Millones de personas estarán pegadas a sus televisores en México este domingo para seguir la transmisión de la 79 entrega de los premios Oscar del cine estadounidense, donde artistas mexicanos están postulados en 16 categorías.
La cantidad inédita de postulaciones habla del éxito de una generación de creadores de cine de entre 30 y 45 años de edad, que emigraron especialmente a Estados Unidos en busca de oportunidades, tal como lo hacen cada año más de 400.000 mexicanos, los "mojados".
El filme "Babel", de Alejandro González Iñárritu, aspira a siete premios, incluidos mejor película y mejor director, en la ceremonia de la estadounidense Academia de las Artes y de las Ciencias Cinematográficas. Le sigue "El laberinto del fauno", de Guillermo del Toro, con seis, y "Niños del hombre", de Alfonso Cuarón, con tres.
Aunque en esos filmes trabajaron artistas y técnicos estadounidenses, la mayoría de los nominados —en rubros como guión, fotografía y actriz de reparto, entre otros— se formaron en México.
No obstante, observadores advierten que sus logros no deben interpretarse como triunfos de la industria cinematográfica mexicana.
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"La realidad es que no se trata de reconocimientos para México, sino para los compatriotas con talento que trabajan en otro país y producen sus películas con capital extranjero", señaló Pedro Armendáriz, presidente de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.
Esta reflexión es compartida por Raquel Peguero, autora de "Humo en los ojos", un libro sobre el cine nacional, quien sostiene que lo que está triunfando en Hollywood "es cine hecho por compatriotas, pero no cine mexicano".
Pero hay quienes no lo ven así. "La crítica enana y chata que señala que no se trata de cine mexicano sino de películas extranjeras donde participan mexicanos es un muestra más del viejo y acomplejado síndrome de los cangrejos", señaló el columnista del diario El Universal, Ricardo Rocha.
Las tres películas dirigidas por mexicanos y postuladas por la Academia de Hollywood, máxima expresión del cine comercial occidental, son producciones financiadas con dinero extranjero y cuentan con la participación de actores y técnicos de varios países.
Pero "Babel", "El Laberinto del fauno" y "Niños del hombre" abordan con maestría temáticas que los críticos consideran poco comerciales.
Decir que esas cintas no son cine mexicano "sería tanto como 'descolombianizar' al gran Gabo (Gabriel García Márquez) porque escribió 'Cien Años de Soledad' en México", sostuvo Rocha.
El crítico Rey Ojeda sostiene que es inútil el dilema de si se premia al cine mexicano o a un grupo de mexicanos.
"Son mexicanos haciendo películas en un mercado mundial. Quizá la mejor caracterización es que se trata de un cine mexicano global", dijo Ojeda a IPS.
En la creación de esas obras hay directores, escritores, actrices, fotógrafos, tramoyistas, sonidistas y otros trabajadores del cine mexicano, recordó este crítico.
El éxito mundial de González Iñárritu, Del Toro y Cuarón despertó gran interés del público mexicano y sus cintas fueron reestrenadas en los últimos días. Además, los medios de comunicación mexicanos preparan extensas coberturas para el día de la entrega de los premios Oscar, que será transmitida al mundo desde el Kodak Theatre de Hollywood, en la ciudad de Los Angeles.
Los tres directores, que son amigos cercanos, dejaron México hace algunos años con propuestas y deseos de encontrar oportunidades para realizarlas.
González Iñárritu dio el campanazo con la cinta "Amores perros", hecha íntegramente en México en 2000 y que tuvo gran aceptación internacional. Luego rodó en 2003, ya en Estados Unidos, "21 gramos" y en 2006 siguió con "Babel", filmado en varios países.
Del Toro también encontró primero la fama en México con la cinta de fantasía "Cronos", de 1993. Luego viajó a Estados Unidos, donde dirigió películas como "Blade II" y "Hellboy". Filmó en 2001 "El espinazo del diablo" en España, país donde realizó en 2006 "El laberinto del fauno".
Si bien Cuarón empezó a rodar fuera de México desde los años 90, regresa continuamente para trabajar en su país. "Sólo con tu pareja", su primera película, lo llevó a Estados Unidos, donde dirigió "La princesita", que si bien no fue éxito comercial, fue postulada a varios Oscar.
Tras ella vino "Y tu mamá también", realizada en su país en 2001, una de sus obras más conocidas. De 2004 data "Harry Potter y el prisionero de Azkaban", su cinta más taquillera, y cerró 2006 con "Niños del hombre".
Junto a estos cineastas hay una camada de fotógrafos, guionistas e intérpretes que trabajan también con éxito en Estados Unidos y otros países, como los actores Diego Luna, Gael García Bernal y Salma Hayek y los fotógrafos Emmanuel Lubezki y Ramiro Prieto, entre otros.
En muchas ocasiones trabajan juntos. "Babel" fue dirigida por González Iñárritu sobre guión del también mexicano Guillermo Arriaga.
"Babel" ha recibido importantes distinciones, como el Globo de Oro a la mejor película, que entrega la prensa especializada de Hollywood, y los premios de dirección y edición del prestigioso Festival de Cannes, Francia. "El laberinto del fauno" recibió el galardón a la mejor cinta extranjera de la Bafta (British Academy of Film and Television Arts), considerado el Oscar británico.
Ojeda sostiene que "guardando las proporciones", este momento de fama de los creadores mexicanos es comparable al boom del cine de este país en los años 40 y 50, cuando brillaron directores como Emilio "El Indio" Fernández e Ismael Rodríguez, junto a intérpretes como María Félix, Dolores del Río, Sara García, Pedro Infante, Mario Moreno "Cantinflas" y Jorge Negrete.
La factura de ese cine fue entera responsabilidad de la industria cinematográfica mexicana, que compitió con éxito en los mercados internacionales, cubriendo en buena medida la ausencia de producción de Estados Unidos y de Europa, inmersos en la Segunda Guerra Mundial y en la reconstrucción de la posguerra.
En los años 50 se llegaron a realizar casi 108 películas por año en México, una cifra que no volvió a repetirse en las décadas siguientes. Hoy no se filman anualmente más de 40.
El cine mexicano afrontó en los últimos años una severa crisis por falta de financiamiento, a tal punto que en 1995 los críticos lo declararon extinguido. Pero tanto los realizadores y actores que conquistaron un espacio internacional, como los que se mueven en el mercado interno lo libraron de la agonía.