La película «Goodbye Bafana» («Adiós, Bafana»), que narra la extensa prisión del líder sudafricano Nelson Mandela, es considerada una fuerte candidata al Oso de Oro, el premio principal del Festival Internacional de Cine de Berlín.
En la 57 edición del festival, que concluirá el 18 de este mes en la capital alemana, compiten 26 filmes y se exhiben al público otros 375, mientras productores y distribuidores del Mercado Europeo del Cine toman contacto con unos 700 más. El jurado anunciará los premios al cabo del certamen.
Tras la inauguración del festival con el estreno de "La Vie en Rose" ("La Vida en Rosa"), basada sobre la vida de la cantante francesa Edith Piaf, "Goodbay Bafana", dirigida por el cineasta danés Bille August, es una de las que concitó más atención de la prensa especializada.
Medio millar de periodistas asistieron a la conferencia de prensa ofrecida luego de la proyección por el estadounidense Dennis Haysbert, protagonista del filme, el domingo 11, el mismo día en que se cumplían 17 años de la liberación de Mandela.
"Goodbye Bafana" cuenta la cruda historia del apartheid, el régimen de segregación racial institucionalizada impuesto en Sudáfrica en perjuicio de la mayoría negra que concluyó en 1994, con la elección de Mandela como presidente.
El líder histórico del Congreso Nacional Africano y premio Nobel de la paz pasó 27 años en prisión, la mayoría de ellos en la isla Robben, a 12 kilómetros de Ciudad del Cabo, sede del parlamento y de otras instituciones del gobierno sudafricano.
El elenco cuenta con el británico Joseph Fiennes, quien interpreta al guardia que lo custodió y que censuró sus cartas, y la alemana Diane Kruger, actriz que desarrolló su carrera fílmica en Estados Unidos y Francia y que encarna a la esposa del vigilante.
A través de esos personajes, August muestra el modo en que muchos blancos racistas que dominaban Sudáfrica comienzan a reconocer las injusticias y crímenes del apartheid.
"Para desempeñar el papel de Mandela leí todo cuanto cayó en mis manos sobre él, vi en DVD cada una de las películas sobre su vida y escuché todos sus discursos más importantes", dijo Haysbert.
El actor debió lograr un acento sudafricano para esta producción. "Diariamente lo ensayaba con mi entrenador de conversación dos veces. Incluso en pleno rodaje, antes de filmar las escenas", sostuvo.
El actor dijo sentirse intimidado por representar a "uno de los más grandes humanos que ha pisado este planeta, y hacerlo con justicia. Logré que se le enviara una copia de la película y, por Dios, espero que le guste".
Haysbert indicó que Mandela no podía llorar, pues había sido sometido a una operación en los conductos lacrimógenos, lo cual supuso una limitación adicional para su labor, a pesar de que se considera un "actor emocional".
El trabajo de representar a un líder de la magnitud del ex presidente sudafricano implicó para el actor estadounidense un gran esfuerzo psicológico. "Cada noche, de regreso a casa, tal vez con una copa de vino, sólo podía llorar", recordó.
También consideró difícil expresar, en su actuación, amor por personas que Mandela sabía que lo odiaban. "Realmente creo que él los amaba", aseguró Haysbert.
Fiennes y Kruger también recibieron el aplauso de los críticos. "Es fácil lavarle el cerebro a la gente y condicionarla", dijo en ese sentido el actor británico.
Kruger declaró que la mujer que interpreta, a quien conoció antes del rodaje, era una persona cariñosa y religiosa aunque "condicionada" por sus allegados en el periodo en que el racismo era la ideología oficial de Sudáfrica.
"Los Gregory era un pareja corriente de su época. Para representar a Gloria Gregory debí crear un personaje reconocible por los sudafricanos que vean la película. Si no lograba eso, no tenía sentido", agregó Kruger.
El film se desarrolla en la Sudáfrica de 1968, cuando unos 25 millones de negros eran gobernados por una minoría de cuatro millones de blancos.
A la población negra se le desconocía el derecho al voto y a la propiedad de la tierra, al libre tránsito y a la equidad en materia de comercio, vivienda, o educación.
Como la mayoría de los blancos sudafricanos de esa época, el guardia Gregory consideraba a los negros seres inferiores y ciudadanos de segunda clase, a pesar de que él mismo creció en contacto con miembros de la etnia xhosa en una granja del oriental territorio de Transkei, y sabía comunicarse en su idioma.
Transkei, la región donde nació Mandela, fue el primer territorio creado por el apartheid para mantener a ciertas tribus separadas de las zonas reservadas para los blancos.
El conocimiento que tenía Gregory del idioma fue lo que motivó su nombramiento como vigilante de Mandela y sus camaradas del Congreso Nacional Africano.
Con el tiempo, los Gregory reconocieron la brutalidad del apartheid y le retiraron su apoyo, al tiempo que se unieron a la lucha por la libertad de Sudáfrica.
En esta edición del festival también están presentes estrellas de la industria cinematográfica estadounidense como Ben Kingsley, Cate Blanchett, Judy Dench, Sharon Stone, Jennifer López, Antonio Banderas, Clint Eastwood y Matt Damon.
Damon protagoniza "The Good Shepherd" ("El buen pastor"), película estadounidense dirigida por Robert De Niro ambientada en los orígenes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que compite por el Oso de Oro.
El festival se clausurará el domingo 18 con la exhibición, fuera de concurso, de "Letters From Iwo Jima" ("Cartas desde Iwo Jima"), dirigida por Clint Eastwood, hablada íntegramente en japonés y con las actuaciones de Ken Watanabe, Kazunari Nonomiya, Tsuyoshi Ihara, Ria Kase y Shidou Nakamura.
Cuatro películas de Asia, dos de América Latina y una de Israel, así como producciones norteamericanas y europeas, compiten por el máximo galardón.
Dos filmes chinos figuran están entre los 29 que tendrán su estreno mundial en el Festival de Berlín. Uno de ellos, "Tuya's Marriage" ("El Matrimonio de Tuya"), del director Wang Quan'an, tuvo buena acogida por parte de la crítica.
La historia transcurre en el noroeste de Mongolia y trata sobre los esfuerzos de Tuya para encontrar un esposo que pueda cuidarla a ella y a su ex marido enfermo. "Mi madre nació en la Mongolia profunda, no muy lejos del lugar donde se rodó la película", explicó el director en Berlín.