El clamor por una nueva constitución en Kenia dio un giro inesperado: activistas, dirigentes políticos y hasta una comisión parlamentaria se unieron para exigir una reforma parcial antes de las elecciones generales de diciembre.
Varias organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos y el Comité Parlamentario de Justicia y Asuntos Legales crearon la Unión para una Nueva Constitución, en respuesta a lo anunciado por el presidente Mwai Kibaki en agosto: que no habría reformas parciales antes de los comicios.
La declaración presidencial fue propiciada por reclamos de "reformas mínimas" formulados por algunos parlamentarios, para, entre otras cosas, despojar al jefe de Estado de su facultad de designar integrantes a la Comisión Electoral de Kenia, de 21 miembros.
Los legisladores y activistas temen que Kibaki nombre a partidarios suyos para favorecer al gobierno en las próximas elecciones.
La Unión para una Nueva Constitución se hizo eco de ese pedido. La flamante coalición alega que deben realizarse ciertas "reformas esenciales" para asegurar elecciones justas, pese a que no es posible una reforma general antes de que los keniatas concurran a las urnas.
La Comisión Electoral supervisa los comicios presidenciales, parlamentarios y de los gobiernos locales.
La Unión para una Nueva Constitución reclama que los integrantes de la Comisión sean designados por los partidos políticos y luego aprobados por el parlamento, según un acuerdo alcanzado en 1997 por las distintas agrupaciones.
Kibaki nombró nueve miembros el mes pasado para reemplazar a ocho integrantes cuyo mandato expiró en 2006 y otro que falleció.
La organización también pide una menor influencia presidencial en la justicia, entre otras propuestas.
"Nunca puede haber un arbitraje justo en los tribunales si hay interferencia del ejecutivo", dijo a IPS su portavoz, Cyprian Nyamwamu.
La Unión anunció que si para el 15 de abril no se introducían reformas parciales, lanzaría una campaña a la que denominó "Sin reformas, sin elecciones".
Las organizaciones de la sociedad civil atravesarán el país para informar a la población acerca de la importancia de las enmiendas constitucionales y la necesidad de boicotear los comicios si no llegan a aprobarse.
En la primera manifestación realizada por la coalición el sábado, en Nairobi, capital de Kenia, el líder de la oposición Raila Odinga recordó a los miles de participantes que el poder de las protestas públicas había quedado demostrado en el referéndum constitucional de noviembre de 2005.
"Recuerden, lo mismo sucedió cuando el referéndum y el gobierno perdió", dijo a la muchedumbre.
Una nueva carta magna, sometida entonces a consulta popular, fue rechazada tras una acción concertada de la oposición y organizaciones civiles, a pesar de contar con el respaldo del gobierno.
Odinga pertenece al Movimiento Democrático Naranja, creado con motivo de la campaña pro referéndum. Los opositores al proyecto adoptaron ese color, mientras los partidarios lo hicieron por el amarillo.
Ese Movimiento incluye a varios partidos de la oposición y a ex secretarios de Estado del gobierno de Kibaki que se enfrentarán con el gobierno en las próximas elecciones. Odinga perteneció antes a la gobernante Coalición Nacional Arco Iris.
La ministra de Asuntos Constitucionales y de Justicia, Martha Karua, reiteró la oposición del gobierno a las reformas irregulares y añadió a principios de este mes que las autoridades no sucumbirían a las presiones.
Kibaki, quien llegó al poder en diciembre de 2002, prometió la aprobación de una nueva constitución en los primeros 100 días de su mandato.
En 2002 y 2003, delegados procedentes de todas partes participaron en la Conferencia Constitucional Nacional en el centro cultural Bomas de Kenia, en las afueras de Nairobi, para redactar una nueva constitución, conocida como "proyecto Bomas".
El documento estipulaba la reducción de los poderes presidenciales, tal como reclama la Unión para una Nueva Constitución.
Eso refleja el amplio respaldo de la población a las medidas drásticas contra la autoridad del jefe de Estado, hecho que parece obedecer a la aversión que tienen por los abusos perpetrados por gobernantes anteriores.
Algunos ministros, incluido Odinga, respaldaron un mandato más "blando", mientras el Partido de Alianza Nacional de Kenia y los aliados del líder keniano se opusieron a la reducción de los poderes presidenciales.
Esas diferencias terminaron con la ruptura de la Coalición Nacional del Arco Iris.
Posteriormente, los legisladores de Alianza Nacional alteraron el proyecto Bomas para mantener los amplios poderes del jefe de Estado.
Kibaki estableció el año pasado un Comité de Eminencias, integrado por 15 personas, para recoger la opinión de los keniatas acerca de las debilidades percibidas en el proceso de reforma constitucional y luego aconsejar al gobierno.
El comité encontró que la mayoría de la población se inclinaba por la implementación del proyecto Bomas, y no por la versión corregida, que había sido sometida a referéndum. (FIN/IPS/traen-vf-mj/jm/jh/af ip/07)