En un hermetismo que contrasta con citas anteriores, delegados del gobierno de Colombia y del insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN) sostienen en La Habana conversaciones que iniciaron sin discursos ni declaraciones a la prensa.
La razón de la reserva es la enorme presión para que el ELN acepte el cese del fuego. Si hay avances, esta "reunión formal" o "reunión de trabajo" —como la denominan fuentes allegadas al proceso— se convertiría en quinta ronda de conversaciones con vista a eventuales negociaciones de paz.
En ese caso, la Comisión de Garantes, integrada por miembros de la sociedad civil colombiana y que empuja los diálogos, viajará a La Habana. En diciembre, esta comisión lanzó un cronograma que propone el cese del fuego a partir del 1 de mayo.
Desde la cuarta ronda, en octubre de 2006, se han realizado seis o siete reuniones de trabajo similares a la actual, tanto en Caracas como en la Casa de Paz, cerca de Medellín, capital del noroccidental departamento colombiano de Antioquia y promovida por la Comisión de Garantes.
En las conversaciones iniciadas el domingo, cuatro días después de lo previsto, participan Luis Carlos Restrepo, alto comisionado para la Paz del presidente Álvaro Uribe, acompañado del embajador colombiano en Cuba, Julio Londoño, y los comandantes del grupo guerrillero Pablo Beltrán, Francisco Galán y Juan Carlos Cuéllar.
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Beltrán, tercero en la línea de mando del izquierdista ELN, fue reconocido en enero por el gobierno colombiano como nuevo representante de la organización guerrillera en estas pláticas que tienen por sede la capital cubana desde diciembre de 2005.
Desde esa primera ronda de diálogo exploratorio hasta la cuarta, efectuada desde el 20 hasta el 25 de octubre del año pasado, la delegación insurgente estuvo encabezada por Antonio García, responsable militar del ELN. Hasta este fin de semana no estaba claro si García acudiría a esta nueva cita.
Según medios colombianos de prensa, se espera que la presencia de Beltrán, "uno de los jefes más allegados al comandante 'Gabino'", (Nicolás Rodríguez Bautista), jefe del Comando Central del ELN, asegure "el inicio formal" de la negociación de paz.
La quinta ronda de conversaciones debería avanzar en la definición de la agenda para tratar en la mesa de negociaciones, pero al parecer aún falta camino por recorrer para llegar a resultados concretos. "Quizá en esta ronda no se den resultados concretos. Por eso hay una expectativa menor y eso le puede hacer bien al proceso. Pero las partes han trabajado seriamente en Caracas y en Casa de Paz para generar ese nivel de confianza", comentó a la prensa en Bogotá el economista e industrial Moritz Ackermann.
Ackermann es miembro de la Comisión de Garantes del proceso de acercamiento entre el gobierno de Uribe y el ELN, junto al coordinador de la Campaña Colombiana contra las Minas, Álvaro Jiménez, el catedrático Alejo Vargas, el ex alto comisionado de Paz, Daniel García Peña, historiador y director de la no gubernamental Planeta Paz, y Gustavo Ruiz, representante de la sociedad civil.
En esta ocasión los garantes permanecen en Bogotá como "una forma de comunicar que estamos listos para cuando necesiten que estemos presentes, y que si hay pasos concretos se tendrá total acompañamiento de la sociedad", dijo el empresario.
Pero quienes conocen de cerca la historia de los intentos de paz con el ELN afirmaron a IPS que cuando se designa a Beltrán es "señal de que el ELN va a fondo en la negociación".
El cerebral Beltrán tiene mucho peso en el ELN y conoce bien a su gente, agregaron esas fuentes.
Según se anunció en días previos a la nueva cita habanera, las delegaciones deberían avanzar hacia la firma de un "acuerdo base" sobre dos ejes fundamentales que tienen que ver con un ambiente para la paz y la participación de la sociedad civil dentro del proceso.
El ELN, al cual se le calculan entre 2.500 y 5.000 efectivos, es la segunda guerrilla después de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Varios enfrentamientos de los últimos meses entre estas dos fuerzas introducen tensiones que podrían afectar el desarrollo del proceso de diálogo.
En al menos tres zonas, en los departamentos sudoccidentales de Cauca y Nariño y en el oriental Arauca, los frentes locales de ambas guerrillas de izquierda chocan desde finales de 2005 por el control de territorios y sus correspondientes fuentes de ingreso, incluyendo el tráfico de drogas, según distintas fuentes consultadas por IPS.
El comandante de las FARC, Manuel Marulanda, y el Comando Central del ELN intercambiaron la semana pasada escritos en los que coinciden en la necesidad de "abstenerse de más acciones con cualquier pretexto".
El Comando Central propuso a las FARC convertir esa expresión, originalmente en el escrito de Marulanda, en una "orden para detener de inmediato la confrontación".
Según fuentes oficiales, esta "guerra de guerrillas" ya ha causado entre 300 y 500 muertos, muchos de ellos civiles.
Ahora se espera ver si a partir de dichas comunicaciones la matanza es suspendida.
En ese contexto poco favorable se inscribe también la crisis que vive el gobierno de Uribe a raíz del escándalo que derivó en la renuncia de la canciller María Consuelo Araújo el 19 de este mes.
Araújo dimitió, según dijo, para evitar interferencias en el juicio contra su padre, un hermano y un primo hermano, acusados de integrar grupos paramilitares de ultraderecha.
Su sucesor, Fernando Araújo (sin parentesco con su predecesora), había sido rescatado por el ejército el 5 de enero tras seis años como rehén de las FARC.
El presidente Uribe, que respaldó el viernes y el sábado a María Consuelo Araújo, la presentó no sólo como una funcionaria eficiente, sino también como una víctima de las circunstancias de la longeva guerra civil de ese país.
Internamente se considera mucho más grave la detención del ex zar de inteligencia de Uribe, Jorge Noguera, por permitir la infiltración de paramilitares en el Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, organismo que dirigió durante los tres primeros años de la administración uribista, iniciada en 2002.
Además, están presos ocho parlamentarios de la bancada oficialista, seis más podrían ser detenidos y uno está prófugo, entre decenas que tienen puesto encima el ojo de la justicia.
* Constanza Vieira desde Bogotá.