó esos intentos de salida clandestina como parte de una "conspiración" urdida por sectores radicales del exilio en Miami, para provocar un "conflicto armado" entre Estados Unidos y Cuba.