La lucha política e ideológica que cruza América ha arrojado un balde de agua fría sobre las familias de 400 obreros y la comunidad de Esparza, en la meridional provincia costarricense de Puntarenas, donde funciona la planta de aluminio Alunasa.
La estatal Corporación Venezolana de Guayana (CVG) estudia el cierre de su planta para trasladarla a otro país, posiblemente Nicaragua.
Alunasa (Aluminios Nacionales, S.A.) recibe lingotes de la CVG para elaborar varios tipos de foil (papel de aluminio), laminados, empaques, moldes, aislantes y utensilios diversos.
La medida quedó envuelta en la pugna política y mediática que ha colocado en esquinas opuestas a los presidentes Óscar Arias, de Costa Rica, y Hugo Chávez, de Venezuela.
Trabajadores de Alunasa se han dirigido al gobierno venezolano para que reconsidere el cierre de la planta, recordando que es fuente de ingreso para más de 2.000 personas en Esparza, sin que se haya conocido una respuesta a su pedido.
También insistieron en que el presidente Arias busque formas de entendimiento con su homólogo venezolano para que la usina permanezca operativa.
"Vamos a ver si podemos persuadir al gobierno venezolano de que económicamente (el cierre y traslado) no es lo más conveniente, porque mucha de la maquinaria está fundida, no se puede meter en un furgón", declaró Arias el jueves a la prensa.
Si Venezuela mantiene la decisión, "quisiéramos negociar la posibilidad de comprarla y transformarla en una cooperativa ", dijo Arias, para quien "sería más lógico que (los venezolanos) hicieran una nueva inversión en el país hermano de Nicaragua". Sin embargo, "no hemos logrado conversar con nadie ni en el campo de la diplomacia y menos con el Ministerio de Industria", se quejó el mandatario costarricense en un acto con empresarios.
El gobierno de Costa Rica había reaccionado de modo enérgico ante una declaración de Chávez realizada el miércoles y según la cual Arias le critica para congraciarse con Washington.
"Esas declaraciones son improcedentes", dijo el canciller de Costa Rica, Bruno Stagno, "aunque no sorprenden". Agregó que Arias "no responde a ningún tipo de designio de ningún país. Nos vanagloriamos de nuestra política exterior independiente".
El contencioso con San José "es un acto de revanchismo de Chávez, que se ha tornado intolerante frente a la más mínima crítica", comentó a IPS María Romero, profesor de Estudios Internacionales en la Universidad Central y de tendencia opositora.
Chávez dijo que Arias "es de los que hablan para que los aplaudan en Washington y para que los inviten a un rancho en Texas", en alusión a la propiedad rural que tiene en ese meridional estado de Estados Unidos el presidente de ese país, George W. Bush, quien convida a invitados selectos a reuniones decisivas en ese ambiente campestre.
"¿Qué le he hecho yo al presidente de Costa Rica?", se preguntó Chávez en un discurso que escuchaba, como huésped, el presidente argentino Néstor Kirchner. "Jamás me he metido con él. Bueno, no me había metido. Él (Arias) es de los viejos amigos de Carlos Andrés Pérez, de la parte de la historia hedionda de este país", añadió.
Pérez, socialdemócrata como Arias, fue presidente de Venezuela de 1974 a 1979 y de 1989 a 1993. Durante su segundo mandato soportó la fallida rebelión que dirigió en 1992 el entonces teniente coronel Hugo Chávez, a la cabeza de unidades del ejército.
El origen cercano del choque fueron declaraciones de Arias después que en enero Chávez, estrenando su tercer mandato hasta 2013, recibió poderes extraordinarios del parlamento para legislar por decreto durante año y medio sobre decenas de materias.,
Los 167 diputados de la Asamblea Nacional (parlamento) de Venezuela responden al gobierno, debido a que la oposición no se presentó a las elecciones parlamentarias de 2005 alegando falta de garantías. En conjunto con otros poderes del Estado, ese cuerpo prepara una reforma a la Constitución, que se prevé entregue más poderes al presidente y permita su reelección indefinida.
Arias, en declaraciones realizada el 1 de este mes, criticó esos poderes pues, en su opinión, "hay una diferencia sencilla entre un dictador y un demócrata: si el demócrata no tiene oposición su deber es crearla, mientras que el sueño del dictador es eliminarla".
"Al presidente de Costa Rica le gusta meterse en cosas que no debe. Dijo que aquí hay una dictadura. ¿Cómo quiere que llevemos buenas relaciones?", replicó Chávez.
"No hay ninguna motivación política" para el cierre de Alunasa en Costa Rica. "Desde hace como tres años hay un plan para reubicarla, por razones geopolíticas, económicas y técnicas", dijo Chávez en su discurso.
Alunasa está orientada a la exportación, con clientes en América del Norte, del Sur, el Caribe e incluso mercados distantes, como Arabia Saudita. Cuando nació en 1978 fue propiedad del Estado costarricense, pero en 1990 la adquirió la CVG.
Esa corporación venezolana no ha emitido declaraciones respecto del cierre o mudanza. Su página en Internet indica que Alunasa "muestra resultados estables y una rentabilidad sobre los 500.000 dólares, dentro de un mercado altamente competitivo".
La entidad costarricense Promotora de Comercio Exterior indicó que Alunasa pasó de exportar por 23 millones de dólares en 2001 a 47 millones de dólares en 2006.
Sus 400 trabajadores pueden quedar como peones en el tablero de ajedrez donde se confrontan corrientes políticas y liderazgos en América Latina.
Arias, con su prestigio como premio Nobel de la Paz, podría ubicarse como un líder regional opuesto al izquierdista Chávez, con el apoyo de los gobiernos de México, Guatemala, El Salvador, Colombia, Perú e incluso Chile, sugirió el columnista de prensa de origen cubano Carlos Alberto Montaner, militante anticastrista y antichavista.
Romero no cree que esté planteada una pugna de liderazgos sino que "presenciamos otra de las reacciones típicas de Chávez. Puede incluso que cambie de parecer, como ya ocurrió después que el año pasado chocó con el presidente peruano Alan García".
En tanto, Nicaragua podría beneficiarse de una decisión venezolana para reubicar su planta de Alunasa, a raíz de iniciativas de cooperación hechas por Caracas. Su nuevo presidente, Daniel Ortega, un aliado político de Chávez, viajó este viernes a Venezuela para concretar convenios bilaterales, especialmente en materia de energía.