NACIONES UNIDAS: Piedras en el camino de Ban

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, desarrolló en su primer mes en el cargo una intensa campaña por la reforma del foro mundial, pero chocó con la intensa oposición de buena parte de los países que lo integran.

"Por favor, tengan la seguridad de que en las últimas semanas he tomado en cuenta vuestras preocupaciones", dijo Ban el lunes ante la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), dominada por el escepticismo.

"Cada uno de ustedes tiene derecho a ser escuchado sin importar el tamaño de su país, su participación en el presupuesto o cualquiera sea el hemisferio donde se encuentra", dijo a los delegados en una reunión de tres horas a puertas cerradas.

Ban salió así al cruce de quienes le atribuían la intención de acelerar las reformas sorteando los comités financieros y administrativos de la ONU, que deben analizar exhaustivamente ese tipo de propuestas antes de elevarlas a la Asamblea General para su aprobación final.

"Permítanme asegurarles que nuestro diálogo informal a este respecto hasta ahora sólo ha sido el primer paso del proceso", dijo a los delegados.
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También señaló que se involucrará personalmente en el diálogo con los países miembros, "y le pediré a mis asesores que consulten a expertos para elaborar, lo antes posible, un conjunto de propuestas".

Ban anunció formalmente que planea dividir el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz en uno de Apoyo en el Terreno y otro denominado de Operaciones de Paz.

También se propone modifivar el estatus actual del Departamento de Asuntos de Desarme reemplazándolo por una nueva "Oficina para Asuntos de Desarme" a cargo de un alto representante o de un representante especial del secretario general, en lugar de un subsecretario general.

Gobiernos y activistas atribuyen la propuesta a la intención de restarle relevancia a las gestiones por el desarme.

Con el fin de disipar esos temores, Ban señaló que esa nueva oficina tendrá "una conexión directa" con la el propio secretario general, "para asegurar así una interacción más frecuente".

El representante pakistaní Munir Akram señaló que al principio le preocupaba la degradación de ese Departamento. Pero en realidad, la propuesta del secretario general era "fortalecerlo".

"Eso está bien. Pero no debe pedírsele que asuma tareas que no cuentan con la aprobación de los órganos legislativos de la ONU, en especial asuntos específicos de un país", señaló Akram.

Pakistán también se oponía a la universalización de cierto tipo de tratados internacionales, según indicó su representante.

Por su parte, el delegado iraní Mehdi Danesh-Yazdi expresó su oposición a la degradación del Departamento de Asuntos de Desarme y su voluntad de que siga siendo como hasta ahora, un departamento independiente a cargo de un subsecretario general.

"Nombrar un representante especial del secretario general no es una solución ni un camino en la dirección correcta", apuntó.

También se preguntó qué fue lo que motivó la propuesta de dividir el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz a cargo de dos nuevos subsecretarios generales.

"¿Lo hará más eficiente y coherente? Con el actual representante especial del secretario general y dos subsecretarios generales y el secretario general adjunto metidos en el asunto, me temo que la cúpula esté atestada", declaró con un dejo sarcástico.

No sorprende que el mayor respaldo a las propuestas del secretario general proceda de Estados Unidos, cuyo actual gobierno no considera el desarme entre sus prioritades.

El representante estadounidense Alejandro Wolff señaló que el secretario general, en su calidad del conductor de la organización, es responsable ante los miembros.

"Pero necesita flexibilidad y autoridad para su tarea. Lo juzgaremos por sus resultados", señaló Wolff.

También consideró que poner al Departamento de Asuntos de Desarme directamente bajo el mando del secretario general "suena a que se le eleva de categoría y no a que se le degrada".

En cuanto a la reforma del Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, Wolff sostuvo que "si nos pregunta a nosotros, tendrá 192 ideas diferentes. Lo elegimos por aclamación, por lo tanto debemos dejar que usted se ocupe de su reforma".

Pero las dos coaliciones políticas más importantes de la ONU, el Grupo de los 77, de 130 países, y el Movimiento de Países No Alineados (Noal), de 117, expresaron públicamente sus reservas respecto de la reestructura propuesta por Ban.

En representación del Noal, la delegada cubana Ileana Nuñez Mordoche señaló el lunes que no es ningún secreto que ese bloque ubica el desarme entre sus prioridades.

"Consideramos que sería extremadamente importante que el Departamento de Asuntos de Desarme siga siendo independiente y esté a cargo de un subsecretario general, y que no sea sólo una 'oficina'", añadió Nuñez Mordoche, a la vez que valoró la subordinación directa de esa dependencia al secretario general.

"Para nosotros eso contribuiría en buena medida con el objetivo establecido por el secretario general de dar un nuevo énfasis a las funciones esenciales de este departamento mediante un compromiso de alto nivel y un respaldo institucional apropiado", añadió.

Por su parte, el Grupo de los 77 declaró la semana pasada que "no desea discrepar públicamente con el secretario general".

Pero también señaló en una carta dirigida a los miembros que "no respalda ningún plazo artificial" para discutir la reestructura.

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