COMERCIO: China y EEUU, competencia desleal

Estados Unidos denunciará a China ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por los «subsidios ilegales» que otorga Beijing.

La representante de Comercio estadounidense Susan Schwab declaró el viernes en conferencia de prensa que las conversaciones con China al respecto fracasaron y que Washington no tiene otra alternativa que solicitar el arbitraje de la OMC.

"El asunto es importante porque tratamos de emparejar el terreno de juego para que los industriales de Estados Unidos puedan competir en igualdad de condiciones con los chinos", señaló Schwab.

Washington alega que China fija sus leyes impositivas y utiliza otros medios para promover sus propias exportaciones y discriminar las importaciones de productos estadounidenses.

Los programas de subsidio de ese país ofrecen incentivos para que las compañías chinas adquieran accesorios y equipamiento local, en vez de comprárselos a los exportadores de Estados Unidos, arguyó la funcionaria.

"Se trata de defender a los fabricantes y trabajadores de Estados Unidos", indicó Schwab.

"Los subsidios chinos pueden distorsionar las condiciones comerciales de las pequeñas y medianas empresas estadounidenses y sus trabajadores", añadió.

Washington arguye que una gran variedad de bienes estadounidenses, desde acero hasta papel y computadoras, no tienen la oportunidad de competir en los mercados de China y de otros países a causa de los productos chinos importados y fuertemente subsidiados.

Los supuestos subsidios chinos abarcan sectores como el siderúrgico, el maderero y el de tecnologías de la información, entre otros.

La embajada china no quiso hacer comentarios al respecto a IPS.

Un folleto distribuido por la Oficina de Comercio señala que entre las tácticas que utiliza China para dar una mayor ventaja competitiva a sus empresas respecto de las estadounidenses está la exoneración arancelaria, una tasa de interés menor y la reducción del impuesto a la renta y el reembolso a las compañías instaladas en su país que alcancen cierta cuota de exportaciones.

Esos beneficios tentaron a muchas compañías, en especial a las de la región asiática, que terminaron instalando plantas de montaje final desde que ese país ingresó a la OMC en 2001.

Los subsidios cuestionados por Washington supuestamente se dirigen a las compañías extranjeras que invierten en China y que reúnen esas condiciones.

Esas empresas dieron cuenta, según funcionarios estadounidenses, casi 60 por ciento de las exportaciones de productos procedentes de China en 2005.

Por su parte, Estados Unidos ha sido muy criticado por los países en desarrollo por otorgar a sus agricultores miles de millones de dólares en subsidios que provocan la caída de los mercados locales de productos agrícolas.

En 2005, un panel de controversia de la OMC determinó que los subsidios por 3.200 millones de dólares anuales otorgados por este país a los productores de algodón, y por 1.600 millones de créditos para la exportación de ese y otros productos, eran ilegales de acuerdo con las normas de la organización.

Pero aun así Washington cuestiona a China, aunque en sectores diferentes, los de bienes manufacturados y servicios.

"China debe considerarse totalmente responsable en tanto que integrante desarrollado del sistema de comercio internacional, por el bien de las compañías estadounidenses y de sus trabajadores, de todo el comercio mundial y del suyo propio", declaró Schwab.

El anuncio se hizo tan sólo un día después de que varios legisladores estadounidenses se lamentaron públicamente de que su país no presentara suficientes reclamos por este asunto ante la OMC. Los parlamentarios se mostraron alarmados por el enorme y creciente déficit comercial entre ambos países.

En 2005, las exportaciones de China a Estados Unidos ascendieron a 243.000 millones de dólares, seis veces lo que este país le vendió, llevando el déficit estadounidense a 202.000 millones de dólares, el mayor que esta nación haya registrado jamás.

Para 2006, se espera que el déficit de la balanza comercial con China supere los 230.000 millones de dólares.

"Una de las razones de este enorme desequilibrio es el permanente incumplimiento de China con sus obligaciones ante la OMC y nuestra falta de cuestionamientos al respecto", señaló el senador Carl Levin en la sesión del jueves de la Comisión de Revisión de Seguridad y Economía de China y Estados Unidos, que trató de las relaciones entre ambos países.

Ese mismo día, la oficina del representante de Comercio y el Departamento (Ministerio) de Comercio presentaron el "Informe sobre la Aplicación de Subsidios en 2007" que registra los esfuerzos de Estados Unidos tendentes a controlar las prácticas proteccionistas de otros países.

"China no ha mostrado disposición a comprometer el retiro inmediato de los subsidios prohibidos en cuestión", señala el informe.

El documento también menciona un crecimiento explosivo de la industria siderúrgica china.

Empresarios estadounidenses de inmediato acompañaron a la representante de Comercio y reclamaron mayor transparencia en las políticas de subsidios de China.

"China debe respetar las reglas del juego", señala una declaración emitida por Myron Brilliant, vicepresidente para Asia de la Cámara de Comercio de Estados Unidos.

Desde que China recibió apoyo de Washington para unirse a la OMC, las exportaciones estadounidenses a ese país se elevaron exponencialmente.

Las exportaciones estadounidenses crecieron a un promedio anual de casi 23 por ciento en los últimos cinco años y podrían llegar a 33 por ciento en 2006, pero podrían estar mejor, según los empresarios, si se resolviera el asunto de los subsidios chinos.

"Este caso eleva las obligaciones del gobierno para lidiar con las distorsiones comerciales de China y las presiones para que ese país controle las falsificaciones y la violación de los derechos de autor, presionando para una reevaluación de su moneda y actuando en otras áreas en las que China debe respetar sus obligaciones ante la OMC", señaló el presidente de la Asociación Nacional de Industriales, John Engler.

Estados Unidos presentó los únicos dos litigios contra China en la OMC y ambos países resolvieron una tercera disputa en vísperas de que este país la presentara formalmente.

El primer caso se planteó en marzo de 2004 y tuvo que ver con la devolución del impuesto al valor agregado que discriminaba a los semiconductores importados.

Ambas partes resolvieron la disputa en la etapa de consultas previa.

En marzo de 2006, Washington se unió a Canadá y a la Unión Europea para recusar la legislación china que impone condiciones de contenido local al sector automotriz.

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