COREA DEL NORTE: Cambio de planes, no de régimen

El acuerdo por el cual Corea del Norte accedió a desmantelar su programa de desarrollo nuclear echó por tierra los planes de Estados Unidos de procurar un «cambio de régimen» en ese «reino ermitaño» de Asia Pacífico.

El acuerdo, redactado por China y aprobado el martes en Beijing, marca el primer gran avance en tres años de tortuosas negociaciones en la mesa de las Seis Partes (China, Corea del Norte, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón y Rusia).

Bajo sus términos, Pyongyang se comprometió a clausurar su principal reactor atómico, en el complejo de Yongbyon, poner fin a su programa para el desarrollo de armas nucleares y permitir el ingreso de inspectores internacionales para que verifiquen sus acciones a cambio de recibir asistencia energética.

Aunque fue descrito como un documento muy similar al borrador de un acuerdo previo de 2005, el actual convenio es más específico y contiene un calendario preciso.

Pyongyang tiene 60 días para sellar la planta de Yongbyon, admitir a los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica y revelar todos sus programas nucleares. Mientras, recibirá 50.000 toneladas de combustible o ayuda económica de igual valor.
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La próxima fase, que no tiene plazo, obliga al régimen norcoreano a desmantelar todas sus instalaciones nucleares y a elaborar una lista con todas sus reservas de plutonio, elemento químico que le permitió llevar a cabo ensayos atómicos en octubre pasado. A cambio, recibirá otras 950.000 toneladas de combustible.

El acuerdo establece que Estados Unidos y Japón darán los primeros pasos para normalizar las relaciones con Pyongyang. Washington aceptó iniciar un proceso para eliminar a Corea del Norte de su lista de países que patrocinan el terrorismo.

El gobierno estadounidense también se comprometió a levantar dentro de 30 días el congelamiento de las cuentas de Pyongyang en el Banco Delta Asia de Macao.

El presidente estadounidense George W. Bush celebró el acuerdo como "un primer e importante paso" hacia la implementación de un plan para hacer que la península coreana esté libre de armas nucleares.

"Las conversaciones (de las Seis Partes) representan la mejor oportunidad para usar la diplomacia con el fin de abordar los programas nucleares de Corea del Norte. Estas reflejan el compromiso común de los participantes de lograr que la península norcoreana esté libre de armas atómicas", afirmó.

China, sede de las conversaciones por más de tres años, calificó el resultado de un "gran paso adelante" en un proceso muy arduo, y lo consideró resultado de una "poderosa diplomacia".

"No hace mucho tiempo había muchas dudas sobre si las conversaciones podrían superar el estancamiento. El exitoso fin de la quinta ronda recuperó la confianza de la comunidad internacional en el mecanismo", señaló este miércoles el periódico oficialista China Daily.

A pesar de que tanto Estados Unidos como China celebran el éxito de las conversaciones multilaterales, algunos observadores coreanos señalaron que este resultado hubiera sido imposible sin un diálogo directo entre el gobierno de Bush y el de Kim Jong Il.

El mes pasado, altos funcionarios estadounidenses mantuvieron encuentros con sus pares norcoreanos en Berlín y discutieron vías para acabar con el estancamiento en que cayeron las conversaciones en 2005, cuando Washington impuso sanciones financieras contra Pyongyang.

"Los importantes progresos alcanzados durante esas reuniones bilaterales en Berlín disminuyen la necesidad de un foro multilateral como las Seis Partes", dijo el analista chino Li Dunqiu, experto en asuntos de la península coreana en la Academia China de Ciencias Sociales.

China estuvo dispuesta a usar cualquier herramienta diplomática para resolver la crisis con Corea del Norte.

Luego de que Pyongyang realizara los ensayos nucleares subterráneos en octubre, Beijing mostró una inusual solidaridad con los países más amenazados por la crisis, votando a favor de sanciones no militares contra el gobierno norcoreano en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.

La resolución llamaba a Corea del Norte a abandonar todo plan de desarrollo nuclear y la fabricación de armas de destrucción masiva de forma "completa, verificable e irreversible".

El acuerdo alcanzado esta semana en Beijing es menos integral y específico en este punto, ya que omite referencias a los planes norcoreanos para fabricar armas biológicas y químicas. También posterga una resolución del supuesto programa clandestino de enriquecimiento de uranio de Pyongyang.

China rápidamente se comprometió a trabajar para que el nuevo acuerdo efectivamente sea puesto en práctica.

"El gobierno chino apoya firmemente el documento y no escatimará esfuerzos para asumir sus responsabilidades", afirmó Tang Jiaxuan, consejero del Estado chino, al término de las conversaciones, según reseñó la agencia de noticias gubernamental Xinhua.

Sin embargo, otros han criticado el acuerdo porque preserva el status quo del régimen norcoreano, aislado de la comunidad internacional.

Activistas han documentado una larga historia de violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen contra su propio pueblo. Entre otras cosas, lo acusan de recluir a enfermos mentales y discapacitados en campos especiales, así como de realizar persecuciones políticas.

Se calcula que más de dos millones de norcoreanos han muerto en una gran hambruna a fines de los 90, causada por las prácticas económicas del gobierno de Kim Jong Il.

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