La Corte Internacional de Justicia (CIJ) dictaminó este lunes que Serbia no cometió genocidio en la vecina Bosnia-Herzegovina.
La Corte, máximo órgano judicial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), también estableció que hubo genocidio, pero cometido sólo en la zona Srebrenica y no en toda Bosnia, durante las guerras de secesión de la ex Yugoslavia.
El 11 de julio de 1995, las milicias irregulares del Ejército Serbo Bosnio invadieron el enclave de Srebrenica, en el oriente de Bosnia, y ejecutaron a más de 8.000 hombres y niños musulmanes. Las fuerzas estaban al mando del general Ratko Mladic.
Este fallo de nueve puntos, concluyente y vinculante, comienza por establecer la jurisdicción de la Corte para emitir veredicto sobre las denuncias de genocidio contra Serbia, presentadas inicialmente por Bosnia en 1993, bastante antes de la matanza de Srebrenica.
Serbia había cuestionado la jurisdicción de la CIJ, de cuyo estatuto forman parte automáticamente todos los países miembros de la ONU, alegando que en 1993 había sido expulsada del foro mundial.
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En ese momento, la guerra ardía entre las repúblicas de la ex Yugoslavia, enfrentando a bosnios musulmanes, croatas y serbios. Los serbios eran respaldados, financiera y logísticamente, por Belgrado, sede del gobierno de Serbia y de lo que quedaba de la federación yugoslava.
Bosnia denunció que Belgrado era responsable de la agresión en su contra y de todos los crímenes de guerra cometidos en su territorio, la mayoría contra bosnios musulmanes.
Pero la CIJ falló que Serbia no cometió genocidio, que no planeó ni incitó la matanza de Srebrenica, ni tampoco fue cómplice de genocidio.
Sin embargo, el fallo establece que Serbia violó su obligación —emanada de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio— de impedir ese crimen debido a sus estrechos vínculos con el Ejército Serbo Bosnio.
También fue hallada responsable de no entregar a Mladic a la justicia y de no respetar las medidas ordenadas por la Corte desde 1993 para impedir acciones criminales, incluyendo el posible genocidio. Se le exige asimismo que tome medidas inmediatas para ubicar y entregar a Mladic al Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (ICTY, por sus siglas en inglés).
Finalmente, el Tribunal falló que Serbia no debía ninguna compensación financiera o de daños de guerra a Bosnia.
"Esta es una decisión muy importante para Serbia", dijo a IPS el portavoz de la fiscalía especial serbia para los crímenes de guerra, Bruno Vekaric. Este país estableció un tribunal propio en un esfuerzo por abordar las violaciones de derechos humanos cometidas en las guerras de desintegración de la ex Yugoslavia de los años 90, que se cobraron por lo menos 100.000 vidas, la mayoría de las cuales no eran serbias.
"La CIJ estableció una clara diferencia entre Serbia propiamente dicha y los serbo bosnios. Pero ahora está definitivamente claro que no todos los serbios participaron en lo que se hizo en Srebrenica", agregó Vekaric.
El portavoz dijo que la obligación de entregar a Mladic es significativa pues es "crucial para que la verdad sea aclarada de una vez por todas". Muchos serbios todavía consideran al general prófugo como un héroe.
Serbia temía que el fallo de este lunes estableciera que la nación entera era genocida.
"Esta es una decisión de importancia histórica", aseguró Milos Jovanovic, del Instituto de Derecho Internacional, a la Radio Televisión de Serbia, inmediatamente después del fallo. "Tras esto se aliviarán más las presiones sobre Serbia vinculadas con su rol en las recientes guerras civiles".
Serbia y su ex líder Slobodan Milosevic han sido responsabilizados enteramente por los derramamientos de sangre de los años 90.
Milosevic, quien gobernó entre 1989 y 2000, falleció el 11 de marzo de 2006 mientras se encontraba en la unidad de detención del ICTY en la ciudad holandesa de La Haya, donde se desarrollaba el juicio en su contra. Sobre él pendían 66 acusaciones de genocidio y crímenes de guerra.
La reconciliación entre bosnios musulmanes, serbios y croatas apenas ha comenzado desde que terminaron las guerras, porque no se han establecido responsabilidades claras sobre las atrocidades y la destrucción. Cada parte culpó a las otras. Y los acusados con más frecuencia fueron los serbios, tanto los residentes en Croacia y en Bosnia como en la propia Serbia.
Pero este dictamen no pone fin al asunto.
"La reconciliación es un proceso largo y doloroso", dijo Jovanovic. "Dudo de que vaya más rápido ahora, particularmente porque el lado bosnio musulmán no estará satisfecho con este fallo".
El presidente del Comité de Helsinki para los Derechos Humanos en Croacia, Zarko Puhovski, coincidió.
"Nada cambiará sustancialmente", declaró Puhovski a los medios de comunicación en Belgrado. "El fallo de la CIJ solamente será un buen argumento para acusaciones recíprocas entre naciones que estuvieron en guerra, pero no cambiará opiniones muy arraigadas de todas las partes ni mejorará las relaciones en la región".