IRÁN: Las periodistas como amenaza a la seguridad nacional

Las fuerzas de seguridad iraníes arrestaron durante tres días a tres de las 15 periodistas que se disponían a viajar a India para participar en un curso. La acusación: poner en peligro la seguridad nacional.

Tras someterlas a interrogatorio en el aeropuerto el 25 de enero, los agentes les confiscaron los pasaportes y las enviaron a la prisión de Evin, cerca de Teherán. Además, las amenazaron con un posible juicio.

Farnaz Seify, una de las tres detenidas, dijo a IPS que los interrogadores le preguntaron quién financiaba el taller.

"Sospechan de cualquier clase de apoyo brindado por extranjeros a periodistas de Irán", explicó Seify, quien elabora blogs, sitios web periódicamente actualizados que a menudo funcionan como diarios personales de consulta pública.

El arresto de las tres periodistas y activistas —Seify, Mansooreh Shojayee y Tal'at Taghinia— alentó protestas nacionales e internacionales por el maltrato que deparan las autoridades iraníes a la sociedad civil.

Aunque las mujeres fueron liberadas después de 30 horas, están acusadas de actuar contra la seguridad nacional y podrían ser juzgadas en menos de dos meses.

La abogada y premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi anunció que defenderá a las tres periodistas. La participación en un taller educativo no es un delito y que, si lo fuera, nunca les habrían dado la oportunidad de asistir, indicó.

Observadores y activistas advierten que la situación de intelectuales y opositores iraníes empeoró desde que el Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos anunció, hace un año, la creación de un fondo de 75 millones de dólares para "llegar al pueblo de Irán".

Este financiamiento incluiría cinco millones de dólares dedicados a los jóvenes iraníes, para educación y "programas de visita diseñados para construir puentes entre los pueblos de nuestras dos naciones". Holanda creó un fondo similar.

Desde el anuncio de Estados Unidos, el gobierno islámico de Irán afianzó el control sobre cualquier apoyo a periodistas e intelectuales por parte de organizaciones internacionales, e intenta desconectarlos del mundo exterior.

"Los agentes de inteligencia sospechan de la asignación de fondos del parlamento holandés para la promoción de la democracia en Irán. Nos preguntaron quiénes organizaban la conferencia y de dónde obtenían sus recursos", dijo Seify, entrevistada pocas horas después de su liberación.

Su padre, Alí Seify, se manifestó sorprendido por el arresto. "Antes de un arresto debe cometerse un delito. Estas actitudes son inhumanas. No deberían tratar a intelectuales como si fueran delincuentes y asesinos, arrastrándolos a la cárcel y luego interrogándolos", declaró a IPS.

"Está muy claro qué hacen los intelectuales. Las fuerzas de seguridad saben exactamente en qué actividades están involucradas personas como mi hija, aun mejor que nosotros, sus familiares. Tratarlas así con pleno conocimiento de su inocencia es simplemente inaceptable", sostuvo.

Farnaz Seify relató: "Luego de sellar los 15 pasaportes, los funcionarios los confiscaron y fuimos rodeadas por unos 13 oficiales de seguridad. Nos condujeron a una habitación en el sótano, nos sacaron nuestros teléfonos celulares y mostraron órdenes de arresto para tres de nosotras. Nos escoltaron hasta Evin en tres automóviles policiales".

"Nos dijeron que su intención es impedir que periodistas iraníes sean corrompidos por enemigos del régimen islámico", agregó.

Las fuerzas de seguridad dijeron a Seify y a las otras que en el futuro serán convocadas e interrogadas de nuevo, y tal vez llevadas a juicio.

Funcionarios iraníes han mostrado en reiteradas ocasiones preocupación por que extranjeros, en particular Estados Unidos, promuevan en Irán una Revolución de Terciopelo (como la de Checoslovaquia en 1989) o Naranja (como la de Ucrania en 2003), construyendo redes de la sociedad civil y fortaleciendo a los activistas.

En noviembre, 21 periodistas iraníes fueron interrogados por las autoridades en el aeropuerto de Teherán, tras regresar de un taller al que asistieron en las ciudades holandesas de Hilversum y Amsterdam.

Los periodistas dijeron que durante tres horas se les hizo preguntas personales que tenían escasa relevancia a los efectos de una investigación seria.

Una semana después de los interrogatorios, el ministro de Cultura y Orientación Islámica de Irán, Hasan Saffar Harandi, dijo que la interferencia extranjera en los asuntos iraníes era generalizada, pero la desestimó por considerarla ampliamente inefectiva.

"Estos proyectos fueron exitosos en pocos países, y sus organizadores piensan que pueden lograr sus objetivos en Irán también. Sin embargo, hay poca posibilidad de una 'revolución de color' en Irán", señaló Harandi.

La periodista Parastoo Dokouhaki dijo a IPS que "el gobierno alega que no necesita este apoyo y que la situación de los derechos humanos en Irán es bastante buena".

"Cuando los periodistas participan en cursos o conferencias en el exterior, son erróneamente etiquetados como espías. Periodistas y activistas aprovechan todas las oportunidades que se les ofrecen para capacitarse", agregó Dokouhaki en Teherán, entrevistada por teléfono.

"A los funcionarios no les preocupa, en realidad, el contenido de estas conferencias. Le temen a la difusión de información, que tiene el potencial de alentar la causa democrática en Irán", expresó.

El 26 de noviembre, agentes de seguridad arrestaron al periodista Alí Farahbakhsh, que regresaba de una conferencia sobre políticas de comunicación en Bangkok. Todavía está en la prisión de Evin, aunque no se le presentaron cargos. Su abogado dice que lo acusarán de espionaje.

El intelectual Ramin Jahanbeglu fue detenido durante más de cinco meses desde abril de 2006, cuando volvió de un viaje a India, donde realizaba investigaciones.

Dokouhaki cree que desde la llegada al poder del presidente de línea dura Mahmoud Ahmadinejad, en agosto de 2005, el gobierno se volvió aun más intolerante. "Los periodistas son las víctimas de estas políticas severas", agregó.

En los últimos meses, las fuerzas de seguridad mostraron un particular interés en develar supuestos vínculos entre periodistas, intelectuales, y activistas y organizaciones en el exterior. Sin embargo, no se demostró ninguna de las acusaciones formuladas hasta ahora.

* Omid Memarian es periodista y activista de la sociedad civil iraní. Ganó varios premios, incluyendo el de Defensor de los Derechos Humanos, otorgado por Human Rights Watch en 2005. ***** +ECONOMÍA-IRÁN: El factor sunita (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=39995) +NACIONES UNIDAS-IRÁN: Perdonando lo imperdonable (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=39967)

(FIN/IPS/traen-js-mj/om/ks/mm hd ic ip cs/07)

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